Internacional

La era Scholz

Los cinco desafíos que aguardan a la “coalición semáforo”

La gestión de la cuarta ola de coronavirus, con la iniciativa de obligar a vacunarse, pondrá a prueba al Gobierno de Scholz desde el primer día

Los 16 ministros del nuevo Gobierno alemán celebraron ayer su primera reunión
Los 16 ministros del nuevo Gobierno alemán celebraron ayer su primera reuniónFABRIZIO BENSCHREUTERS

El día después ya es hoy. El Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz empieza a trabajar y los retos a los que se enfrenta son, en algunos casos, dramáticos. Nadie en la prensa alemana se atreve a aventurar cuál será la primera decisión que tomará el recién nombrado canciller, aunque buena parte de la sociedad pide que, por ejemplo, se endurezcan las restricciones para las personas no vacunadas.

1. Cuarta ola de coronavirus

La pandemia es una crisis heredada de la era Merkel y de ahí que uno de los principales objetivos del nuevo Ejecutivo sea frenar de una vez la curva ascendente que, en las últimas semanas, ha convertido a Alemania en uno de los países de Europa más afectados por el virus. Motivo de más para que, desde la alianza tripartita, se haya hecho una llamada a la vacuna obligatoria para el personal de las clínicas y los hogares de ancianos. Una medida para la que habría que aprobar una serie de cambios en la Ley federal de Protección contra Infecciones. Todo está por ver. En estos momentos, todas las miradas apuntan a Scholz. Es costumbre que el canciller haga una declaración sobre el programa de Gobierno poco después de ser elegido. Merkel lo hizo una semana después de su elección en 2005.

2. Política exterior

Pero la pandemia no sería el único punto importante. Hay más retos heredados del antiguo Ejecutivo: el riesgo de guerra en Ucrania o todos los asuntos concernientes con Rusia. No obstante, y como reencarnación de Merkel, Scholz no llegará muy lejos. Donde su predecesora solo reaccionó a la crisis, el nuevo mandatario tendrá que tomar medidas preventivas. Donde ella dudó en usar todos sus recursos, él tendrá que correr un riesgo; tal y como hizo Merkel con el legado de Gerhard Schröder al dar su “sí” a la misión de Kosovo y el “no” a la guerra de Irak.

China es otro de los retos más importantes y para este desafío algunos contienen la respiración dentro del Ejecutivo ante los próximos movimientos que pueda dar la recién nombrada ministra de Exteriores, Annalena Baerbock. Sin tan siquiera haber jurado su cargo, la ecologista ya advirtió que será directa, frente a un Scholz, tan pragmático y racional, que algunos hasta le reprochan una falta de emoción. No fue por esto casualidad que el presidente chino,Xi Jinping, fuera uno de los primeros en felicitar a Scholz por su nombramiento.

Con todo, el programa de la coalición no prevé ninguna política exterior fundamentalmente diferente, exceptuando el énfasis en los derechos humanos que pretende Baerbock. “Su postura crítica hacia Rusia, el conflicto en la frontera con Ucrania y la política exterior económica y de seguridad de China podrían crear nuevas tensiones”, aseguró el politólogo Stefan Marschall.

3. Europa

Y, por supuesto, una Europa que desde hace mucho tiempo reclama una oportunidad, en un momento en el que los titulares solo aluden a las crisis. De ahí, la esperanza de que Scholz agarre la mano abierta del presidente francés Emmanuel Macron, con más fuerza si cabe de lo que lo hizo Merkel.

4. Cambio climático

De trasfondo, un mundo que pide a gritos una oportunidad climática que se estima lejana, por mucho que el nuevo ejecutivo venga respaldado por cinco ministros ecologistas.

5. Economía

La economía alemana, ahogada por la pandemia, pide también una nueva oportunidad a Scholz. “El nuevo Gobierno tiene que ponerse en marcha de inmediato”, reclamó el director ejecutivo de la Federación de Industrias Alemanas, Joachim Lang. “Ya es hora de que los Gobiernos federal y estatal quieran romper la cuarta ola de la pandemia con un ambicioso paquete de medidas”, agregó.

Por su parte, el presidente de la patronal alemana, Rainer Dulger, reclamó: “Las tareas que tenemos por delante son impresionantes y por eso, confiamos en una agenda de reformas a largo plazo para el cambio estructural que tenemos por delante. La digitalización, la eliminación del carbón y el cambio demográfico requieren respuestas y un gran éxito”.

Con el SPD en la Cancillería y los conservadores en la oposición, será posible discutir quien tomó el camino correcto hacia la meta, ya sea en la lucha contra la pandemia, el cambio climático o en la lucha por las reformas sociales. El Gobierno de Scholz tiene que empezar a trabajar duro cuanto antes. Por de pronto, Baerbock tras pasar por París viajará este fin de semana a Liverpool para reunirse con el resto de ministros de Exteriores del G-7 y abordar la crisis en Ucrania y posibles sanciones contra Rusia, así como planes coordinados para afrontar la emergencia de la variante ómicron en el mundo, entre otras cuestiones.