Reino Unido
Dominic Cummings, el Steve Bannon de Boris Johnson
El cerebro de la campaña «Vote Leave» en el referéndum de 2016 vuelve a la primera línea para ayudar al líder «tory» a consumar el Brexit «sin peros ni condiciones» el 31 de octubre.
El cerebro de la campaña «Vote Leave» en el referéndum de 2016 vuelve a la primera línea para ayudar al líder «tory» a consumar el Brexit «sin peros ni condiciones» el 31 de octubre.
Boris Johnson está decidido a sacar a Reino Unido de la UE para el 31 de octubre «sin peros ni condiciones». El líder «tory», que comparte con su amigo Donald Trump una estrategia claramente populista, no para de acaparar titulares desde que el mes pasado se mudara a Downing Street. Pero quien maneja realmente los hilos del número 10 no es el excéntrico político, sino Dominic Cummings, una figura más que misteriosa que evita todo lo que puede a las cámaras y supone la gran preocupación para el círculo pro-UE de Westminster.
No hay que fijarse en el nombre de ningún ministro. Ni siquiera el nuevo responsable de la cartera del Brexit. La inequívoca señal de que Johnson está dispuesto a cumplir su órdago y sacar al país del bloque sin pacto es que ha nombrado a Cummings, de 47 años, como su principal asesor.
En el entorno político, unos le ven como un loco, excéntrico, egocéntrico, «pero intelectualmente brillante». Otros consideran que está más que sobrevalorado y que «es solo un puto gilipollas». Lo que está claro es que no deja indiferente a nadie.
El que ahora es el asesor con más poder en Downing Street fue el cerebro de la campaña euroescéptica «Vote Leave» durante el histórico referéndum de 2016. Fue él quien ideó el eslogan «Recuperemos el control». Fue él el responsable de que Johnson recorriera el país con un autobús rojo donde se decía que Reino Unido destinaba a la UE 350 millones de libras a la semana que se podrían utilizar en su lugar para financiar el Sistema Nacional de Salud Pública. La cifra se demostró luego ser falsa.
Al igual que las alegaciones contra las ayudas comunitarias que reciben agricultores y ganaderos. Prestaciones, por cierto, de las que él mismo se ha beneficiado. Según «The Observer», Cummings es propietario, junto a sus padres, de una granja en Durham, noreste de Inglaterra, que desde 2000 ha recibido 250.000 euros en subsidios europeos.
En definitiva, pura hipocresía. Pero no importa, porque Cummings se salió con la suya en el referéndum del Brexit de 2016. Al igual que hizo a finales de los años 90 para convencer a los británicos de que se quedaran con su moneda, la libra, y no se unieran a la zona euro. Después de tres años viviendo en Rusia –donde intentó establecer una aerolínea que conectara Samara con Viena– se convirtió en director de campaña de «Business for Sterling». Entonces tan solo tenía 28 años.
El hecho de que el pasado mes de marzo fuera acusado de desa-cato al negarse a presentarse ante dos comités parlamentarios que investigan noticias falsas en Westminster no ha impedido ahora al nuevo jefe de Gobierno convertirle en su mano derecha.
Lo cierto es que, desde el triunfo del Brexit, sus tácticas han sido objeto de una serie de escándalos. El rotativo «The Observer» denunció que Vote Leave contrató a Cambridge Analytica, la polémica compañía detrás de la mayor filtración de datos personales de Facebook utilizados para apoyar la campaña presidencial de Trump. Por otra parte, en julio del año pasado, la Comisión Electoral anunció que «Vote Leave» había sido declarada culpable de violar la ley electoral por exceso de gastos. La Policía abrió una investigación al respecto.
Su principal objetivo ahora es plantear la batalla para abandonar la UE en octubre como una entre «el pueblo y los políticos», presentando a Johnson como parte del primer bando. Es más, en caso de que el primer ministro pierda la moción de confianza contra el Gobierno que prepara la oposición laborista, Cummings ha dejado claro que Johnson no abandonará su puesto porque no hay ninguna ley que le obligue a ello. Solo cuando se haya garantizado que el país ha abandonado el bloque están dispuestos a convocar elecciones anticipadas.
El estratega estaría ya preparando la campaña en Facebook para presentar al excéntrico político como el «mártir» contra las élites, por lo que lo que la mayoría absoluta estaría prácticamente garantizada.
El asesor es hijo de un gerente de proyecto de una plataforma petrolera y una maestra para niños con necesidades especiales. Nació en Durham en 1971 y estudió Historia Moderna en la Universidad de Oxford. Está casado con la periodista Mary Wakefield, del «Spectator». En 2002, fue elegido como director de estrategia del entonces líder conservador, Iain Duncan Smith. Entró en la oficina como un «joven modernizador y poderoso», pero su estilo ofendió rápidamente a los tradicionalistas. A los ocho meses, abandonaba el puesto acusando a Smith de «incompetente».
Tras las elecciones generales de 2010, el entonces ministro de Educación, el euroescéptico Michael Gove, le nombró como su jefe de personal. Volvió locos a los funcionarios de Whitehall (donde se encuentran los ministerios). En 2013, acabaron presentando una queja formal por su «cultura agresiva e intimidante». Con este pasado, su vuelta ahora a la política ha puesto a muchos los pelos de punta.
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