Mali

Francia redobla su ofensiva

Comienza la fase de «dar caza» a los terroristas en el norte de Mali. Los bombardeos se intensifican en las bases de los yihadistas

Un convoy de tropas malienses hace una parada para probar algunas de sus armas cerca de Hambori, en el norte de Mali, de camino hacia Gao.
Un convoy de tropas malienses hace una parada para probar algunas de sus armas cerca de Hambori, en el norte de Mali, de camino hacia Gao.larazon

Concluida la reconquista de las principales ciudades del Norte de Mali, la «operación Serval» liderada por Francia ha entrado en una nueva fase: desemboscar y dar caza a los islamistas.

Concluida la reconquista de las principales ciudades del Norte de Mali, la «operación Serval» liderada por Francia ha entrado en una nueva fase: desemboscar y dar caza a los islamistas. Tras la visita el sábado de François Hollande a Tombuctú y Bamako, los bombardeos aéreos prosiguieron este fin de semana concentrándose en la región de Kidal, última ciudad liberada, y en las montañas de Ifoghas, en donde habrían encontrado refugio los yihadistas. El mismo lugar en donde los aliados sospechan que estarían retenidos los siete rehenes franceses secuestrados hace dos años por AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) y Mujao (Movimiento para la Unificación y la Yihad en África Occidental), también acusado de contrabando y tráfico de drogas.

Las incursiones aéreas fueron especialmente intensas en la madrugada del sábado al domingo en la zona de Tessalit, a unos 200 kilómetros al norte de Kidal, cerca de la frontera con Argelia. La aviación gala busca diezmar la capacidad ofensiva de los terroristas. De ahí los bombardeos de almacenes logísticos y centros de entrenamiento. «Se trata de destruir sus retaguardias, sus depósitos», afirmó ayer a una radio gala el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, para quien los insurgentes islamistas sólo pueden sobrevivir en esa zona rocosa y desértica si tienen medios de abastecimiento. «Y el Ejército está acabando con ellos», precisó. Fabius insistió en que «Francia no tiene por vocación permanecer allí», parafraseando el discurso que pronunció Hollande durante su visita al país africano el fin de semana, aunque el presidente galo se ha comprometido a no retirarse y seguir «el tiempo que haga falta» mientras las tropas africanas no se hayan desplegado.

Apoyo de Estados Unidos

A la espera de que la transición se materialice, París recibió ayer el espaldarazo explícito de EE UU. De visita en la capital francesa, el vicepresidente Joe Biden felicitó al dirigente galo por su «acción decisiva» en Mali, rindiendo homenaje al «valor y la competencia impresionante» de las tropas francesas. Ambos acordaron que la fuerza africana de la Misma debería transformarse en «una operación de mantenimiento de la paz» auspiciada por la ONU, según declararon en una comparecencia desde el Elíseo.

Mientras los esfuerzos están puestos, dentro de esta segunda fase, en la localización de los terroristas, gracias a los medios de Inteligencia con los que colabora la Administración estadounidense, se ha conocido la captura este fin de semana de dos miembros salafistas. Son los rebedes tuareg del MNLA (Movimiento Nacional de Liberación del Azawad), fuertes en Kidal, los que han anunciado el arresto de dos jefes islamistas cuando huían de los bombardeos galos en una zona limítrofe con Argelia. Uno de ellos sería Mohamed Moussa Ag Mohamed, «número tres» de Ansar Dine y uno de los «cerebros» del grupo armado en Tombuctú, donde se habría encargado de aplicar la «sharía» o ley islámica. El segundo detenido, Oumeini Ould Baba Akhmed, miembro de Mujao, habría sido presumiblemente uno de los secuestradores de los franceses que siguen cautivos.

Según un portavoz del MNLA, los dos terroristas fueron trasladados a Kidal para ser interrogados. Con este arresto, los rebeldes tuareg, que reivindican la independencia del norte de Mali, tratan de demostrar su voluntad de cooperar con la coalición y abrir negociaciones de paz con Bamako en busca de una solución pacífica tras romper hace unos meses su alianza con los islamistas. Es más, sin acuerdo de paz previo, los rebeldes autonomistas aseguran que «no podrá haber elecciones», como pretende el presidente maliense, Dioncounda Traoré, que hace unos días evocó la fecha del mes de julio. Pero establecer las conversaciones entre ambas partes es complicado. Algunos altos mandos del Ejército de Mali rechazan la idea de abrir un diálogo con los tuareg del MNLA, a los que acusan de haber ejecutado a soldados malienses el pasado año.