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Francia

Cómo funcionaba la trama: Más de 100.000 euros por 17 fiestas

El Hotel Carlton en Lille, epicentro del escándalo de DSK
El Hotel Carlton en Lille, epicentro del escándalo de DSKlarazon

Más de100.000 euros por 17 fiestas

Los primeros que comenzarán hoy a dar sus explicaciones ante el juez son René Kojfer, Francis Henrion y Hervé Cranchois, los llamados «hombres del Carlton». El primero era relaciones públicas, y los otros dos, director y propietario del hotel. Los tres son sospechosos de haber ayudado a los clientes del hotel a encontrar prostitutas. Dominique Strauss-Kahn y sus amigos no tendrán que acudir al tribunal hasta la semana que viene. El amigo de DSK, el «organizador» de sus orgías, se llama Fabrice Paszkowski. Es un pequeño empresario de Lens (Pas-de-Calais), que supo en su momento ganarse la confianza de quien dos años más tarde iba a ser nombrado director del Fondo Monetario Internacional (FMI). Le apoyaba David Roquet, antiguo responsable de la cementera Eiffage. Todos ellos se conocieron en 2005 en un foro de empresas en Béthune, un pueblo al norte de Francia, y propusieron a Strauss-Kahn crear una antena de su asociación A Gauche en Europe en el Pas-de-Calais. A partir de ahí, DSK y Paszkowski se descubrieron «afinidades», y éste se puso a su servicio para financiar los viajes y encuentros, mientras que su antigua compañera, Virginie Dufour, también inculpada, se ocupaba de la logística y habría pagado los billetes de los viajes a EE UU a través de su empresa de organización de eventos.

Strauss-Kahn dio el primer paso. Propuso a Paszkowski participar en una «partie fine» en Lille. El coste total de las orgías, que fueron 17, se eleva a más de 100.000 euros. Según él, siempre que puede devuelve las invitaciones, por lo que organizó a su vez una nueva fiesta en el hotel Murano de París. Después, con Strauss-Kahn convertido en director del FMI, los encuentros se celebraron también en Washington. David Roquet participaba pasando los gastos de las orgías como gastos profesionales. Él asegura que la dirección de Eiffage conocía el destino del dinero (50.000 euros), pero la cementera lo desmintió.

El número tres de la Policía del Norte, Jean-Christophe Lagarde, es acusado de haber participado como intermediario en la organización de los encuentros, y concretamente de haber puesto en relación a varias prostitutas con Strauss-Kahn. Y en su punto de mira estaba también un futuro nombramiento en algún puesto clave, no lejos de DSK una vez fuera elegido presidente francés, como anunciaban por aquel entonces todos los sondeos. Strauss-Kahn ha sido inculpado por el testimonio de una de las prostitutas y los pinchazos de los teléfonos de René Kojfer, en los que el antiguo relaciones públicas del Carlton habría evocado con Roquet la relación con el director gerente del FMI.