Educación
A juicio la directora que vetó el rezo en las aulas de su colegio en Londres
Un alumno musulmán denunció a Katharine Birbalsingh, la profesora «más estricta» del país
«No quiero dividir a los niños según su raza y religión. Este tipo de divisiones son inútiles si se quiere que una sociedad multicultural tenga éxito». El rotundo mensaje ha hecho que Katharine Birbalsingh, directora del Michaela Community School, un colegio londinense de secundaria, ocupe los titulares de los rotativos británicos después de que una alumna haya presentado un recurso ante el Tribunal Superior contra la prohibición impuesta por el centro para poder rezar.
La escuela pública laica –conocida por su estricto enfoque disciplinario, incluido el silencio en los pasillos y la prohibición de los teléfonos móviles– tiene alrededor de 700 alumnos y aproximadamente la mitad son musulmanes. El edificio no cuenta con una sala de rezo, algo que saben perfectamente los padres desde el principio. En cualquier caso, siempre se les había permitido a los estudiantes orar en el patio.
Pero todo cambió en marzo del año pasado después de que 30 alumnos comenzaran a rezar usando sus chaquetas para arrodillarse, lo que originó una campaña en las redes sociales contra el centro con amenazas de bomba, abusos y acusaciones de islamofobia. Los profesores estaban completamente aterrorizados al recibir amenazas de muerte.
La prohibición, según Birbalsingh, ayudó a restablecer la calma. Pero una de las estudiantes, cuya identidad no ha salido a la luz al ser menor, ha comenzado una batalla legal acusándoles de discriminación. Los documentos judiciales mostrados en el Tribunal Superior –que en los próximos días dictará veredicto– afirman que la alumna fue suspendida el año pasado por supuestamente amenazar con apuñalar a otro niño, aunque sus abogados señalan que no se tuvo en cuenta su relato de los hechos.
«Cuando tienes una comunidad multicultural necesitas alentar activamente a los niños a cruzar esas divisiones raciales y religiosas... No quiero dividirlos. Va contra nuestros principios. Si se da el caso de que después del almuerzo los no musulmanes son enviados al patio y los musulmanes son enviados arriba para correr por los pasillos e ir a aulas aleatorias para orar, sería un caos total», matiza Birbalsingh.
No es la primera vez que esa docente capta la atención de los medios. Birbalsingh es conocida como «la directora más estricta de Reino Unido» por la disciplina impuesta en el colegio que ella misma fundó en 2014.
Pero lo cierto es que su método funciona. La escuela está localizada en Brent, en una de las zonas más pobres del norte de Londres. Más de una cuarta parte (26,7%) de sus alumnos provienen de entornos desfavorecidos y alrededor del 70% habla inglés como segunda lengua. Pero el 82% ha ingresado en las mejores universidades. Sus notas estaban muy por encima de la media y el centro ha sido catalogado como «sobresaliente» por el organismo regulador Ofsted.
«Solo admiramos a los niños que llegan a Oxford, o al niño que creció en los barrios marginales y se convierte en multimillonario. Pero en su lugar, se debería prestar más atención a aquellos que están dando pequeños pasos hacia adelante, como aquellos cuyos padres estaban desempleados y ahora tienen un trabajo, el hijo de un cartero que se convierte en gerente de sucursal o la hija de un asistente social que se convierte en maestra de escuela primaria», explica.
Nacida en Nueva Zelanda y criada en Canadá, Birbalsingh tenía 15 años cuando se mudó con su familia a Inglaterra. Sus méritos llevaron a que el Gobierno la nombrara a finales de 2021 principal asesora de la Comisión de Movilidad Social –creada para que las circunstancias en las que uno nace no determinen tu vida–. Pero dimitió al año por las polémicas que creaban cada una de sus intervenciones. Nunca ha tenido pelos en la lengua. Llegó a decir que el entonces primer ministro Boris Johnson era «un mal modelo a seguir para los niños», ya que no parecía «lo suficientemente profesional».
En una entrevista con The Telegraph aseguraba que la cultura de una escuela es crucial para ayudar a los niños a alcanzar su potencial y advertía que los maestros no deben permitir que los jóvenes se «entreguen» a una narrativa victimista. «Los colegios deben fomentar una cultura que adopte la responsabilidad personal, te anime a ser resiliente y te enseñe a demostrar gratitud por todo lo que tienes, por poco que sea», matizaba. «Nuestro trabajo como adultos es fortalecer a los niños para que puedan ser resilientes a la tentación de permitir que el victimismo los derribe», añade.
La directora del centro lamenta que tanto los profesores como los padres que se muestran estrictos sean vistos como los «malos». «A mí misma me ha valido el título de la directora más estricta de Reino Unido. La gente no dice eso de manera agradable; me critican porque creen que permitir que los niños asuman responsabilidad personal y exigirles cuentas es una mala educación. El tabú es que cuando les mantienes a raya, te consideran malo. Desafortunadamente, creo que esa es nuestra cultura», concluye.
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