Tensiones en el norte de Kosovo

«La disuasión occidental en los Balcanes no es creíble»

El analista político Jasmin Mujanović, autor de «Hunger and Fury: The Crisis of Democracy in the Balkans (Oxford University Press, 2018)», analiza la escalada de la violencia en el norte de Kosovo

Polish soldiers, part of the peacekeeping mission in Kosovo KFOR, rest in front of a municipal building in the town of Zvecan, northern Kosovo, Tuesday, May 30, 2023. Troops from the NATO-led peacekeeping force in Kosovo have used metal fences and barbed wire to beef up positions in a northern town following clashes with ethnic Serbs that left 30 soldiers wounded. (AP Photo/Marjan Vucetic)
Kosovo Serbs ClashesASSOCIATED PRESSAgencia AP

Los enfrentamientos entre los militantes serbios en el norte de Kosovo y las fuerzas de la KFOR, que dejaron más de 50 civiles y 30 soldados del contingente de la OTAN heridos en la localidad de Zvečan, han obligado a la Alianza Atlántica a mover ficha. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, anunció en la tarde del martes el despliegue de más de 700 nuevos efectivos en la zona, inflamada por las disputas entre la mayoría serbia y las autoridades kosovares. El analista político Jasmin Mujanović, autor de «Hunger and Fury: The Crisis of Democracy in the Balkans (Oxford University Press, 2018)», disecciona en conversación con LA RAZÓN la enésima escalada de las tensiones en los Balcanes.

¿Por qué ha estallado la crisis? ¿Podríamos decir que es la más grave en lo que va de año?

Esta crisis debe entenderse en el contexto más amplio del fracaso de Estados Unidos y de la Unión Europea a la hora de negociar un acuerdo de normalización entre ambas partes. No quieren ejercer demasiada presión sobre Serbia con la ilusión de sacar al presidente Vucic de la órbita de Rusia. Vucic, a su vez, lo ha interpretado como una señal de que puede escalar sin consecuencias, y eso es justo lo que ha hecho. En lo que respecta a los últimos días, Kosovo organizó elecciones municipales, apoyadas por Washington y Bruselas, pero boicoteadas por los partidos étnicos serbios locales por orden de Belgrado. Cuando el Gobierno de Pristina actuó para garantizar que los nuevos alcaldes pudieran desempeñar sus funciones desde sus respectivas oficinas municipales en el norte, los militantes serbios locales reaccionaron con violencia y ataques contra la KFOR. Ahora, EE UU ha adoptado la postura de que los responsables de la violencia no son los militantes dirigidos por Belgrado, sino el Gobierno de Kosovo por haber intentado instalar a los alcaldes.

Decenas de miembros del contingente de la OTAN han resultado heridos. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias? Por de pronto, Stoltenberg ha anunciado que refuerza el operativo con 700 agentes.

La consecuencia más significativa ha sido que Estados Unidos ha acabado culpando al Gobierno de Kurti de la violencia, una interpretación casi incomprensible. La actuación de la KFOR fue alarmante. Las tropas se vieron claramente desbordadas. Esto, a su vez, tiene importantes ramificaciones para las otras fuerzas regionales de mantenimiento de la paz, la EUFOR en Bosnia, que cuenta con menos de la mitad de efectivos que la KFOR, y está destinada a mantener la paz en un país con el doble de población y cinco veces más grande, donde otro actor nacionalista serbio militante lleva años atizando los problemas. En definitiva, los acontecimientos de ayer sugieren que la disuasión occidental en los Balcanes no es creíble.

Además de Serbia, la UE, EE UU y la OTAN han señalado al primer ministro kosovar Albin Kurti por alimentar la tensión. ¿Le sorprende?

No estoy sorprendido, pero sí decepcionado y alarmado. Occidente ha decidido con claridad que sus principales socios en los Balcanes sean Serbia y, por lo que respecta a Bosnia, también Croacia. Eso son malas noticias para Kosovo, pero también para Bosnia y Montenegro, porque son claramente el objetivo de los ataques constantes y sistemáticos.

¿Cuáles pueden ser las implicaciones para el proyecto de ampliación de la UE? La mediación de Borrell desactivó la «crisis de las matrículas», pero ¿es suficiente?

La posición de la UE en Kosovo, y en la región en general, es funcionalmente irrelevante. Es obvio que ahora el Acuerdo de Ohrid [por el cual Macedonia se comprometió en 2001 a mejorar los derechos de la población albanesa] está muerto. Además, el acuerdo de las matrículas ni siquiera ha entrado en vigor. La UE es un no actor en términos de la situación política real sobre el terreno.

¿Ve posible el intercambio de territorios o la federalización de los municipios de mayoría serbia en Kosovo?

Es difícil imaginar un escenario en el que se produzca cualquier tipo de intercambio de territorio sin otra gran oleada de violencia, que probablemente se extendería a otras partes de la región, incluida Bosnia y posiblemente también Macedonia del Norte.

En clave interna de Serbia, ¿le puede pasar factura a Vucic no mostrarse lo suficientemente contundente?

La posición de Vucic no se ve amenazada por ese motivo. Controla a los elementos nacionalistas y paracriminales que orquestaron la violencia contra la KFOR. Las recientes protestas antigubernamentales han supuesto un cierto desafío para Vucic, pero no hay indicios reales de que su régimen se encuentre en peligro en estos momentos. En todo caso, está avivando los problemas en Kosovo para distraer a su público nacional de las protestas.