El delirio de un racista radicalizado en Francia

Pésimo alumno obsesionado con la forma física. El australiano viajó por España, otros países de Europa y Asia gracias a las criptomonedas

Brenton Tarrant no dejó nada para el azar en su plan para llevar a cabo el ataque terrorista más sangriento perpetrado en Nueva Zelanda. Convencido en la necesidad de la supremacía blanca, su radicalismo se fue gestando con el tiempo y lo ejecutó con una premisa básica: hacer el mayor daño posible a la comunidad musulmana. Eligió el país apropiado, Nueva Zelanda, un lugar remoto, de fácil acceso desde su Australia natal y muy poco acostumbrado a que se produzcan ataques de esta dimensión. Marcó el día de la semana, viernes de oración, el más concurrido en las mezquitas de todo el mundo en el que niños y mujeres son bienvenidos; y optó por una hora propicia, la del almuerzo, momento de mayor afluencia para el rezo. Ya sólo le faltaba ejecutar un arsenal devastador cargado con las ideas supremacistas que él mismo se encargó de publicar en Twitter a través de un manifiesto de 74 páginas.

Tarrant se crió en el seno de una familia con poco poder adquisitivo en Grafton, una ciudad de 18.600 habitantes ubicada a 640 kilómetros al norte de Sidney, estado de Nueva Gales del Sur. Su padre falleció en 2010, fue nefasto en los estudios y heredó de su progenitor el culto por el cuerpo. Triunfó como entrenador personal en un gimnasio de su ciudad y dejó prendados a jefes y clientes. «Fue un trabajador muy dedicado y formó parte de un programa que ofrecía entrenamientos gratuitos a los niños de la comunidad», señaló su manager en el gimnasio donde trabajó, Tracey Gray.

Sin embargo, lo que más dinero le dio fue invertir en criptomonedas y con los beneficios se dedicó a viajar por Asia y Europa (España, Portugal, Francia... Cuando llegó a Francia, sus convicciones se radicalizaron de manera abrupta. Tal y como refleja en el manifiesto, durante su viaje al país galo en 2017, Tarrant llegó a la conclusión de que los franceses blancos estaban sufriendo una invasión de personas de otras razas. «Lo que pensé que era un rumor exagerado acabó siendo cierto», relató en su escrito.

El que el manifiesto del principal sospechoso de los ataques terroristas de Christchurch se titulara «El Gran Reemplazo» evidencia una clara referencia al libro publicado en 2012 por el escritor francés de tendencia radical de derechas Renaud Camus. En él, el escritor aborda la teoría de la presencia de ciudadanos del norte de África y subsaharianos en Europa y cómo poco a poco los musulmanes están reemplazando a la mayoría blanca. La gota que colmó el vaso fue el ataque terrorista de 2017 en Estocolmo en el que un coche arrolló a varias personas y acabó con la vida de cinco de ellas. Tarrant quería venganza y su mente comenzó a calibrar sobre el cómo, el cuándo y el dónde. El a quién lo tuvo claro desde el principio.

«Tan solo soy un tipo normal que viene de una familia convencional que lo único que quiere es dar un paso al frente para asegurar el futuro de mi gente», afirmó. «Quiero vengarme de los invasores de las tierras europeas por los cientos de miles de muertes causadas por los invasores extranjeros en la Historia. Vengarme por la esclavitud de millones de europeos que han perdido su tierra por los esclavistas islámicos», insistió. Finalmente ejecutó su cometido contra la comunidad musulmana en uno de los países más pacíficos del mundo. El daño que ha hecho a Nueva Zelanda y a Australia es profundo y aún quedan muchas, demasiadas preguntas por responder en cuanto a cómo articuló un atentado de estas características sin que las autoridades sospecharan lo más mínimo.