Medidas económicas

Jan DeVries: «La falta de coherencia de Trump ha sido extrema porque sus promesas han sido extremas»

Jan DeVries, profesor de historia y de economía de la Universidad de Berkeley, analiza para LA RAZÓN el programa económico de Donald Trump.

La Razón
La RazónLa Razón

Jan DeVries, profesor de historia y de economía de la Universidad de Berkeley, analiza para LA RAZÓN el programa económico de Donald Trump.

- ¿Qué grado de coherencia tiene el programa económico de Donald Trump?

- De los dos partidos mayoritarios, muy pocos políticos americanos ofrecen un programa económico 'consistente' durante la campaña electoral. En el sentido en el que no desperdician mucho tiempo explicando cómo se pagaran sus inversiones públicas, o qué consecuencias tendrán sus reducciones de impuestos.

De todas maneras, hasta ahora, la falta de coherencia de Trump ha sido extrema porque sus promesas han sido extremas. Restablecer el empleo industrial a gran escala, o la demanda de carbón, manteniendo todos los derechos de los ciudadanos (como la seguridad social y el programa de asistencia médica a mayores) mientras se reducen substancialmente los impuestos sobre la renta son los puntos más problemáticos del asunto.

El criticismo de Trump a la política económica de Clinton, sobre la que define como "más de lo mismo", es decir, más regulación y mayores impuestos para sostener las políticas ya existentes, es acertada. Pero no ofrece un conjunto creíble de medidas para que poner a la economía en una tasa mayor de crecimiento.

- ¿Es consistente el programa económico de Trump con las medidas tradicionales republicanas?

- Trump rompe con las medidas de la mayor parte de los republicanos, especialmente en aquellas más conservadores, ideológicamente hablando: no está interesado en reformar la seguridad social, la defiende tal y como es ahora, e incluso ha sugerido que tendría que ser más generosa (tal y como lo hacen la mayor parte de los republicanos).

Se opone al libre mercado, cuando, hasta ahora, los republicanos han apoyado con más vehemencia la reducción de barreras comerciales que los demócratas, en este momento, se ha dado la vuelta a la situación.

Su retórica 'populista' implica, pero no detalla, su apoyo hacia un número de programas de prestación social que la mayor parte de los republicanos consideran corruptas e ineficientes. Los republicanos querrían privatizar, reformar y descentralizar estos programas, respectivamente, pero Trump parece satisfecho de dejarlos tal y como están.

Por último, su posición en inmigración rompen con la política habitual del partido, pero están más cerca de lo que los republicanos de a pie apoyarían. Este es un buen ejemplo de cómo están surgiendo nuesvas divisiones en el electorado. Los republicanos llevan apoyando desde hace mucho tiempo la "inmigración económica", mientras que los demócratas se llevan oponiendo desde hace mucho tiempo a cualquier relación entre la migración y las necesidades económicas de Estados Unidos (EE UU), tienden a hablar de ella como un derecho humano básico. Esto ha impedido cualquier acuerdo en torno a una reforma de la política en torno a la inmigración, así como ha dado alas a la inmigración ilegal. Trump es la figura más destacada de los republicanos que se opone a la inmigración económica. Esto lo alinea con los votantes (caucásicos) pero lo separa de las opiniones de mundo de los negocios y de los republicanos de clase media.

En otros aspectos, sus políticas están en sintonía con la doctrina republicana standar: reducir los tipos fiscales más altos y los que tienen que pagar las empresas, elimitar los impuestos de sucesiones, reducir las regulaciones en cuanto al medio ambiente, producción de energía, etc.