Política exterior

El pueblo hongkonés reclama la intervención de Reino Unido

Cientos de personas se han reunido esta mañana frente al consulado británico para exigir el cumplimiento de la Declaración Conjunta chino-británica de 1997 que permitió la adhesión de Hong Kong a China.

Protestantes durante una manifestación en Hong Kong reclaman la intervención de Reino Unido /EFE
Protestantes durante una manifestación en Hong Kong reclaman la intervención de Reino Unido /EFElarazon

Cientos de personas se han reunido esta mañana frente al consulado británico para exigir el cumplimiento de la Declaración Conjunta chino-británica de 1997 que permitió la adhesión de Hong Kong a China.

A cambio de devolver la colonia de Hong Kong al territorio chino, el Gobierno británico impuso una cláusula en el contrato: las estructuras democráticas de Hong Kong serían escrupulosamente respetadas, o al menos durante los siguientes 50 años. Pero 22 años después, el pueblo hongkonés, Unión Jack (bandera británica) en mano, y al grito de “¡God save the Queen!”, exige la intervención británica: “Estoy aquí para llamar la atención de Gran Bretaña sobre el hecho de que la fórmula de ‘un país, dos sistemas’ está prácticamente muerta. Espero que Reino Unido haga que China se adhiera a la Declaración conjunta chino-británica para que podamos tener sufragio universal, como se nos prometió”, decía So, uno de los manifestantes que participaban en la marcha.

Uno de los organizadores de la manifestación se presentó frente a la multitud ocultando su rostro y leyó un texto que rezaba:“La declaración conjunta chino-británica está siendo violada y ‘un país, dos sistemas’ es disfuncional. Todos y cada uno de los aspectos de Hong Kong están bajo el comando directo del Gobierno chino”.

Por la tarde, una manifestación convocada por el Frente de Derechos Humanos Civiles (un grupo que ha estado detrás de la organización de varias manifestaciones) ha llenado las calles de la zona del Almirantazgo, donde se encuentran las oficinas del Gobierno.

Los miles de asistentes han demostrado que, a pesar de la concesión del Gobierno local de suspender el proyecto de ley de extradición -una de las cinco exigencias de los manifestantes- las protestas no han perdido un ápice de intensidad. Por decimoquinto fin de semana consecutivo, los hongkoneses han salido a la calle para conmemorar el Día Internacional de la Democracia, exigiendo libertad al Gobierno de Pekín. Arriesgándose a ser condenados a cinco años de prisión por reunión ilegal.

Como respuesta a los brotes de violencia que surgían contra las fuerzas de seguridad, y después de tres horas de manifestación, la policía antidisturbios procedió a desarticular la marcha con cañones de agua teñida de color azul y gas lacrimógeno. A partir de entonces, la situación se complicó todavía más porque los civiles, comenzaron a levantar barricadas en la carretera y así tratar de detener a la policía.