Análisis

Para entender a Trump lo mejor es leer a Trump

El presidente de Estados Unidos ha comprendido como nadie que la política internacional es una cuestión de percepciones en la que hay que combinar los intereses nacionales con el control del relato y transmitir sensación de dominio

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El presidente de Estados Unidos, Donald TrumpEuropa Press

Entender a Donald Trump no es tarea fácil. Los analistas y observadores que escudriñan sus decisiones aplican las categorías y expectativas habituales para acabar (des)calificándolo de político errático, caprichoso o simplemente matón. Que la forma de actuar del presidente de EEUU se aparte totalmente de lo habitual no quiere decir que sus actuaciones carezcan de toda lógica o que se comporte simplemente como un matón de colegio.

Cualquiera de los manuales clásicos de política y técnicas militares, como El Arte de la Guerra de Sun Tzu o el Príncipe de Maquiavelo, establecen siempre la necesidad de añadir el componente psicológico al análisis de las decisiones que adoptan los dirigentes. Es decir, se trata de conocer a tu amigo y a tu adversario por igual.

En su libro firmado junto a Tony Schwarts, The Art of the Deal (1987), Donald Trump ya describía cuáles son las técnicas negociadoras que hay que seguir para triunfar. Los consejos que va dando a lo largo de este best seller ayudan a explicar su forma de comportarse en la escena internacional en un contexto en el que toda situación que necesite de una decisión política se percibe como una negociación de la que tiene que obtener el máximo beneficio.

A partir de ahí los pasos que va siguiendo son los siguientes: apuntar alto desde el principio empezando con demandas absolutamente exageradas; reforzar su posición negociadora convirtiéndose en el jugador más fuerte de la mesa al que todos van a buscar; controlar el relato de forma que aunque pierdas, tienes que decir que has ganado; jugar con los tiempos dando siempre un ultimátum a la otra parte para presionarla; ser imprevisible generando confusión o cambios inesperados; hacer del conflicto un elemento negociador y mostrarse siempre como el jugador que tiene el control de la situación.

En síntesis, Trump ha entendido como nadie que en estos momentos la política internacional es una cuestión de percepciones, en la que hay que combinar los intereses nacionales, con el control del relato y transmitiendo sensación de dominio. Por eso, para entender a Trump lo mejor es leer a Trump.

Luis I. Gordillo Pérez es profesor de Derecho constitucional en la Universidad de Deusto