Unión Europea

La UE acoge con alivio la medida y defiende el libre comercio

La Razón
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Alivio, pero también prudencia. Los Veintiocho acogieron con inusitada falta de entusiasmo el anuncio de la Administración estadounidense de eximir a la UE del incremento arancelario al acero y al aluminio. La primera jornada de la Cumbre de Bruselas se convirtió en la ocasión perfecta para arremeter contra el proteccionismo y defender las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Ante los tambores de guerra de una posible contienda comercial con EE UU, los países europeos se afanaron en rebajar el tono y ofrecer una mano tendida a Donald Trump.

La pipa de la paz del inquilino de la Casa Blanca fue acogida con precaución. Los Veintiocho preferían conocer los detalles de este anuncio antes de lanzar las campanas al vuelo, aunque fuentes comunitarias señalaban que todo parecía ir en la «buena dirección». «La cuestión es saber si esta excepción es objeto de una condicionalidad», aseguró ayer el primer ministro belga, Charles Michel, antes de que comenzase la cena de los líderes europeos.

La Unión Europea ha intentado agotar todos los cauces de diálogo. La Comisario de Comercio, Cecilia Malmström se desplazó esta semana a Estados Unidos para convencer a Washington de que una guerra comercial no beneficia a nadie. «Quiero agradecer de corazón a la Comisaria Malmstöm por haber liderado negociaciones intensivas con EE UU y veremos cuál es el resultado final. Pero la Unión Europea ha demostrado unidad a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo», aseguraba la canciller alemana, Angela Merkel.

Uno de los principales temores de la UE reside en los posibles intentos de Washington de dividir a los Veintiocho en plenas negociaciones del Brexit y dejar exento a Reino Unido de esta subida arancelaria. Por el momento, parece que este temor se ha disipado y que Londres no está intentando negociar por su cuenta con Washington.

Si el anuncio de Trump ha sido tan sólo un espejismo, Bruselas está preparada. Los expertos de la Comisión han elaborado dos listas con 350 productos estadounidenses que cumplen una doble condición: su valor icónico y la posibilidad de ser reemplazados por otros productos europeos. Entre estos bienes se encuentran los vaqueros Levi's, la mantequilla de cacahuete y los arándanos. Los dos listados incluyen bienes cuyas ventas al territorio comunitario suponen 6.400 millones de euros. El primero contiene una subida arancelaria del 25% a 180 productos. Esta primera respuesta podría ser una realidad en un plazo máximo de 90 días. Bruselas también prepara una segunda lista que entraría en vigor en caso de que la OMC acabe dando la razón a la UE, pero cuya aplicación podría dilatarse hasta los tres años por la complejidad de los litigios ante este organismo.

No hay nada mejor que un enemigo común. A pesar de que la incertidumbre sobre el proyecto comunitario no se ha despejado, la UE cierra filas antes un tablero internacional en el que no resulta fácil dilucidar quiénes son los amigos y los enemigos. Por eso, los Veintiocho parecen dispuestos a hacer de la necesidad virtud y encontrar en la defensa del modelo europeo la mejor manera de luchar contra los interrogantes sobre su futuro.