La reelección de Hernández agrava la fractura de Honduras

El candidato izquierdista Nasralla denuncia un fraude y convoca nuevas protestas en la calle.

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, obtuvo el 42,9% de los votos en los comicios presidenciales de hace una semana, mientras que el opositor izquierdista Salvador Nasralla consiguió el 41,3% de los sufragios, según el recuento final del tribunal electoral ocho días después de haberse celebrado las elecciones. La diferencia entre ambos candidatos ha sido de 50.000 votos. De ratificarse los datos del Tribunal Supremo Electoral, el conservador Hernández lograría la reelección para gobernar cuatro años más, aunque en un ambiente crispado por las acusaciones de fraude por parte de la alianza opositora que abandera a Nasralla y que ha prometido impedir que les sea arrebatado el que consideran un triunfo en las urnas.

El presidente del organismo electoral, David Matamoros, rehusó declarar a un ganador basado en los resultados con el 99,96% de los votos escrutados. Poco después, Nasralla volvió a cargar en contra del árbitro electoral al que acusó de estar controlado por el Gobierno de Hernández.

Miles de personas marcharon ayer por las calles de Tegucigalpa y otras ciudades hondureñas para expresar su descontento por el rumbo de la elección. Durante las protestas ocurridas la pasada semana murieron al menos siete personas, una de ellas un menor. La oposición protesta un cambio de tendencia durante una pausa en el recuento de votos. Hasta ese momento, Hernández iba cinco puntos por detrás de su rival, pero tras ese paréntesis logró ponerse en cabeza.

Nasralla, una estrella de la tele, de 64 años, acusó al tribunal electoral de fraguar el fraude en su contra y llamó incluso a las bases de las Fuerzas Armadas para que se rebelaran contra sus superiores. La oposición ha convocado nuevas protestas en medio de la suspensión de garantías constitucionales y el toque de queda decretado por el Gobierno el viernes para frenar la violencia tras los comicios.

Hernández, del centroderechista Partido Nacional y cercano a Estados Unidos, asumió en enero de 2014 con la promesa de combatir la delincuencia endémica en uno de los países con más pobreza y más violentos del mundo. Nasralla es una figura conocida en Honduras y cuenta con el apoyo del ex presidente Manuel Zelaya, un izquierdista que fue derrocado durante un golpe de Estado en el 2009 después de proponer un referéndum para su reelección.