Ataque yihadista en Francia
La oposición tacha a Macron de ingenuo con el yihadismo
La derecha y Le Pen instan a expulsar de Francia a los terroristas fichados que sean extranjeros
La derecha y Le Pen instan a expulsar de Francia a los terroristas fichados que sean extranjeros.
Mañana Emmanuel Macron presidirá en Los Inválidos una ceremonia como homenaje público al teniente coronel Arnaud Beltrame, asesinado el viernes en el atentado de Trèbes tras intercambiarse por la rehén que mantenía secuestrada Radouane Lakdim, el yihadista que acabó también con la vida de otras tres personas. El presidente pronunciará un elogio fúnebre en presencia de su familia y las de las otras víctimas del ataque.
Pero antes tiene que hacer frente a los ataques procedentes de la extrema derecha y la derecha que denuncian la «culpable ingenuidad» del jefe del Estado, como hizo ayer el líder de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, que reclama medidas «para proteger a los franceses». Según él, Macron «se equivoca trágicamente de diagnóstico sobre la barbarie islamista cuando para explicarla habla del paro o las discriminaciones». Para Wauquiez, Macron debería «tomar las medidas de seguridad que se imponen», en lugar de buscar «una excusa social» a la acción de los terroristas.
Concretamente, el líder de Los Republicanos apuesta por el restablecimiento del Estado de urgencia, que estaba instaurado desde los ataques del 13 de noviembre de 2015 en París, y que dejó de renovarse en noviembre. Fue sustituido por una nueva ley antiterrorista que integra en el derecho común medidas que antes correspondían a este régimen de excepción: los prefectos pueden instalar perímetros de protección con filtros para asegurar un lugar o evento, pueden cerrar administrativamente los lugares de culto sospechosos de propaganda terrorista, o proceder a requisar documentos. Pero lo que Wauquiez propone es la retención administrativa de los que estén fichados «S» (en referencia a «Seguridad del Estado») que sean más peligrosos, y la expulsión de los extranjeros. La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, pide, por su parte, la expulsión de todos los que extranjeros que estén fichados, y reclama la dimisión del ministro del Interior, Gérard Collomb.
Mientras, las investigaciones siguen su curso. Están detenidas dos personas que hoy deberán presentarse ante el juez que decidirá su posible inculpación y encarcelamiento. Se trata de la compañera de Lakdim, una joven de 18 años, y un amigo, de 17. La primera era seguida por los servicios de información de la Policía por radicalización. Estaba fichada «S» y, al igual que su compañero, que durante los ataques en Trèbes y Carcassonne se presentó como soldado del Daesh, también ella figuraba en uno de los niveles más bajos de peligrosidad, según fuentes próximas a la investigación a Afp.
Durante los interrogatorios la adolescente está manifestando signos claros de radicalización. Refiriéndose al atentado cometido por Lakdim, habría lamentado que «no haya habido más víctimas», y habría asegurado que si hubiera sabido las intenciones de su compañero, habría participado. «Un buen soldado debe saber defenderse», habría dicho a los investigadores.
Ante estas palabras, las declaraciones de la madre de una de sus víctimas, el teniente coronel Arnaud Beltrame, adquieren otro relieve. Nicolle Nicolic-Belrame está respondiendo a las peticiones de los medios que le preguntan por su hijo, para hablar de un hombre que «no soportaba la mediocridad». «No le habría gustado que nos diéramos por vencidos», afirmó. «Estoy aquí para que su acto sirva, para que seamos un poco más humanos, un poco más tolerantes, por un mundo mejor». Hablando del asesino de su hijo, pidió que «sobre todo no se muestre su foto», pues «hay que enseñar la foto de héroes, no de monstruos».
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