Colombia

Rodolfo Hernández, el Trump colombiano que se subió a la ola del cambio

El pintoresco empresario ha recibido el apoyo de toda la derecha para enfrentar la segunda vuelta de las presidenciales

Fotografía de publicidad política en las calles luego de los resultados de la primera vuelta presidencial en la que compiten Gustavo Petro y Rodolfo Hernández
Fotografía de publicidad política en las calles luego de los resultados de la primera vuelta presidencial en la que compiten Gustavo Petro y Rodolfo HernándezMario CaicedoAgencia EFE

El cambio en Colombia es inevitable. Los electores del país latinoamericano mostraron su cansancio con la idea de preservar lo logrado que tanto funcionó en recientes ciclos electorales, y ahora buscan golpes de timón. Todos los candidatos presidenciales de la primera vuelta lo asumieron como parte de sus planteamientos, algunos con más dureza que otros. Pero los resultados marcaron claramente la línea: los dos competidores por la presidencia de Colombia que se disputará el 19 de junio son los que han asumido el discurso contra el “establishment” y la necesidad de renovación en todas las formas de la política colombiana.

Con un detalle inesperado: el izquierdista Gustavo Petro ahora es visto como la opción más previsible en la competencia por el poder. En tres décadas de actividad política, tras su renuncia al grupo armado M-19 y tras haber entrado al juego institucional, ha sido senador, alcalde de la capital Bogotá y candidato presidencial tres veces, incluyendo esta última. Enfrente tiene ahora a Rodolfo Hernández, un pintoresco empresario de 77 años, millonario y campechano que asumió un único mensaje: La lucha contra la corrupción.

Hernández, bautizado como el Trump colombiano por su similitud de estilo con el magnate neoyorquino, es ya un fenómeno en redes sociales, especialmente TikTok. La más popular entre los jóvenes. No hace marketing político al uso sino que parece seguir una campaña del hágalo usted mismo que, además, es autofinanciada. Rodrigo Hernández es un hombre hecho así mismo. Su paso a la segunda vuelta trajo reacción favorable en el peso colombiano y la Bolsa de Valores que valoraron sus posiciones favorables a la economía de mercado.

Petro consiguió 8,5 millones de votos en la primera vuelta. Un 40% que lo acerca a la meta de “la mitad más uno” en la contienda donde su rival tiene una cuesta empinada: su 29%, 2,5 millones de votos menos.

No obstante, en la campaña del izquierdista hay mucha alerta. “Hay que evitar que repitamos lo que pasó en 2018″, dijo un integrante del Pacto Histórico a LA RAZÓN. En aquel año, Gustavo Petro consiguió una votación histórica para la izquierda pero en el balotaje el conservador Iván Duque le ganó por millón y medio de sufragios. De allí que tantos analistas discuten si el exalcalde de Bogotá llegó a su “techo electoral2. Hernández, en cambio, tiene potencial de crecimiento indeterminado. No solamente a su opción se espera se sumen casi completos los votos de la derecha que apoyó a “Fico” Gutiérrez, con lo cual pudiera alcanzar los 10 millones, sino que termine como abanderado del “todos contra Petro” ante una izquierda que genera aprehensiones por sus filiaciones con guerrillas y el comunismo; y también por la influencia que tiene el drama venezolano.

La ruta de Hernández no es segura, especialmente porque le toca abrazar entre sus apoyos a sectores con los cuales ha sido crítico. Un antisistema obligado a sonreír ante los representantes de ese sistema. Una contradicción que en Estados Unidos asumió Donald Trump cuando logró poner en línea al “establishment” republicano desde su postura de “outsider”.

“La derecha colombiana llegó a un escenario tan extremadamente desastroso que incluso prefieren un gobierno que no les ofrece nada con tal de que no sea Petro”, ha dicho el politólogo Fernando Posada. Cuando “Fico” Gutiérrez anunció que apoya a Hernández para la segunda vuelta, afirmó que era la única manera de “cuidar la democracia” en Colombia. El atractivo de Rodolfo ha puesto a Petro en la incómoda posición de ser el moderado de la puja. Jaime Cruz, un bogotano de 26 años, está entusiasmado con Hernández. “Dice las cosas como son y no anda con los malos de siempre o con lo peor del petrismo. Creo que es mejor sacudir el tablero político que aferrarse a lo que no funciona por miedo”, justifica su voto.

“A veces es mejor malo conocido que bueno por conocer”, responde Alejandra, una colombiana residente en Medellín pero que nació y vivió en Venezuela 20 años. Apoyó al centrista Sergio Fajardo y no ha decidido su segundo voto. “Yo padecí el chavismo y no me gusta Petro. Pero Rodolfo es demasiado impredecible, y veo allí elementos que ya conocimos con Trump y hasta con Chávez”. Martha Peralta, senadora electa por el Pacto Histórico, confirma que el objetivo ahora es “conquistar” a los indecisos. Un sondeo del Centro Nacional de Consultoría los ubica en 14% en el mismo estudio que prevé que Hernández gane con 41% de los votos en la segunda vuelta del 19 de junio, mientras que el izquierdista Gustavo Petro obtendría 39%.