Bruselas

La pasividad de May crispa a la City

La «premier» vuelve a reunirse con banqueros para calmarlos por la posibilidad de un no acuerdo con la UE, mientras el alcalde de Londres presenta el primer informe oficial que detalla la debacle económica que supondrá la salida de Reino Unido.

Theresa May, en la imagen durante una visita ayer a un colegio infantil, teme que Bruselas no ceda a ninguna de sus peticiones
Theresa May, en la imagen durante una visita ayer a un colegio infantil, teme que Bruselas no ceda a ninguna de sus peticioneslarazon

La «premier» vuelve a reunirse con banqueros para calmarlos por la posibilidad de un no acuerdo con la UE, mientras el alcalde de Londres presenta el primer informe oficial que detalla la debacle económica que supondrá la salida de Reino Unido.

Theresa May se reunió ayer de nuevo con algunos de los principales representantes del sector financiero en su empeño por demostrar que la City estará protegida una vez que Reino Unido abandone la UE. El problema es que, al otro lado del Canal, las cosas se ven de otra manera. De cara a marzo, cuando las negociaciones del Brexit entrarán en la segunda fase para hablar de acuerdos comerciales, Michel Barnier, el principal negociador europeo, ha insistido en que la City no tendrá ningún trato especial. Y la incertidumbre comienza a crear cada vez más nerviosismo en una industria que emplea a 2,2 millones de personas en todo el país y representa el 10% del PIB británico. Las oficinas de Canary Wharf y Liverpool Street son actualmente sede de 250 bancos extranjeros y muchos de ellos ya han comenzado a ejecutar planes de contingencia para reubicar a algunos de sus empleados en Fráncfut, Ámsterdam, Dublín y París.

Según un informe de Morgan McKinley, el Brexit fue la razón principal de una caída del 37% en los nuevos puestos de trabajo disponibles en este sector, que cada vez ve con más preocupación quedarse con acceso limitado al mercado más grande del mundo. Mientras que May se reunía en Downing Street con, entre otros, ejecutivos de HSBC, Barclays, Goldman Sachs, Aviva y Prudential, el ministro del Brexit, David Davis, se citaba en Múnich con los directores de las principales empresas alemanas.

El viaje a Alemania, principal economía del bloque, protagonizado esta semana por Davis y el «Chancellor», Philip Hammond, evidencia la preocupación que existe en el Gobierno para proteger a los servicios financieros británicos. Según la Prensa, el Ejecutivo planea más viajes a las principales capitales europeas con el objetivo de convencer a los 27 para que la City siga teniendo un acceso privilegiado al mercado único a cambio de que Londres siga contribuyendo al presupuesto comunitario. Pero un portavoz de May negó ayer que se estuviera barajando tal posibilidad.

Tanto el Banco de Inglaterra como la consultora EY han predicho que esta industria podría perder cada día unos 10.000 puestos de trabajo si finalmente las negociaciones del Brexit se cierran sin acuerdo. Bruselas confirmaba esta semana que se estaba preparando para este posible escenario después de que May haya repetido en varias ocasiones que «un no acuerdo es mejor para Reino Unido que un mal acuerdo». En caso de que finalmente no hubiera pacto, el país podría perder medio millón de empleos y unos 50.000 millones de libras (56.449 millones de euros) en inversiones antes de 2030, según el informe publicado ayer por Cambridge Econometrics.

El análisis sobre el potencial impacto económico que tendrá la retirada del bloque comunitario –prevista para marzo de 2019– en varios sectores fue encargado por el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan. Una salida de la UE sin acuerdo con Bruselas podría saldarse, solamente en la capital británica, con la pérdida de 87.000 puestos de trabajo y con una facturación económica un 2% menor en 2030 que la que se obtendría, según esto, si el abandono del bloque fuera «suave».

«Si el Gobierno continúa con su mala gestión de las negociaciones [con la UE], podríamos dirigirnos a una década perdida de crecimiento menor y de menor empleo», lamentó Khan que, durante la campaña del histórico referendo del 23 de junio de 2016, fue un ferviente defensor de la permanencia y, desde que triunfara la opción de la retirada, ha sugerido en más de una ocasión que Londres tenga un acuerdo especial. Khan encargó la evaluación después de que el ministro para la salida de la UE, David Davis, admitiera recientemente ante el Parlamento que no se había solicitado ninguna evaluación sobre el posible impacto de la marcha del bloque. «He divulgado estas evaluaciones porque los británicos y nuestros negocios tienen derecho a conocer el probable impacto de las varias opciones que se plantea el Gobierno sobre sus vidas y sus finanzas personales», explicó el alcalde.

El edil agregó que los datos «muestran por qué el Gobierno debería cambiar ahora su enfoque y negociar un acuerdo que permita continuar en el mercado único y la unión aduanera». Según esto, el peor de los escenarios –la salida sin acuerdo ni periodo de transición– derivaría en 482.000 puestos de trabajo menos en todo el país y la pérdida de 46.800 millones de libras en inversiones antes de 2030. Los sectores más afectados en un escenario sin acuerdo serían el financiero y el profesional, que podrían perder 119.000 empleos.

Farage, abierto a un segundo referéndum

Nigel Farage, uno de los principales promotores del Brexit, aseguró ayer que no vería con malos ojos la celebración de un segundo referéndum sobre la permanencia en la UE, argumentando que serviría para que volviera a ganar la opción del divorcio y se cerrara definitivamente el debate. «Quizás, sólo quizás, estoy llegando al punto de pensar que deberíamos tener un segundo referéndum (...) sobre la pertenencia a la UE», declaró en la cadena Channel Five. «Creo que así acabaríamos con el asunto durante una generación», señaló el ex líder del UKIP. En su opinión, «el porcentaje que votaría a favor de salir la próxima vez sería mucho mayor que el de la última». El carismático eurodiputado fue una figura clave tanto en la decisión de celebrar un referéndum en 2016 como en el resultado del mismo: 52% a favor del Brexit y 48% en contra. También Arron Banaks, el cofundador del grupo a favor del Brexit Leave.EU, es partidario de una segunda consulta para confirmar la ruptura con la UE: «Si no actuamos ahora radicalmente, caminaremos dormidos hacia un falso Brexit, sólo de nombre. Los verdaderos partidarios del Brexit han sido arrinconados y la única opción ahora es volver a las urnas y permitir que el pueblo grite desde los tejados su apoyo a un verdadero Brexit», sostuvo en un comunicado.