Caso Wikileaks
La Fiscalía sueca archiva tres casos contra Assange
La acusación de violación sigue vigente, por lo que continuará en la embajada
La Fiscalía sueca ha cerrado una parte de las acusaciones que pesaban sobre el fundador de Wikileaks, Julian Assange. Dos demandas prescribieron ayer mientras que una tercera expira el 18 de agosto. La parte de la acusación que queda sobreseída se refiere a los delitos de acoso sexual presuntamente cometidos en 2010, mientras que queda vigente una cuarta acusación de violación, que no prescribirá hasta el año 2020. Es decir, los problemas con la Justicia no han terminado para Assange. El australiano lleva recluido en una habitación trasera de la Embajada de Ecuador en Londres desde hace tres años. Por miedo a ser extraditado a Estados Unidos, donde los cargos contra él son más severos, Assange se ha negado a acudir a Suecia. «Dado que algunos de los delitos han prescrito, me veo obligada a cancelar la investigación al respecto», explicó la fiscal sueca Marianne Ny.
«Estoy completamente decepcionado. No había necesidad para nada de esto. Soy un hombre inocente. Ni siquiera se han presentado cargos contra mí», se defendía ayer el propio Assange a través de un comunicado. «Desde el principio, he ofrecido una solución simple. Vengan a la embajada a tomarme declaración o prométanme que no me mandarán a Estados Unidos. Las autoridades suecas han rechazado ambas». El fundador de Wikileaks fue muy duro con la fiscal Ny. «Ella incluso ha rechazado mi declaración por escrito. Ahora ha logrado apañárselas para evitar escuchar mi lado de la historia. Esto va más allá de la incompetencia».
La fiscal se ha defendido, pues asegura que pidió permiso en junio a Assange, Reino Unido y Ecuador para viajar a Londres y así interrogarle en la embajada y todavía no ha recibido la contestación de las autoridades ecuatorianas. De hecho, el Ministerio británico de Exteriores anunció ayer que el embajador de Reino Unido en Quito presentará una protesta formal ante el Gobierno de Ecuador por dar asilo en su legación londinense a Assange. «Ecuador debe reconocer que su decisión de dar asilo a Assange hace más de tres años ha impedido que la Justicia siguiera su curso», informaron desde Exteriores.
El australiano, sitiado desde agosto de 2012, hace ejercicio en una máquina de correr que le regaló el director de cine Ken Loach, toma el sol a través de una lámpara y está conectado a internet en todo momento. «Estoy fuerte, pero el coste a mi familia es inaceptable», reconoció ayer el fundador de Wikileaks. «A pesar del maltrato recibido, me gustaría dar las gracias a todas las personas de Suecia y Reino Unido que han sido muy comprensivas con el mal que se me ha hecho a mí y a mi familia».
Lo cierto es que si Assange pusiera un pie en la calle, sería inmediatamente detenido por las Fuerzas de Seguridad británicas y deportado. Por ello, siempre hay desplegado un amplio sistema de seguridad en los aledaños a la embajada en Knightsbridge. Pero este despliegue 24 horas al día los siete días de la semana ya ha costado a los contribuyentes británicos 16,8 millones de euros, según denuncia el diario local «The Times».
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