Accidente de Germanwings
El BEA francés, referencia mundial en la investigación de catástrofes aéreas
Todas las miradas se vuelven hacia la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, referencia en la indagación de siniestros aeronáuticos.
Mientras las autoridades reiteran que no se descarta ninguna hipótesis para aclarar el accidente del avión de la compañía alemana Germanwings en los Alpes, todas las miradas se vuelven hacia la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, referencia en la indagación de siniestros aeronáuticos.
Francia cuenta, junto a Estados Unidos y Gran Bretaña, con uno de los organismos de expertos en accidentes aéreos más reputados del mundo, con una heterogénea plantilla donde trabajan ingenieros, expilotos, informáticos, matemáticos o especialistas en materiales.
"El BEA francés tiene una gran reputación por varios elementos: esencialmente, está vinculado a la tradición aeronáutica francesa", explicó a Efe el redactor jefe del "Journal de l'Aviation", Romain Gillot, que recordó que todos los países cuentan con una institución similar.
El especialista agregó que "también pesa que en Francia se fabriquen cajas negras en la empresa Thales y que en Toulouse (sur) haya una gran cadena de ensamblaje del fabricante Airbus".
El organismo, creado en 1946 y con sede en el aeropuerto parisino de Le Bourget, es el encargado de averiguar qué provocó la tragedia del vuelo Barcelona-Düsseldorf y argumentar con datos científicos qué pudo pasar en esos ocho minutos en los que el avión perdió 7.000 metros de altura.
Comenzarán por descifrar la caja negra que han recuperado los equipos de socorro en la montaña, el dispositivo que graba las conversaciones en cabina. Falta la segunda, que registra parámetros técnicos como la velocidad o la altitud.
Se sabe que la caja negra de la que se dispone ha quedado dañada tras el violento accidente, pero los técnicos del BEA cuentan con poder utilizar los datos y arrojar luz sobre el motivo llevó al Airbus A320 de Germanwings a chocar con la pared de una montaña en una zona escarpada a casi 3.000 metros de altura.
En este caso, se trata de una tragedia ocurrida en suelo francés, pero es habitual que los teléfonos del BEA suenen cuando un avión desaparece en cualquier lugar del mundo.
Por ejemplo, cuando el Boeing 777 de Malaysia Airlines con código MH370 se esfumó de los radares sin que hasta hoy se hayan explicado qué sucedió, ya que no se ha encontrado el fuselaje.
Las autoridades malasias pidieron ayuda a Francia, que envió a tres de sus expertos del BEA liderados por Jean-Paul Troadec, ingeniero aeronáutico y expresidente del organismo hasta su jubilación y relevado en 2013 por Rémi Jouty.
En los años de Troadec al frente del BEA se recuerdan especialmente las complicadas pesquisas sobre el accidente del vuelo de Air France entre Río de Janeiro y París, que el 1 de julio de 2009 se estrelló en aguas del Atlántico y le costó la vida a 228 personas.
Primero se localizaron las cajas negras a más de 3.000 metros de profundidad con relieve submarino bastante accidentado, y finalmente se consiguió establecer que un cúmulo de fallos técnicos ligados a la medición de la velocidad del vuelo confundieron a la tripulación, que hizo un diagnóstico incorrecto y siguió un protocolo inadecuado.
El último accidente internacional en la mesa del BEA -que cuenta con un centenar de expertos y tiene abiertas investigaciones por incidentes aéreos recientes en Colombia, Chile o Alemania-, es el choque de dos helicópteros en la provincia argentina de La Rioja, en el que murieron diez personas cuando iban a rodar un programa de televisión francés.
Pero el BEA, que tiene firmados acuerdos bilaterales con organismos homólogos de 24 países en los cinco continentes y ha colaborado en investigaciones en Rusia, las Comores, Venezuela o Egipto, no estará solo en la investigación del avión que volaba de Barcelona (España) a Düsseldorf (Alemania).
El fabricante del aparato siniestrado, el grupo europeo Airbus, también ha enviado un equipo técnico para asistir en la investigación.
"Siempre que hay un accidente, en cuanto se conoce la noticia, un equipo de expertos va al lugar donde ha tenido lugar y colabora con el BEA o con la organización similar del país en el que ocurre para aclarar las posibles causas de la tragedia y aportar soporte técnico relacionado con el fabricante, cajas negras...", explicó a Efe un responsable de Airbus.
Javier Albisu/Efe
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