Kiev
Kiev y los rebeldes confirman la entrada en vigor del alto el fuego en el este de Ucrania
Ucrania y los rebeldes acordaron hoy con mediación rusa y europea un alto el fuego que entró en vigor a las cinco de la tarde hora española y que debería dar paso a un proceso de paz que se perfila arduo, ya que los insurgentes no renuncian a la independencia.
El Gobierno de Petro Porosehnko y los separatistas prorrusos de las regiones de Donestk y Lugansk han confirmado la entrada en vigor del alto el fuego en el este de Ucrania que han acordado este viernes en Minsk.
"De acuerdo con la decisión del presidente Poroshenko y la orden del jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, las unidades militares en la zona de la operación antiterrorista han cesado el fuego a partir de las 18.00 horas ucranianas", ha dicho el portavoz del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.
Los dirigentes de la autoproclamada República Popular de Donetsk también han asegurado que han cesado los ataques, "en cumplimiento de lo acordado en Minsk", según ha informado la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
Nada más entrar en vigor la tregua, a las 17.00 (hora peninsular española), se han escuchados tres explosiones al norte de la ciudad de Doneskt, según ha podido constatar el corresponsal en la zona de la agencia de noticias británica Reuters.
El portavoz de la "operación antiterrorista"de Kiev ha explicado que, al entrar en vigor el alto el fuego todavía seguían los combates en algunas zonas de Donbás --Doneskt y Lugansk--, pero ha asegurado que ahora todo está en calma.
«Todo el mundo quiere la paz»
"Todo el mundo quiere la paz, toda Ucrania desea la paz, incluido los millones de habitantes del Donbass"(las regiones de Donetsk y Lugansk), aseguró Petró Poroshenko, el presidente ucraniano, invitado a la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido).
El acuerdo de cese de las hostilidades fue alcanzado en Minsk durante las consultas del Grupo de Contacto (Ucrania, Rusia y la OSCE) con participación de los líderes de las autoproclamadas repúblicas separatistas.
No es el primer alto el fuego declarado desde el estallido de la sublevación armada contra Kiev en abril pasado, aunque sí el primero acordado por ambos bandos con el beneplácito de la comunidad internacional.
"Es muy importante que este alto el fuego dure mucho tiempo y que durante la tregua continuemos el diálogo político para encontrar la paz y la estabilidad", dijo Poroshenko, quien añadió que a partir del acuerdo se elaborará una "hoja de ruta"para su implementación.
El documento incluye otros puntos, como son el control internacional del alto el fuego, que correrá a cargo de la OSCE, y el canje de prisioneros de guerra, que comenzará mañana mismo, según Poroshenko.
Además, la representante de la OSCE en las consultas de Minsk, Heidi Tagliavini, aseguró que ambos bandos habían acordado el repliegue del armamento pesado, en alusión a los tanques y a las piezas de artillería.
También se abrirán corredores humanitarios para el suministro de ayuda a las poblaciones en la zona de conflicto, el primero de los cuales podría entrar en territorio ucraniano mañana, sábado, procedente de Rusia.
Poco después de que se hiciera público el acuerdo, Poroshenko ordenó a su Estado Mayor el cese de las acciones militares en el este prorruso, donde las fuerzas gubernamentales sufrieron importantes reveses en las últimas semanas.
"Puedo confirmar que el alto el fuego se basa en el acuerdo que fue alcanzado en conversación telefónica con el presidente ruso, (Vladímir) Putin. Ahora, ésta es nuestra responsabilidad común", dijo y reconoció que la situación se había vuelto "absolutamente inaceptable para el siglo XXI".
Poroshenko, que también fue invitado a la reciente cumbre de la Unión Europea, subrayó que sus intensas consultas diplomáticas de las últimas semanas confirman "la poderosa demanda para un arreglo pacífico, político y diplomático del conflicto en el Donbass".
Seguidamente, le tocó el turno a los rebeldes que emitieron "la orden de cesar el fuego (...) a todas las unidades de milicianos", según Andréi Purguin, viceministro de la autoproclamada república popular de Donetsk.
No obstante, la interpretación que Kiev y los rebeldes hacen de las consecuencias de este acuerdo es diferente, lo que complica el inicio de un proceso de paz.
Poroshenko destacó que el acuerdo de Minsk abre la puerta a la descentralización del Estado, mayores competencias económicas y garantías sobre el uso de la lengua rusa para Donetsk y Lugansk, originalmente las principales demandas de los insurgentes.
Al mismo tiempo, subrayó que "el protocolo incluye 12 pasos para instaurar la paz y la estabilidad en las regiones de Donetsk y Lugansk respetando la soberanía e integridad territorial de Ucrania".
"Estos son aspectos básicos para el arreglo de la crisis en el este de Ucrania", insistió.
Mientras, el representante de los rebeldes de Lugansk, Igor Plotnistski, precisó que esta "medida forzosa para poner fin al derramamiento de sangre (...) no significa de ninguna manera un cambio en el camino de la escisión"de Ucrania.
Y agregó que los separatistas, que proclamaron su independencia por medio de un referéndum a mediados de mayo, "harán todo lo posible para que el resto de asuntos pendientes para el arreglo de la situación en Ucrania se decidan en la mesa de negociaciones".
De inmediato, el Kremlin saludó la firma del acuerdo "para la realización de la iniciativa de los presidentes de Rusia y Ucrania", aunque llamó a continuar las negociaciones para el "arreglo definitivo de la crisis".
La Cancillería rusa llamó al Consejo de Seguridad de la ONU a respaldar el acuerdo de Minsk, en alusión a la posible aprobación de una resolución en favor de la paz en el este de Ucrania.
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