Nutrición

La planta que tiene más calcio que la leche, más potasio que el plátano y más magnesio que el chocolate

Si bien su valor nutricional es incuestionable, tiene un sabor que no a todo el mundo le resulta agradable

La planta que tiene más calcio que la leche, más potasio que el plátano y más magnesio que el chocolate
La planta que tiene más calcio que la leche, más potasio que el plátano y más magnesio que el chocolate Treedom

En un mundo donde cada vez más personas buscan alternativas naturales para complementar su nutrición, hay una planta que está acaparando la atención de expertos en salud y nutricionistas. Su nombre es moringa oleifera y, aunque para muchos aún es una desconocida, sus propiedades nutricionales la han hecho ganarse el apodo de 'el árbol de la vida'.

Lo sorprendente de la moringa es su asombroso contenido en minerales y vitaminas. Diversos estudios científicos han confirmado que esta planta contiene más calcio que la leche, más potasio que el plátano y más magnesio que el chocolate negro. Y eso no es todo: también ofrece más vitamina A que la zanahoria y más vitamina C que una naranja.

Las hojas de moringa, especialmente cuando se consumen en polvo o cápsulas, son una bomba de nutrientes. Por cada 100 gramos de hojas secas, se encuentran alrededor de 440 mg de calcio, lo que equivale a más de cuatro veces el contenido del mismo peso en leche.

En cuanto al potasio, la moringa también sobresale. El plátano, conocido por ser una excelente fuente de este mineral, aporta cerca de 350 mg por cada 100 gramos. La moringa puede contener entre cuatro y siete veces más, dependiendo del grado de procesamiento de las hojas.

Por si fuera poco, esta planta también rivaliza con el chocolate negro en su contenido de magnesio. Aunque el cacao puro sigue siendo una fuente potente, la moringa no se queda atrás. En 100 gramos de hojas secas, puede aportar cerca de 42 mg de magnesio, junto con un perfil completo de aminoácidos esenciales y una buena cantidad de hierro y vitamina E.

Pero la moringa no solo impresiona por su densidad nutricional. También ha sido objeto de estudio por sus posibles beneficios para la salud. Investigaciones preliminares sugieren que puede contribuir a regular los niveles de azúcar en sangre, gracias a ciertos compuestos bioactivos que mejoran la sensibilidad a la insulina. Además, se le atribuyen efectos antiinflamatorios y antioxidantes, útiles para fortalecer el sistema inmunológico y proteger órganos como el hígado y los riñones.

Sus propiedades digestivas también son valoradas: al contener fibra y fitonutrientes, puede mejorar el tránsito intestinal y contribuir a una sensación de energía sostenida durante el día.

El sabor: el talón de Aquiles de la moringa

Sin embargo, no todo es ideal. Si bien su valor nutricional es incuestionable, la moringa tiene un sabor que no a todo el mundo le resulta agradable. Quienes han probado sus hojas frescas o en polvo suelen describirlas como amargas, picantes e incluso un poco ásperas al paladar.

Por esta razón, muchas personas prefieren consumirla en forma de cápsulas o pastillas, donde se conserva el extracto de la hoja sin necesidad de lidiar con su sabor. Otras alternativas incluyen mezclar el polvo con batidos o sopas, aunque en estos casos, hay que encontrar un equilibrio para disimular su intensidad.

Precauciones y consumo responsable

Aunque la moringa puede ser un excelente complemento alimenticio, también requiere ciertas precauciones. Consumida en exceso o en formatos no estandarizados, podría generar molestias digestivas o interactuar con medicamentos para la presión o el azúcar en sangre. Algunas partes de la planta, como la raíz, contienen sustancias que pueden resultar tóxicas si se ingieren sin control.

Por eso, los expertos recomiendan siempre consultar con un profesional de la salud antes de iniciar su consumo regular, especialmente en casos de embarazo, enfermedades crónicas o tratamientos farmacológicos.