Reino Unido

Dimiten dos vicepresidentes del Partido Conservador británico por el Plan Ruanda de Sunak

Lee Anderson y Brendan Clarke Smith piden endurecerse aún más el texto para que aquellos que lleguen por pateras a través del Canal de la Mancha no puedan evitar su deportación.

June 14, 2023, London, England, United Kingdom: UK Prime Minister RISHI SUNAK leaves 10 Downing Street ahead of the weekly Prime Minister's Questions session in the House of Commons. (Foto de ARCHIVO)14/06/2023
El "premier" Rishi Sunak abandona el Número 10Europa Press/Contacto/Tayfun SalEuropa Press

El "premier" Rishi Sunak se había propuesto convertir el Plan Ruanda en la pieza central de su mandato consciente de la importancia que la cuestión migratoria tiene para su partido y el electorado. Pero la tramitación del polémico programa para mandar al país africano a los solicitantes de asilo llegados por vías irregulares se le está atragantando hasta tal punto que su liderazgo está cada vez más en entredicho.

Los dos vicepresidentes del Partido Conservador -Lee Anderson y Brendan Clarke Smith- presentaron anoche su dimisión al considerar que el plan debería endurecerse aún más para que aquellos que lleguen por pateras a través del Canal de la Mancha no puedan evitar su deportación.

Ambos habían adelantado que apoyarían las enmiendas presentadas ayer en la Cámara de los Comunes por los "tories" rebeldes para endurecer el proyecto de ley. Y media hora antes de la votación, presentaron su carta de dimisión antes de ser despedidos. Las enmiendas fueron respaldadas por más de 50 "tories" rebeldes, entre ellos, Jane Stevenson, mano derecha de la ministra de Negocios y Comercio, Kemi Badenoch, quien también presentó su dimisión al desafiar al Gobierno.

Supone un duro golpe para Sunak cuya autoridad está cada vez más mermada en la antesala de las elecciones generales previstas para la segunda mitad de 2024. Tras más de trece años en el poder, todos los sondeos vaticinan el fin de la era `tory´. Los conservadores se encaminan a una aniquilación electoral de la magnitud de su derrota en 1997 ante los laboristas, según la última encuesta de YouGov, que predice el mayor colapso del apoyo a un partido gobernante desde 1906, con un cambio del 11,5 por ciento de los votos hacia los laboristas.

El hecho además de que los sondeos vaticinen que prácticamente todos los diputados tories del llamado Muro Rojo -entre los que se encuentran los ya ex vice presidentes de la formación- no ayuda. Esto significa que algunos de estos parlamentarios ven un incentivo personal en respaldar las enmiendas de los rebeldes para poder decirles a sus electores que están de su lado, incluso si el Gobierno no lo está. Los distritos del Muro Rojo son tradicionalmente laboristas, pero en 2019 los tories -liderados entonces por Boris Johnson- consiguieron arrebatar a los laboristas muchas de estas circunscripciones con su mensaje pro Brexit y anti-inmigración.

Este miércoles, continuará en la Cámara de los Comunes el controvertido proyecto de ley. Los parlamentarios deben votar si pasa a la siguiente fase. Y en caso de que los "tories" rebeldes se opongan, el primer ministro tendrá una situación más que complicada.

El polémico plan migratorio fue inicialmente anunciado en abril de 2020 por el entonces "premier" Boris Johnson. Pero ningún avión ha conseguido despegar aún con destino a Ruanda por la intervención de la justicia. A finales del año pasado, el Tribunal Supremo del Reino Unido siguió los pasos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos oponiéndose a la medida al considerarla ilegal.

Sunak tuvo que cerrar entonces un nuevo pacto con Kigali con modificaciones para asegurar que “las personas desplazadas a Ruanda no correrán el riesgo de ser devueltas a un país donde su vida o su libertad se vean amenazadas”. Pero el nuevo proyecto de ley no convence a los diferentes grupos de su formación, por razones distintas. Mientras que los moderados consideran que se va demasiado lejos, el núcleo duro reclama que sacar al Reino Unido de la Convención Europea de Derechos Humanos es la única vía de evitar que la política de deportaciones vuelva a ser obstaculizada por los jueces.

El pasado mes de diciembre, tras días de máxima tensión, Sunak consiguió mantener vivo el proyecto de ley, pese a la abstención del núcleo duro de la formación, en una votación que se había convertido en la práctica en una moción de confianza sobre su gestión como primer ministro. Pero ahora el ala dura del Partido Conservador vuelve a la carga con series amenazas de rebelión que ponen contra las cuerdas a un líder cada vez más desacreditado.