Unión Europea
España pide paso en la UE
El PSOE se ha convertido en la delegación más numerosa de la socialdemocracia y Sánchez quiere copar puestos de poder en las instituciones europeas.
El PSOE se ha convertido en la delegación más numerosa de la socialdemocracia y Sánchez quiere copar puestos de poder en las instituciones europeas.
Sin perder un segundo, Pedro Sánchez quiere hacer valer sus resultados en España en el juego de influencias de la Unión Europea. El PSOE ha logrado liderar, y salvar en buena medida, a la familia socialdemócrata europea como segundo grupo de la Cámara de Estrasburgo y ahora Sánchez busca traducir esos buenos resultados en influencia. Es por ello que el «buen alumno» europeísta del sur de Europa busca respaldos en el eje francoalemán en una ofensiva que acabe otorgando a España un peso político muy superior del que tiene.
El presidente del Gobierno llegaba anoche al Elíseo para cenar con Emmanuel Macron en el primer encuentro del presidente galo con un par suyo tras los comicios del domingo. Oficialmente, la cena debía servir para analizar los resultados de ambos y abordar la renovación de cargos institucionales en la UE. Pertenecen a familias políticas distintas, pero comparten en buena medida su visión de Europa y se necesitan en el futuro próximo. Macron quiere retomar su activismo reformista y europeísta, pese a su derrota por la mínima ante la lista ultraderechista de Marine Le Pen, y Sánchez pretende que aumente la influencia española en la Unión.
Los socialistas europeos han confiado a Sánchez su poder de negociación en el baile de nombres para los altos cargos de la UE. Sánchez tantea las opciones del holandés Franz Timmermans como sustituto de Jean Claude Juncker al frente de la Comisión, pero Macron ya advirtió su antipatía por el sistema del «spitzencandidaten» o cabezas de lista de cada familia europea para dirigir al Ejecutivo comunitario.
Fuentes del Ejecutivo español señalaron que Sánchez y Macron coinciden en que «los nuevos cargos deben reflejar la nueva mayoría en el Parlamento Europeo, que ya no es sólo del Partido Popular Europeo (PPE), sino que ahora incluye a socialdemócratas y liberales».
En las últimas horas se han multiplicado las hipótesis de los candidatos que estarían apoyados por París. Uno destaca sobre el resto, el actual negociador del Brexit, el francés Michel Barnier, pero también han surgido nombres de mujeres como el de la comisaria europea de la Competencia, la danesa Margrethe Vestager, o incluso Christine Lagarde, directora gerente del FMI. El activismo europeo de Macron se ha encontrado con no pocos obstáculos en los últimos meses, y el presidente galo ve en la figura de Sánchez un aliado para superarlos.
El resultado electoral, sin embargo, puede sembrar dudas sobre su proyecto de agenda reformista europea que tampoco en Francia cuenta con un apoyo claro. Incluso antes de los comicios europeos, Macron tuvo que diluir varios de los puntos con los que presentó en la Sorbona en el verano de 2017 su agenda para el futuro de la UE. Aquel proyecto, que incluía la creación de un superministro y un presupuesto de la Eurozona, se topó con el escepticismo alemán y de varios países del norte de Europa. Por su parte, Pedro Sánchez cuenta entre sus más acuciantes prioridades relanzar el papel de España en Europa para la próxima legislatura, hasta el punto de haber dado orden a su equipo de política exterior en Moncloa de establecer una exigente agenda internacional sin esperar siquiera a consolidar un Gobierno estable en Madrid. Todos los pasos para situar a nuestro país al nivel de toma de decisiones y de cargos clave en las instituciones europeas se tomarán en paralelo al mecanismo institucional que finalizará en su investidura antes del verano.
Sánchez escenifica con sus encuentros en París y Bruselas con Macron y Merkel (hoy antes de la cumbre) su voluntad de establecer una entente de cooperación entre la primera, la segunda y la cuarta economía de la UE para articular la respuesta del proyecto europeo para contener al euroescepticismo capitaneado por Salvini. Fuentes gubernamentales explicaron a este diario que la estrategia de Moncloa pasa por establecer un pacto entre demócratas moderados en el que la CDU interpretaría el papel del centro derecha, Macron el del centro liberal y, para completar el espectro, el centro izquierda encarnado por la socialdemocracia española del PSOE.
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