Tensión bélica

Pyongyang reafirma su postura beligerante al disparar misiles y advierte sobre el peligro de guerra

Corea del Sur afirma que se mantiene "alerta y preparada" en "plena coordinación con EEUU". Los proyectiles han sido lanzados al Mar Amarillo

(Foto de ARCHIVO) October 31, 2024, Pyeongtaek, Gyeonggi Province, South Korea: U.S. Air Force F-16 Fighting Falcons fighter aircraft and South Korean Air Force F-16 Fighting Falcons fly in formation during exercise Freedom Flag 24-1 over the Yellow Sea, October 31, 2024, near Pyeongtaek, South Korea. Europa Press/Contacto/Rok Air Force/U.S Air 31/10/2024 ONLY FOR USE IN SPAIN
Corea del Norte califica de "peligroso acto de provocación" los ejercicios militares de EEUU y Corea del SurCONTACTO vía Europa PressEuropa Press

Corea del Norte disparó este lunes "múltiples misiles balísticos no identificados", tras condenar las maniobras militares conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur ‘Escudo de la libertad’ como un «acto de provocación», y advertir del peligro de que se desencadene una guerra por «un solo disparo accidental», justo días después de que la fuerza aérea de Seúl bombardeara por error una aldea en su propio territorio.

El Estado Mayor Conjunto surcoreano precisó que varios proyectiles, los quintos lanzados por Norcorea este año, fueron detectados desde la provincia norcoreana de Hwanghae, en el suroeste del país, en torno a las 13:50 (04:50 GMT).

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano advirtió de que el entrenamiento en curso de sus enemigos podría desencadenar un "conflicto armado" en la península. Calificó el acto de "ensayo de guerra agresivo y de confrontación" y reiteró los objetivos declarados del líder Kim Jong Un de "aumentar radicalmente" su fuerza nuclear para contrarrestar lo que considera crecientes amenazas por parte de la Casa Blanca y sus aliados asiáticos.

El ejercicio militar, que supone el primer gran entrenamiento combinado del segundo mandato del presidente Donald Trump, tendrá una duración de once días e incluye una combinación de "entrenamiento en vivo, virtual y sobre el terreno", según informaron fuentes del gobierno estadounidense. Esta cooperación entre Washington y Seúl, ha sido objeto de críticas recurrentes por parte de Pyongyang, que ve estas maniobras como una preparación para una posible invasión. En respuesta, el régimen de Kim frecuentemente lleva a cabo pruebas de misiles, intensificando el ciclo de provocaciones.

El reciente despliegue en la península coreana se produce en un contexto delicado, tras la suspensión de los entrenamientos con fuego real por parte de las fuerzas armadas de Corea del Sur y Estados Unidos. Esta decisión siguió a un incidente grave en el que dos cazas hirieron al menos 30 personas, de las cuales dos se encuentran en estado crítico.

El siniestro tuvo lugar el pasado jueves en Pocheon, una ciudad estratégica cercana a la frontera norcoreana, durante un simulacro de adiestramiento con fuego real que precedía a las mencionadas maniobras. Según la evaluación inicial de las fuerzas aéreas surcoreanas, el error se debió a la introducción de coordenadas incorrectas por uno de los pilotos del KF-16, quien no realizó la verificación ocular del objetivo antes de la acción de ataque. El segundo aviador, al tener acceso a las coordenadas correctas, priorizó la cohesión de la formación de vuelo y lanzó las bombas siguiendo las órdenes del primero, quien más tarde reconoció la inexactitud del objetivo.

Desde su toma de posesión el 20 de enero, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha expresado su voluntad de entablar un diálogo con el líder norcoreano, con quien mantuvo tres reuniones en el período de 2018 a 2019. Sin embargo, analistas políticos señalan que las prioridades de la política exterior de Trump están claramente orientadas hacia otros frentes. Entre sus objetivos principales se encuentra poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania, reequilibrar el comercio estadounidense a través de aranceles punitivos y continuar la competencia estratégica con Pekin.

Por otro lado, en el contexto de la actual agitación política en Seúl, Washington debe ser cauteloso para no dar la impresión de que "falta al respeto" a los surcoreanos al entablar relaciones con Pyongyang. La situación se ha vuelto aún más compleja tras la destitución del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, quien fue separado de su cargo y arrestado por declarar una fugaz ley marcial en diciembre. En este momento, los jueces constitucionales están en el proceso de decidir si confirman esta medida o lo restituirán en su puesto.

Por su parte, el Reino Ermitaño ha reorientado su estrategia geopolítica, abandonando cualquier intento de acercamiento a Washington para forjar alianzas robustas con Rusia y China. La presencia de miles de tropas norcoreanas en Kursk, operando codo a codo con fuerzas rusas, simboliza un cambio decisivo en las dinámicas de poder. En un discurso reciente ante la élite del régimen hermético, Kim Jong-un describió a Washington como “un enemigo tenaz que debe ser debilitado y confrontado con firmeza”.

Paralelamente, Pyongyang ha acelerado el despliegue de su arsenal nuclear, desarrollando misiles de precisión capaces de alcanzar objetivos estratégicos tanto en la región como en territorio estadounidense. Este avance ha desencadenado una carrera armamentista en la que los surcoreanos y japoneses están respondiendo mediante la modernización y expansión de sus propios arsenales. En este contexto de alta tensión, expertos advierten que cualquier error de cálculo podría desencadenar un conflicto nuclear.

Entretanto, el Norte anunció el sábado la construcción de su primer submarino de propulsión nuclear, un movimiento destinado a fortalecer su capacidad de este tipo de armamento. Los medios estatales mostraron al Kim inspeccionando lo que parecía ser un nuevo sumergible de mayor tamaño que cualquiera de los existentes en la flota del país. Este anuncio se produjo en medio de crecientes preocupaciones sobre la posibilidad de que Pyongyang esté recibiendo asistencia tecnológica de Rusia para modernizar su ejército. A cambio, podría estar enviando efectivos y armamento convencional para apoyar la campaña militar rusa en Ucrania.

Actualmente, el régimen norcoreano opera docenas de submarinos antiguos de la era soviética, todos de propulsión diésel, los cuales deben emerger con frecuencia para recargar sus baterías durante misiones prolongadas, como un posible cruce del Pacífico. La incorporación de uno de propulsión nuclear le otorgaría la capacidad de operar durante largos períodos sin necesidad de salir a la superficie, permitiendo así acercarse a enemigos distantes sin ser detectado y atacar con misiles atómicos.