«El Movimiento 5 Estrellas ha triunfado en ciudades "desencantadas"con la política»

Riccardo Prandini, profesor de sociología de la Universidad de Bolonia, analiza para LA RAZÓN el resultado de los comicios municipales italianos y la sorprendente victoria del Movimiento 5 Estrellas

- ¿Cómo van a afectar los resultados de estas elecciones a la política nacional?

Es difícil de decir. Lo que se puede prever con facilidad es que va a tener lugar una simplificación del debate político que encaja muy bien con el populismo. Ya sabemos que no es una solución, pero parece demasiado complicado fijar la atención de los ciudadanos en reflexiones políticas complejas y abstractas. Los eslóganes políticos simples, que son poco eficaces, y la solidificación de las identidades, ahora algo endebles, podrían ser las mejores herramientas para partidos y movimientos, que se están responsabilizando cada vez menos de sus actos.

- ¿Cuál es su opinión sobre Virginia Raggi?

Virginia Raggi es una joven telegénica e inteligente. Actúa como la abogada que es, de una manera cauta y siempre teniendo como punto de referencia la ley. No se muestra agresiva, sino respetuosa, pero a la vez inflexible. No tiene experiencia en el Gobierno, así que es bastante difícil saber si será una buena alcaldesa.

- ¿Y sobre el Movimiento 5 Estrellas?

Este partido representa una formación política nueva, muy interesante. No han llegado a ningún acuerdo con ningún otro partido histórico y están esperando su momento para gobernar. Este momento parece que ha llegado con las elecciones administrativas de Roma. Sinceramente, su victoria allí era más que esperada. No es sólo que el resto de las formaciones históricas hayan llevado a cabo medidas malas, sino que han operado fuera de la ley. Con la victoria del Movimiento 5 Estrellas, Roma parece ser uno de los primeros ejemplos de un cambio de un sistema político basado en los partidos a uno de personas desencantadas por la política que se representan a sí mismas. La gran sorpresa ha venido de Turín, donde ha jugado un rol importante el voto de castigo de la derecha contra el gobierno de Renzi. Turín y Roma son dos ciudades bastante diferentes, pero coinciden en el marcado desencanto de la ciudadanía con la política, una ciudadanía que cree que no se puede castigar a la clase gobernante por sus fallos. La gente empieza a pensar que el sistema político basado en partidos está muy limitado.

- ¿Cree que podrán competir en las elecciones nacionales de 2018?

Antes de sopesar si pueden constituir una opción real para las próximas elecciones, tenemos que esperar y ver cómo gobiernan. Lo que es seguro, es que seguirán existiendo, incluso aunque la economía se recuperase. Lo que está en juego es la idea misma de la representación política.