Unión Europea

Frontex quiere actuar sin autorización previa de los estados miembros

El director ejecutivo de Frontex, Fabrice Leggeri.
El director ejecutivo de Frontex, Fabrice Leggeri.larazon

Esta modificación, que ya ha sido propuesta por la Comisión Europea (CE), despierta recelos entre los socios europeos, pues implica ceder soberanía nacional.

Frontex quiere tomar decisiones vinculantes que los países de la UE deban acatar con el fin de proteger las fronteras ante la crisis de los refugiados y otros desafíos como el terrorismo o el crimen organizado. Informa Juan Palop/Efe.


Esta modificación, que ya ha sido propuesta por la Comisión Europea (CE), despierta recelos entre los socios europeos, pues implica ceder soberanía nacional, pero resulta inevitable, afirmó hoy el director ejecutivo de Frontex, Fabrice Leggeri, si la UE quiere una protección eficiente.


"Si queremos una zona de libertad de movimientos que funcione, necesitamos una protección de las fronteras exteriores efectiva", aseguró en una rueda de prensa en Berlín, en la que subrayó también que "Frontex necesita más poder para controlar efectivamente las fronteras".


Leggeri defendió la propuesta de la CE para dotar de más competencias y capacidades a su agencia restando importancia al menoscabo de soberanía que supone y destacando, a cambio, que iría en "interés de la UE y de la zona Schengen"de libre movimiento en el Europa.


"Para Frontex será más fácil (operar) si la propuesta de la CE es aceptada",
afirmó Leggeri, que habló de "soberanía conjunta".


La función de la agencia, señaló, no es meramente registrar a los peticionarios de asilo que acceden a Europa, sino que también se ocupa de "cuestiones de seguridad", como la lucha contra el terrorismo internacional y las redes criminales.


"Si los estados miembros quieren la zona Schengen. Entonces necesitamos no sólo controlar a los migrantes, sino también cooperar frente a riesgos", aseguró.


El director ejecutivo reconoció que la dotación presupuestaria y de personal de Frontex está aumentado de forma notable desde el año pasado, pero sugirió que precisa más y que es necesario articular una nueva fórmula para hacerse con estos medios, ya que en la actualidad depende de las aportaciones voluntarias de los países miembros.


Frontex estima que el año pasado entraron en territorio europeo alrededor de un millón de refugiados y Leggeri agregó que,"si en 2016 tenemos los mismos migrantes que el año pasado", que entonces no será "un mal año".


A su juicio, "el reto se mantendrá"porque persisten "las razones"y "cuestiones geopolíticas"que llevan a esas personas a abandonar sus hogares: la guerra en Siria y las dificultades políticas y económicas en los Balcanes y "muchos países de África".

En enero, indicó Leggeri, Frontex registró 140.000 cruces de frontera irregulares, lo que supone una caída del 36 % con respecto a las contabilizadas en diciembre, pero un repunte de más del 600 % en relación a las del primer mes del año pasado.


"La situación ha mejorado mucho en los últimos meses"en términos burocráticos, aseguró, aunque aún no se ha logrado el objetivo de registrar a todos los que llegan a Europa: "Evoluciona en la buena dirección. Esperaría que fuera más rápido".


Sin embargo, "desde una perspectiva humanitaria la situación no es perfecta", indicó Leggeri, que reconoció que ese es un "gran desafío"pendiente para Europa.


El director ejecutivo de Frontex reconoció que hay muchos elementos de compleja solución en la crisis de los refugiados, como el tema de las devoluciones de aquellos que no cumplen los requisitos para obtener asilo: "No es sólo un problema operacional. Hay a veces una cuestión política".


En este sentido, apuntó que "casi ningún migrante ha sido devuelto hasta ahora"desde Grecia (la principal puerta de entrada en la UE) a su país de origen, pese a que los demandantes rechazados tienen solamente un mes para abandonar el país europeo al que han accedido.


A este respecto es importante la cooperación con Ankara es esencial, ya que la mayoría de los refugiados acceden a Europa a través de Turquía, un país del que Frontex "espera más"en la protección de fronteras, la lucha contra el tráfico de personas y en la aceptación de los peticionarios devueltos.