Siria
Erdogan redobla su ofensiva contra el califato en Siria
Aviones turcos y rusos bombardean los feudos del EI en la frontera
Las represalias contra los dos «enemigos» del Gobierno islamista del presidente Recep Tayyip Erdogan no se ha hecho esperar. Tras anunciar el portavoz del Gobierno de Ankara, Numan Kurtulmus, que Turquía se mantiene «decidida a continuar su ofensiva contra el terrorismo» en el norte de Siria a pesar del atentado en una discoteca de Estambul, aviones turcos y rusos atacaron posiciones del Estado Islámico (EI) en la localidad fronteriza entre Turquía y Siria de Al Bab.
Según la agencia oficiosa turca Anadolu, la fuerza aérea otomana bombardeó depósitos de armas y escondites del Daesh (el acrónimo en árabe del Estado Islámico), mientras que el Ejército recurrió también a la artillería. En total, cazas F-16 turcos alcanzaron ocho objetivos del EI en las ciudades de Al Bab, Bzagah y Tadiff, en el norte del país, donde mataron a 22 militantes yihadistas, y destruyeron varios refugios y sedes del grupo terrorista, mientras que los bombardeos aéreos rusos golpearon objetivos del Estado Islámico en Dayr Kak, en el suroeste de Al Bab.
En concreto, dos bombardeos realizados por aviones no identificados mataron a tres destacados líderes del grupo yihadista Estado Islámico y a cinco combatientes en el norte de Siria, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El bombardeo tuvo como objetivo el vehículo en el que viajaban los comandantes, en una carretera entre los pueblos de Sarmada y Bab al Haua, en la provincia de Idlib y a pocos kilómetros de la frontera entre Siria y Turquía, según un comunicado de la ONG. Los fallecidos son Abu Omar al Turkistani, uno de los cabecillas de la facción islamista Partido Islámico del Turkestán, y Abu Jatab al Qahtani, uno de los líderes del grupo Frente de la Conquista del Levante, ex filial siria de Al Qaeda.
El Observatorio afirmó que Al Turkistani era considerado como uno de los diez principales líderes yihadistas en Siria. Asimismo, indicó que Qahtani luchó en el pasado en las filas de Al Qaeda en Yemen y Afganistán. El tercer cabecilla muerto fue identificado como Abu Moatasem al Diri, de nacionalidad siria. En otro bombardeo realizado en las últimas horas en la misma zona, entre los pueblos de Samada y Hazano, fallecieron cinco miembros del Frente de la Conquista que viajaban en un vehículo que quedó carbonizado, según el OSDH.
Desde que Ankara inició su ofensiva contra Al Bab, como parte de su «operación Escudo del Eúfrates» el verano pasado, las autoridades turcas esperan también crear una «zona libre» de kurdos en el norte de Siria. Más de 1.600 milicianos kurdos y de combatientes del EI han sido abatidos en Siria desde agosto. La obsesión de Erdogan de impedir a toda costa que los kurdos puedan crear un Estado semiautónomo en el norte de Siria ha puesto en riesgo la seguridad de Turquía. La posible amenaza de atentados masivos como consecuencia de la «limpieza» de yihadistas del Estado Islámico y de «terroristas» kurdo en el norte de Siria era una amenaza que ya había puesto en alerta al Ejecutivo de Ankara.
Turquía ha criticado a la coalición internacional liderada por Estados Unidos por no apoyarle en su campaña, por lo que se ha acercado a Moscú para conseguir ayuda militar. En la última semana, el Gobierno turco anunció que las fuerzas aéreas rusas apoyaban su operación para arrebatarle al Estado Islámico Al Bab. Precisamente, gracias a esta nueva alianza, se forjó un acuerdo de alto el fuego en toda Siria que ha entrado en su cuarto día y que se «está respetando». El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdelrahman, afirmó que, pese a que existan ataques, «no existe una gran magnitud de violaciones».
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