Caso Ruby
El «caso Ruby» inhabilita a Berlusconi de por vida
La Fiscalía le condena a siete años de cárcel por abuso de poder y prostitución de menores. «Resistiré a la persecución», asegura el ex primer ministro, que se declara «inocente»
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi ha sido condenado hoy por el Tribunal de Milán a 7 años de prisión y a inhabilitación perpetua para ejercer cargo público por el caso Ruby, en el que se le juzgaba por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.
A Silvio Berlusconi siempre le gusta presentarse como la máxima encarnación del macho alfa por el que las mujeres se deshacen al verle. Se permite incluso contar frente a las cámaras chistes como este: «Han realizado un sondeo entre mujeres de 20 a 30 años, y la pregunta era: ''¿Usted haría el amor con el presidente?'' Un 33 por ciento dijo que sí y el 67 por ciento restante contestó: ''¿Otra vez?"». Lo contó poco antes de que comenzara el «proceso Ruby», cuya sentencia dejó ayer helado al ex primer ministro y tiritando al Gobierno italiano, del que forma parte su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL). A «Il Cavaliere» le cayeron siete años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Sus abogados anunciaron que recurrirán la decisión del tribunal. Habrá, por tanto, una sentencia en segunda instancia y, si sigue siendo desfavorable para los intereses del magnate, una apelación al Tribunal Supremo.
Fue por una mujer, la muchacha de origen marroquí Karima El Mahroug, alias «Ruby», por la que se le abrió ese infierno judicial, en el que está acusado de incitación a la prostitución de menores por haber mantenido relaciones sexuales con la chica en 2010 cuando ella aún no había cumplido los 18 años. Está imputado además por abuso de poder, ya que llamó a una comisaría de Policía donde estaba detenida Ruby tras cometer un robo para exigir que fuera puesta en libertad. Según dijo, lo hizo para evitar un conflicto diplomático, pues pensaba que la muchacha era sobrina del entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Ha sido también una mujer la que ha ido martilleando los clavos del ataúd judicial de «Il Cavaliere» durante los 27 meses que ha durado el proceso. Se trata de la fiscal Ilda Boccassini, la gran enemiga del ex primer ministro en los juzgados, quien habría pagado 4,5 millones de euros a Ruby por sus servicios sexuales y llamó a la comisaría para evitar que saliera a la luz «el sistema de prostitución para la satisfacción de su placer sexual organizado en Arcore», la casa de Berlusconi cerca de Milán donde montaba sus bacanales, los célebres «bunga bunga». Boccassini, que sorprendentemente ayer no estuvo en el aula, pidió seis años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos. La sentencia es un año más dura porque el tribunal considera que la llamada a la comisaría fue una constricción y no una inducción indebida.
También han sido mujeres las encargadas de juzgar al septuagenario político. Giulia Turri, Carmen D'Elia y Orsola de Cristofaro son los nombres de las tres magistradas que ayer, en un tribunal coronado por el lema «La ley es igual para todos» decidieron hacer realidad el infierno judicial que «Il Cavaliere» llevaba meses esperándose. La encargada de leer la sentencia fue Turri, quien ya se las vio con los intereses del magnate en una de las fracciones del juicio por el caso Mediaset.
Precisamente es ése y no el proceso Ruby el más peligroso ahora mismo para los intereses de Berlusconi, pues ya ha sido condenado en primera y segunda instancia a cuatro años de cárcel y a cinco de inhabilitación para ejercer cargos públicos por fraude fiscal. Con el «caso Ruby» el camino para que se haga firme la pena es aún largo, pero con el de Mediaset a la vuelta del verano llegará la decisión del Tribunal Supremo.
Pese al enorme ruido mediático y político que provocó la sentencia, será difícil que acabe significando el fin del Gobierno de Enrico Letta. Aunque en el PDL ayer los ánimos estaban excitadísimos y había incluso quien hablaba de «golpe de Estado», ni a esta formación ni al propio Berlusconi les interesa en principio poner fin a la «Extraña coalición», como se conoce en Italia al pacto entre la derecha y la izquierda para formar Gobierno. «Il Cavaliere» reaccionó con una nota en la que afirma que «resistirá a esta persecución» y vuelve a repetir que es «absolutamente inocente». Aunque todo hacía pensar que iba a ser condenado, asegura que estaba «absolutamente convencido» de que llegaría la absolución, pues «en los hechos no hay de verdad ninguna posibilidad para condenarme». La sentencia, que calificó de «increíble», tiene como objetivo su «eliminación de la vida política».
tres posibles escenarios
RECURRIR LA SENTENCIA
El abogado de Silvio Berlusconi, Niccolo Ghedini, anunció ayer tras el juicio que recurrirá la condena del ex primer ministro italiano.
Habrá, por tanto, una sentencia en segundo grado. Para conocerla habrá que esperar unos meses.
ÚLTIMA INSTANCIA
Si la sentencia en segundo grado sigue siendo negativa para los intereses de «Il Cavaliere», sus letrados a buen seguro recurrirán la sentencia del Tribunal Supremo, la última instancia que les queda, pues el derecho italiano contempla dos niveles de apelación.
TRIBUNAL SUPREMO
Si el Supremo también condena al ex primer ministro italiano, quedaría inhabilitado para ejercer cargos públicos, por lo que debería devolver su acta de senador. Sería más difícil que «Il Cavaliere» acabara en la cárcel debido a su elevada edad,ya tiene 76 años.
Letta se enfrenta también a la dimisión de una ministra
En medio de la «tormenta Berlusconi», el Gobierno italiano se enfrentó ayer a la dimisión de un miembro del gabinete. La ministra de Igualdad, Deporte y Juventud, la campeona olímpica Josefa Idem, presentó ayer su renuncia, tras la polémica levantada en Italia por las recientes acusaciones de evasión de impuestos. Idem presentó su dimisión al primer ministro, Enrico Letta, que la aceptó durante un encuentro que ambos mantuvieron en Roma, y que ahora repartirá sus atribuciones entre diferentes miembros del gabinete. «Antes de mi reunión con Letta ya había decidido presentar mi dimisión, pero quise abordar con él una atenta valoración de la situación que se ha creado y la escasa relevancia de los hechos que se me han imputado», señaló la hasta ayer titular de la cartera de Igualdad.
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