Irak
El objetivo de Al Qaeda
Irak es un triste recordatorio de que el mal y el odio existen. Según la agencia AFP, en 2013 han muerto en este país al menos 7.157 personas víctimas de la violencia terrorista. Por una parte, la guerra abierta entre los dos grandes grupos islamistas, suníes y chiíes, se cobra sin cesar víctimas inocentes en mercados, cuarteles y comisarías de policía. De otro lado, Al Qaeda, lejos de haber desaparecido, sigue operando sin misericordia y su objetivo de eliminar al cristianismo del país se concreta en secuestros, chantajes, amenazas y atentados brutales contra cristianos y sus iglesias. Los atentados de Bagdad que nos han roto en añicos la alegría y la paz con que muchos festejábamos la venida de Jesús nos han dejado un halo de inmensa tristeza y dolor. El mismo Papa Francisco en su mensaje de Navidad pedía por la paz en el mundo y, especialmente, en países que sufren una terrible persecución a los cristianos, como Nigeria o Irak.
Hace apenas tres años, le preguntaban a una mujer caldea católica que había sobrevivido a un brutal ataque contra una iglesia que se cobró la vida de 58 personas si no tenía miedo de volver a misa los domingos. Ella contestó sin pensárselo dos veces: «¡Claro que tengo miedo. Pero qué mejor lugar para morir que morir en una iglesia!».
Sólo desde el perdón y desde una profunda acción política que luche contra el terrorismo conseguiremos acabar con esta lacra que, como un cáncer, corrompe el siglo y mundo en los que vivimos.
*Director de Ayuda a la Iglesia Necesitada
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