Política

Referéndum en Escocia

Economía y democracia

La Razón
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- En la recta final, ¿por qué no hay una clara mayoría?

–Lo que sugieren los sondeos es que la población escocesa está prácticamente dividida. Muchos votantes parecen insatisfechos con las promesas de ambas campañas y no se fían de la información que les llega. Los unionistas, que se identifican con ser británicos y a su país como parte de Reino Unido, y los nacionalistas, que ven Escocia como su país, con poco o nada apego a Reino Unido, probablemente ya se hayan inclinado por el «no» y el «sí», respectivamente. Es el grupo en el medio, que se identifica como fundamentalmente escocés, pero está más abierto a su futuro, el que decidirá el resultado del referéndum. Aquí es donde la identidad es menos importante que las preocupaciones económicas –aunque creo que probablemente nadie sepa cuál será el impacto económico de la independencia o de una mayor descentralización. Ambas campañas tienen a sus propios expertos, que opinan diferente. También creo que la democracia importa: y la campaña del «sí» ha hecho más al respecto de lo que esperaba. Con menos de una décima parte de la población, Escocia es una minoría para Reino Unido y el sistema de partidos aquí es distinto. En particular, los dos principales son de izquierdas (el SNP y el laborista), mientras que los conservadores –y Cameron– son profundamente impopulares.

- Existe un debate conservador sobre si Cameron debería dimitir en caso de que se independice, por haber permitido la consulta.

–Algunos «tories» están siendo citados, «off the record», con comentarios hostiles hacia ese acuerdo. Muchos quieren a Cameron fuera y sólo usarán la oportunidad del voto del «sí» para deshacerse de él. Por supuesto que será un desastre político para cualquier primer ministro de cualquier país y más secciones de la población cuestionarán su competencia.

*Profesor de Política en la Universidad de Glasgow. Preguntas elaboradas por Esther S. Sieteiglesias