Política

Espionaje en EEUU

El espionaje masivo debilita a Obama frente a sus aliados

La Casa Blanca se prepara para nuevas revelaciones sobre China o Irán

LA SOLEDAD DEL PRESIDENTE. Obama en el porche de la Casa Blanca
LA SOLEDAD DEL PRESIDENTE. Obama en el porche de la Casa Blancalarazon

¿Cuánto margen le darán los gobiernos aliados a Washington? Parece que el periodista Glenn Greenwald está dispuesto a comprobarlo con sus «bombazos» sobre el programa de espionaje de Washington. No sólo ha trascendido el espionaje a millones de personas dentro y fuera de Estados Unidos, sino también a los líderes europeos hasta llegar incluso a «pinchar» el teléfono de la canciller alemana Angela Merkel. La próxima semana, los jefes del espionaje alemán viajarán a Estados Unidos para tratar este asunto con la Casa Blanca y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), según informó el portavoz del Gobierno alemán, Goerg Streiter, y confirmaron fuentes de la Casa Blanca ayer. ¿Corre el peligro el presidente Barack Obama de aislar a Estados Unidos de la comunidad internacional, como paradójicamente denunció de su antecesor George W. Bush? ¿O simplemente las convocatorias de los países europeos de los embajadores de Estados Unidos en sus países es una pose ante la opinión pública de sus ciudadanos? ¿Afectará al tratado de libre comercio entre Washington y Bruselas? ¿Se puede considerar a un país aliado aunque se le espíe? ¿Cómo afectará a la colaboración entre los países en la lucha contra el terrorismo? Ayer el senador republicano de Florida Marco Rubio indicó que «todos los gobiernos espían. Esto se sabe. Quizá los líderes europeos hagan esto (llamar a los representantes estadounidenses en sus países) de cara a sus políticas internas». Rubio está en las quinielas para representar al Partido Republicano en las elecciones presidenciales de 2016 y optó por dar un capote a su «comandante en jefe». La asistente del presidente en Seguridad Nacional y Contraterrorismo, Lisa Monaco, escribió ayer un artículo de opinión en el periódico «USA Today» en el que justificó el programa parafraseando a Barack Obama. «No escuchamos todas las llamadas de teléfono ni leemos todos los e-mails. Hoy en día el mundo está interconectado, y el flujo de información no tiene precedentes. Por ello, el presidente nos ha ordenado revisar las capacidades de vigilancia, incluido a nuestros aliados extranjeros. Continuaremos recogiendo la información que necesitemos para mantenernos a salvo y también a nuestros aliados. Mientras, nos aseguraremos de que hay un equilibrio entre la seguridad y la privacidad», explicó Monaco en el artículo en el periódico estadounidense. «No es un secreto que nos hacemos con información de todo lo que ocurre en el mundo para proteger a nuestros ciudadanos, aliados y a nuestro país. Igual que lo hace cualquier servicio de inteligencia en el mundo. Los tres poderes del gobierno tienen la función de supervisar los servicios de Inteligencia. », intentó conciliar Monaco. En este sensible contexto, el presidente Barack Obama decidió adelantarse ayer a Greenwald.

Dos diplomáticos occidentales filtraron a la agencia de noticias Associated Press que funcionarios de Estados Unidos les han dado más detalles sobre el material que se llevó el analista Edward Snowden en su ordenador. El movimiento se produce después de que el periodista anunciara nuevas revelaciones. Desde la Casa Blanca, se esperan datos sobre Irán, Rusia o China. No en vano, el periodista Greenwald alertó hace unos días de que todavía queda por publicarse lo peor. Mientras, fuentes diplomáticas confirmaron a Efe que la semana que viene Alemania y Brasil presentarán un primer borrador de resolución ante la ONU para que ésta se pronuncie sobre el espionaje en defensa de la protección a la privacidad y las comunicaciones.

Espiar y vigilar, ¿es lo mismo?

Los últimos documentos filtrados de que Estados Unidos ha espiado a la Unión Europea, Brasil, Francia o Alemania han hecho al periódico «The New York Times» revisar en un debate en su página web el concepto de «aliado». También, plantea si «vigilar» se puede comparar con «espiar». En la Casa Blanca preocupa cómo puede afectar este escándalo con sus aliados a otro lado del Atlántico y si esta crisis perjudica al liderazgo de la primera potencia.