
EEUU
Biden conmuta la pena de muerte para 37 de los 40 reos federales de EE UU
Los 37 condenados deberán cumplir ahora cadena perpetua "sin posibilidad de libertad condicional". En la lista de los perdonados hay varios asesinos de niños

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden conmutó las sentencias de 37 personas en el corredor de la muerte federal, dejando solo tres "casos difíciles" antes de que el presidente electo Donald Trump asuma la Casa Blanca el 20 de enero.
Los 37 presos que recibieron conmutaciones vieron sus sentencias cambiar de ejecución a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Al anunciar las conmutaciones, el presidente afirmó estar "más convencido que nunca de que debemos detener el uso de la pena de muerte a nivel federal".
Entre los indultados se encuentran Billie Jerome Allen, sentenciado a muerte en 1998; Carlos David Caro, quien ha estado en el corredor de la muerte durante más de 15 años; y Len Davis, quien lleva más de 25 años en el corredor de la muerte, junto con docenas de otros.
"Estas conmutaciones son coherentes con la moratoria que mi Administración ha impuesto sobre las ejecuciones federales, en casos que no sean de terrorismo o asesinatos masivos motivados por odio", dijo Biden en un comunicado.
"Que no quede duda: condeno a estos asesinos, lamento profundamente a las víctimas de sus despreciables actos y sufro por todas las familias que han enfrentado una pérdida inimaginable e irreparable", agregó el mandatario.
Los tres reclusos en el corredor de la muerte que no están incluidos en la lista de Biden el lunes incluyen a dos notorios asesinos en masa. Se trata de Robert D. Bowers, autor del tiroteo en la Sinagoga Tree of Life en Pittsburgh en 2018; Dylann Roof, quien abrió fuego contra feligreses negros en una iglesia de Charleston, Carolina del Sur, en 2015; y Dzhokhar Tsarnaev, uno de los dos hermanos responsables del atentado del Maratón de Boston en 2013. Todos aún pueden enfrentar la ejecución.
Biden también recibió críticas por su decisión, con algunos detractores calificando los movimientos como "políticamente convenientes".
"Una vez más, los demócratas se ponen del lado de criminales depravados en lugar de las víctimas, el orden público y la decencia común”, dijo el senador republicano Tom Cotton.
La decisión de Biden llega a menos de un mes de que deje el cargo. En su anuncio, lanzó una indirecta al presidente electo Trump, diciendo: "En buena conciencia, no puedo quedarme de brazos cruzados y permitir que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve".
Durante la campaña de 2024, Trump pidió sentencias más severas para los narcotraficantes, como la pena de muerte, y dijo en 2018 que debería aplicarse la "pena máxima" a los traficantes de drogas.
Las conmutaciones de Biden llegan mientras enfrenta presión para indultar a más personas después de otorgar uno a su hijo, Hunter Biden, tras insistir durante más de un año que no lo haría.
Esta histórica conmutación de reos podría marcar un punto de inflexión en la historia de la pena capital en los Estados Unidos.
Hace treinta años, el entonces senador Joe Biden defendía la pena de muerte y se atribuía personalmente el mérito de haber ampliado drásticamente la cantidad de delitos para los que se podía imponer esta pena. Sin embargo, en las últimas tres décadas, han surgido preocupantes errores relacionados con el uso de la pena capital. Numerosas condenas erróneas de personas inocentes, evidencias contundentes de prejuicios raciales y, en ocasiones, ejecuciones tortuosas, han llegado a definir la pena de muerte.
Actualmente, en Estados Unidos hay 200 personas que han sido probadas inocentes y liberadas después de haber sido condenadas a muerte. Algunas enfrentaron décadas de espera antes de su exoneración, según Equal Justice Iniciative. Esta organización asegura que por cada ocho personas ejecutadas en los últimos 50 años, una persona inocente ha sido identificada y puesta en libertad.
Los expertos resaltan además la evidencia de sesgo racial significativo en la aplicación de la pena de muerte en todo el país, particularmente en el caso de la pena capital federal. En 2020, el entonces presidente Donald Trump ordenó la ejecución de 13 personas en el corredor de la muerte federal a medida que se acercaba la elección y durante sus últimos meses en el cargo. Varias de esas personas presentaron serias pruebas de prejuicios raciales en la selección del jurado, que la Corte Suprema se negó a revisar.
La conmutación masiva de la mayoría de las sentencias de muerte bajo la jurisdicción federal se produjo después de que defensores, líderes religiosos e incluso el Departamento de Justicia recomendaran su intervención. Antes el papa Francisco, quien pronto se reunirá con Biden, apeló públicamente para que concluyera su mandato conmutando las sentencias de muerte, una práctica condenada desde hace mucho tiempo por los líderes católicos.
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