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El número de muertos podría superar los 10.000
La cifra de muertos por el terremoto de Nepal supera podría superar los 10.000, según ha dicho el primer ministro de Nepal
El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, ha admitido que el número de fallecidos por el terremoto del pasado sábado podría superar los 10.000 y ha asegurado que su Gobierno está "en pie de guerra"para rescatar y ayudar a los damnificados. El jefe del Gobierno nepalí ha apuntado, en una entrevista con la agencia Reuters, que su país necesita tiendas y medicinas para las víctimas. En este sentido, ha advertido de que las labores de tratamiento y rehabilitación supondrán un "gran desafío"nacional.
La cifra de muertos por el terremoto de Nepal supera ya los 4.000 mientras las autoridades se afanan en encontrar supervivientes e intentar restablecer servicios como la electricidad el agua. El Ministerio del Interior indicó que el número de muertos es de 4.252 y el de heridos suma más de 7.000.
Más de 6.000 edificios de Katmandú han sufrido daños o han quedado destruidos por el terremoto que sacudió el sábado Nepal, según un balance del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia del Ministerio del Interior nepalí. Al menos 4.184 edificios han sufrido "daños parciales"por el terremoto y sus réplicas, mientras que otros 1.914 han sufrido "daños completos", lo que equivale a su destrucción total, ha informado la agencia en su cuenta de Twitter.
Las autoridades de Nepal trabajan contrarreloj, con ayuda de organizaciones y gobiernos internacionales, para tratar de ayudar a los afectados, reconstruir las instalaciones e infraestructuras dañadas y proporcionar los productos de primera necesidad como el agua informa Ep.
Apenas 300 kilómetros separan la capital de India de la frontera con Nepal, suficientes para que se sintieran las réplicas de ayer, la mayor de ellas de 6,8 en la escala de Richter. En cuanto se percibieron los primeros temblores, varias líneas de metro suspendieron el servicio en Nueva Delhi, una ciudad consternada por la catástrofe, que ya ha segado más de 3.726 vidas humanas. Todas las cadenas de televisión indias repiten las imágenes que llegan de Katmandú: nepalíes incinerando bajo la lluvia a sus seres queridos para, acto seguido, seguir buscando entre los escombros a los familiares y conocidos que siguen desaparecidos.
Miles de personas pasaron la noche de ayer al raso por miedo a nuevos seísmos. De hecho, ayer en la capital de Nepal volvió a sentirse temblar la tierra al menos en tres ocasiones: dos durante la noche y una a primera hora del día. La razón de que la opinión pública india se haya centrado de manera casi obsesiva en el terremoto va más allá de la larga frontera que comparten ambos países y de los lazos étnicos, religiosos, políticos y hasta familiares existentes entre India y Nepal, una nación que mira con desconfianza tanto a China como a Nepal. El seísmo del sábado, de 7,8 grados, se ha cobrado hasta el momento la vida de 61 personas en suelo indio (además de en Pakistán, Tíbet y Bangladesh).
India ha sido también la primera nación en enviar ayuda humanitaria a la región en cuanto, a primera hora de ayer, reabrió el aeropuerto internacional de Katmandú, que tiene fama de ser uno de los más peligrosos del mundo. Según informó a Efe una fuente del Centro Nacional de Operación de Emergencia, la última cifra de fallecidos se situó en 3.218, de los cuales 1.291 han sido identificados, una referencia que no hace más que subir con el paso de las horas. El número de heridos, por su parte, ha alcanzado ya los 6.535, de acuerdo con la misma fuente.
Sin embargo, nadie se engaña sobre la tendencia que experimentarán estas cifras en los próximos días, incluso en las próximas horas. La violencia del seísmo, unida a la precariedad de las infraestructuras de comunicaciones y al caos que aún reina en una amplia parte del país, hacen temer que el número total de muertos y heridos ascienda significativamente. Al cierre de esta edición, se hablaba de al menos 777 muertos sólo en Katmandú, que se suman a 224 en Bhaktapur y otros 151 en Lalitpur. De momento, la región central del país es la más afectada, con 1.017 fallecidos, seguida de la parte occidental, con 209. Al menos 50 personas han perdido la vida en el este de Nepal y otras dos en la región centro-oeste, informa Ep. Los equipos de ayuda humanitaria recordaron ayer que aún no han llegado noticias claras de la región del epicentro del seísmo, situado cerca de Lamyung, a unos 80 kilómetros al noroeste de la capital, en el distrito de Gorkha.
Las vías de acceso a este área han quedado completamente destruidas por las avalanchas, lo que está retrasando a los equipos de rescate, afirmó Prakash Subedi, alto funcionario en la región, informa Ap. Un trabajador social de la ONG World Vision, Matt Darvas, declaró ayer que en la zona se rumorea que todas las aldeas cercanas al epicentro han sido enterradas por las rocas de los desprendimientos. Esas aldeas estaban encaramadas en las faldas de las montañas y sólo eran accesibles por escarpadas carreteras y finalmente a pie. Las construcciones eran generalmente de mampostería artesanal, con lo que el temblor ha debido echarlas por tierra casi inmediatamente. El terremoto, el más potente en la región desde 1934, no ha sido una sorpresa para los sismólogos, que ya habían alertado de que un evento geológico de estas carácteristicas era posible en una región en la que la densidad de población y la debilidad estructural de la mayoría de los edificios se han aliado para multiplicar trágicamente el coste en vidas humanas. «Este terremoto definitivamente no fue una sorpresa. El último evento similar en esta parte del Himalaya fue hace unos 500 años, que es aproximadamente el promedio de tiempo en que se producen estos eventos», opinó Marin Clark, geofísico de la Universidad de Michigan (EE UU), según una información de Efe.
La comunidad internacional ha comenzado a enviar equipos de rescate y ayuda humanitaria. Miembros del Ejército indio se encuentran ya en las calles de la capital nepalí ayudando, y media docena de helicópteros de ese país sobrevuelan la zona, ayudando de manera activa al rescate de los montañeros atrapados en el Everest. Pakistán envió ayer cuatro aviones militares C-130 Hércules con personal y material médico. Mientras, la UE informó de que equipos de asistencia y rescate europeos están trabajando ya sobre el terreno en Nepal, mientras que la ONU está preparándose para organizar un gran esfuerzo de asistencia.
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