Tribunales
Cuatro años de cárcel para una ex ministra de Kirchner
La ex responsable de Economía amenaza con destapar otros casos de corrupción
Un tribunal condenó ayer a cuatro años de prisión a la ex ministra de Economía argentina Felisa Miceli por el hallazgo en 2007 de una bolsa con más de 52.000 dólares en el cuarto de baño de su despacho. Miceli, que tuvo que renunciar después de que estallara el escándalo, también fue inhabilitada por el tribunal a ocupar un cargo público durante ocho años. La economista había asumido su cargo como ministra en 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de la actual mandataria Cristina Fernández. Ésta es la primera condena que recibe un funcionario del Gobierno de Kirchner. Miceli fue hallada culpable de encubrimiento agravado y sustracción y ocultamiento de documento público a raíz de la desaparición del acta policial donde se consignaba el hallazgo de la bolsa con 100.000 pesos (unos 20.366 dólares) y 31.670 dólares en un armario del cuarto de baño de su despacho en el Ministerio de Economía. Tras conocer la sentencia, la ex funcionaria dijo a los periodistas que es inocente y que recorrerá todas las instancias judiciales para demostrarlo. «Estuvo claro a lo largo de todo el juicio que no hay pruebas contundentes... Cometí un error pero ahora parece que es un delito», señaló. Cuestionó además que haya funcionarios que gozan de una «estructura de poder a su alrededor» que les permite escapar del castigo de la Justicia, pero se negó a dar mayores precisiones. Era de esperar que un fallo en contra la molestara. Pero pocos preveían que la ex ministra apuntara, en indirectas, a funcionarios que no corren hasta ahora con su misma suerte. Apenas salió de la sala, Miceli comenzó con una letanía de quejas (y advertencias).
«En el Poder Judicial hay hijos e hijastros», aseguró. «Hubo casos gravísimos (de corrupción) que nunca llegaron a juicio oral», se quejó. «Es una cosa que no puedo entender... (Me condenan) por 100 mil pesos», disparó, dejando entrever el entramado corrupto que alimenta el «Gobierno K». Para Miceli, su condena se explica por su alejamiento de la función pública. Según esgrimió, cuando llegó al Ministerio de Economía «no tenía una estructura de poder propia». «Lo estoy pagando», prosiguió, en contraposición con «muchos otros ministros que sí la han tenido». Los jueces del Tribunal Oral Federal 2 entendieron que Miceli es «autora de encubrimiento por aceptación de cosas o efectos agravado por su condición de funcionaria pública».
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