Crisis política en Italia
La izquierda y el M5E buscan un nuevo pacto de Gobierno en Italia
Matarella ha comenzado la ronda de contactos con los presidentes de las cámaras y otros cargos institucionales
En la sede del Partido Democrático (PD) han agradecido que esta crisis haya caído en mitad de agosto. A unos metros de la Plaza de España en Roma, turistas y curiosos suelen obstaculizar el paso de los políticos cuando hay una reunión importante. Mientras, hoy las angostas calles que dan a parar al Largo del Nazareno eran una autopista, sólo interrumpida por los reporteros que interceptaban a los dirigentes que acudían a dirimir con la ejecutiva si prestar o no su apoyo al Movimiento 5 Estrellas (M5E) para conformar una nueva mayoría de Gobierno. “Debemos salvar a Italia” era el mensaje más escuchado, ante el monstruo en forma de elecciones anticipadas que darían la victoria al ultraderechista Matteo Salvini, según todas las encuestas. Hace apenas seis años el PD estaba pergeñando aquí mismo un pacto con Silvio Berlusconi con el mismo argumento redentor y hoy se dio el primer paso para ponerse de lado del M5E, que acaba de escenificar el divorcio con la Liga. Entonces los socialdemócratas tenían el 30% y hoy apenas el 18%. Italia, el país en el que todas las alianzas son posibles.
Incluso meses después de que el ex secretario general de los del PD Matteo Renzi, todavía hombre fuerte dentro del partido, repitiera por activa y por pasiva que nunca habría un acuerdo con los grillini. Estos desmontaron su Gobierno y le endosaron una dolorosa derrota en las pasadas elecciones. Ahora, Renzi ha sido el primer dirigente del centroizquierda en apostar públicamente por una sociedad con el M5E. Lo encuadró dentro de un llamado “Gobierno institucional”, que no termina de convencer entre los propios dirigentes del PD. La intención del ex primer ministro sería evitar elecciones inmediatas ya este otoño, aprobar los presupuestos de forma conjunta y después ya se verá. En el M5E temen que Matteo Renzi quiera repetir la jugada de Matteo Salvini para devorar por dentro a su formación, mientras que los cuadros del PD sospechan que el florentino -que creó un círculo de fieles dentro del partido- pueda dar por terminada una hipotética experiencia de gobierno en cualquier momento y llevarse a todos sus diputados a una nueva corriente con la que concurrir en otros comicios. El actual jefe del partido, Nicola Zingaretti, que además siempre se ha mostrado más cercano al 5 Estrellas, insistió que un nuevo gabinete debe ser “de legislatura, de largo respiro” y que antes que una solución transitoria sería mejor volver a votar.
Un Ejecutivo estable entre los socialdemócratas y M5E -en nuevo viraje ideológico hacia donde lleve el viento- sería la opción preferida para el presidente de la República, Sergio Matarella, que hoy inició la ronda de contactos con los presidentes de las cámaras y otros cargos institucionales. En el largo plazo está 2022, la fecha en la que debe renovarse el cargo del jefe del Estado, quien representa en Italia el verdadero papel de la estabilidad, y nadie dentro de las instituciones querría dejar esta elección en manos de un Gobierno comandado por Salvini. Por tanto, Mattarella juega con dos escenarios: mayoría que garantice el largo plazo o elecciones inmediatas. El M5E se aferra al 33% del Parlamento que consiguió en las pasadas elecciones y que es mucho más de lo que conseguiría en unos nuevos comicios, por lo que le vale un pacto con el mejor postor. Mientras que en el PD parecen estar por la labor, pero hay una tendencia que quiere un acuerdo estable y otra simplemente desactivar a Salvini en el corto plazo.
La dirección socialdemócrata aprobó un documento que abre la puerta al M5E, imponiéndole simplemente cinco condiciones bastante digeribles: retorno a la lealtad a la UE, pleno reconocimiento del Parlamento como fuente de la democracia representativa, desarrollo basado en la sostenibilidad ambiental, cambio en la política migratoria y nuevas medidas sociales. Una declaración de intenciones para que el Movimiento 5 Estrellas vaya de un Gobierno nacionalpopulista a otro de tendencia socialdemócrata. Y ya que no se pasaría por las urnas, al menos desde el PD exigirían limpieza en las filas de los grillini. De modo que un nuevo gabinete dirigido por Giuseppe Conte tampoco sería presentable para el centroizquierda.
Todas estas complejidades esconden las reticencias y la desconfianza mutua entre quienes podrían ser los nuevos socios de Gobierno. Así, pensar en una mayoría que agote los tres años y medio que queda de legislatura puede resultar complicado, por más que desde algunos sectores partan de esa premisa. Hoy le tocará el turno a los representantes de los principales partidos para reunirse con Mattarella, por lo que de sus declaraciones se podrá empezar a vislumbrar si la alianza entre PD y el M5E cristaliza. Otras posibilidades como una gran coalición con el M5E y las formaciones más europeístas parecen descartadas. Mientras que la Liga lo fía todo a una carta. Salvini espera a que las piezas del puzzle se rompan para acudir a las urnas, la única intención con la que forzó toda esta crisis.
Dentro de la crisis que él mismo ha provocado el líder de la Liga, Matteo Salvini, parece fuera de juego. Ayer, tras reunirse con los diputados de su partido, manifestó que “cualquier Gobierno que nazca será de todos contra la Liga”. En los últimos días, después de comprobar que su intención de provocar nuevas elecciones iba camino de descarrilar, ha intentado culpar al resto de la ruptura. Salvini repite que el M5E ya habían firmado un pacto en septiembre y que por eso toda acción en el Ejecutivo se ha visto boicoteada desde dentro por los diputados grillini.
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