Atenas
El turismo se tambalea en Grecia
Las reservas en hoteles han caído un 30% desde el anuncio del corralito.
El turismo es el talón de Aquiles de la economía helena. Por eso, las negociaciones con los acreedores se encallaron en ocasiones debido a los desencuentros en propuestas que perjudican al sector. Y, por eso, una de las mayores preocupaciones del Gobierno de Tsipras ha sido proteger ese bien tan preciado desde el mismo día que anunció el control de capitales. Sin embargo, el daño ha sido inevitable y puede acrecentarse si las restricciones bancarias se alargan.
Según la prensa local, la semana pasada se registraron al menos 300.000 cancelaciones, la mayor cifra desde comienzos de año. El presidente de la Asociación de Empresas Turísticas Griegas (SETE) explica a LA RAZÓN que «desde la convocatoria de la consulta se ha notado una caída del 30% de las reservas de último momento».
Además, augura un retroceso en los ingresos del sector respecto al año anterior: «Durante los seis primeros meses de este año, el sector registró un aumento del 10% respecto a 2014. Con esa tendencia, calculamos un total de 25 millones de llegadas para este año (un millón más que el anterior). En este momento nadie puede asegurar si somos capaces de lograr ese objetivo».
Este descenso en las reservas afecta sobre todo a las islas. El presidente de la Asociación de Hoteleros de Mykonos –una de las islas con mayor concurrencia–, Mijalis Apostolou, revela a este diario que en los últimos días las cancelaciones se han disparado un 15%, mientras que las reservas se han congelado. De momento, «eso no significa un problema grave porque estamos al 75% de ocupación para julio y agosto».
Si el corralito se extiende, sin embargo, el temor de Apostolou es que se desplome el turismo doméstico, que representa el 40% del total en temporada alta. A pesar de que el control de capitales no incumbe a los turistas, que pueden retirar dinero sin límites con tarjeta extranjera, en muchos establecimientos, según él, «sólo piden efectivo».
Eso se ha encontrado Michel Staning, un australiano de viaje en Atenas, quien cuenta que «en muchos restaurantes te avisan que sólo aceptan metálico cuando vas a pagar. Y a veces he tenido que ir a sacar al momento. Por eso ahora pregunto antes o intento no gastar tanto para no tener que ir al cajero cada dos por tres y perder tiempo en la cola».
El descenso del consumo es otra de las preocupaciones en los comercios dedicados al turismo.
En la capital griega la bajada de reservas ha sido prácticamente imperceptible. Así lo afirman Antonis Stergiotis, encargado del Hotel Titania, y el relaciones públicas del Polis Grand Hotel. Ambos apuntan que el turismo de la capital es en su mayoría extranjero y, por el momento, no perciben ningún motivo para echarse atrás. Para Antonis, sin embargo, el problema son las dificultades que tendrán los hosteleros para obtener provisiones.
«Muchos restaurantes compran comida fresca en el mercado o en el puerto, y lógicamente tienen que pagar con metálico. Si no están preparados y tienen liquidez suficiente, pronto habrá menús donde empezarán a tacharse platos», asegura.
El sector turístico contribuye en un 16% al PIB anual heleno y aglutina un 20% de los trabajos. Piedra angular de la economía helena, su tambaleo puede debilitar todavía más la situación financiera del país y de sus habitantes.
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