Brexit

Reino Unido: Sin derechos, pero con todas las obligaciones

La UE no cede ante Londres y fija unas duras «líneas rojas» en la negociación del Brexit. Los británicos no estarán en las instituciones comunitarias y deberán acatar sus mandatos

Manifestantes a favor de la Unión Europea protestan a las afueras de la Parlamento en Londres/Efe
Manifestantes a favor de la Unión Europea protestan a las afueras de la Parlamento en Londres/Efelarazon

La UE no cede ante Londres y fija unas duras «líneas rojas» en la negociación del Brexit. Los británicos no estarán en las instituciones comunitarias y deberán acatar sus mandatos.

La Unión Europea (UE) y Reino Unido mantienen desde hace meses un tira y afloja en las negociaciones del divorcio. Las fechas clave para decidir el futuro de las relaciones era (y es) uno de los puntos controvertidos, en parte por el empeño de Bruselas de manejar los tiempos. El negociador jefe de los Veintisiete para el Brexit, Michel Barnier, ya adelantó el mes pasado que el plazo límite para extender un periodo transitorio para la adaptación de las nuevas normas sería finales de 2020, tres meses menos de lo que pedían los británicos. Pero el tiempo avanza y la UE no da tregua, a pesar de las sugerencias en las últimas semanas de algunos líderes europeos de que podría haber marcha atrás en el divorcio. No parece que los negociadores contemplen este escenario, más bien lo contrario: el Brexit promete ser duro.

Son 21 meses, y punto. Ése el plazo que los Veintisiete han fijado para completar el periodo transitorio. Los ministros de Exteriores de la Unión han adoptado las directrices de negociación que aclaran la posición de la UE para dicho periodo entre la salida de Reino Unido del «club» comunitario –prevista para el 29 de marzo de 2019– y la entrada en vigor de un nuevo acuerdo entre las dos partes. El objetivo es evitar un cambio radical en las normas para los ciudadanos y las empresas después del 30 de marzo.

La primera en anunciarlo fue la «número dos» del equipo negociador europeo, Sabine Weyand, a través de su cuenta de Twitter: «Una transición con ‘‘statu quo’’ sin representación institucional, que durará desde el Brexit hasta el 31 de diciembre de 2020». Es decir, Reino Unido no tendrá representación, ni voto, y apenas voz durante el tiempo que dure el período transitorio, cumpliendo con las premisas de Barnier, hasta el 31 de diciembre de 2020. Sin duda, un fiasco para los británicos.

Durante ese tiempo, Londres seguirá sujeto a la legislación comunitaria. Seguirán aplicándose en Reino Unido la normativa vigente como si fuera un Estado miembro, así como también los cambios en el acervo comunitario que sean adoptados por la UE durante esos veintiún meses. Dicho de otro modo, pese a seguir atados por los acuerdos y leyes comunitarias, los británicos tendrán que acatar las normas de la UE pero no tendrán derecho a voto para elaborar nuevas leyes ni tampoco representación institu-cional en el Consejo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Barnier lo explicó en la rueda de prensa tras la reunión celebrada ayer en Bruselas: «No participarán en el proceso de toma de decisiones una vez que comience la transición», a partir de la salida de Reino Unido. Londres tampoco podrá participar, salvo excepciones, en las reuniones de órganos europeos.

En cuanto a los acuerdos comerciales o internacionales firmados por la UE, Reino Unido seguiría sujeto a todas las obligaciones que estos implican durante el periodo transitorio. «Reino Unido seguirá participando en el mercado único [con las cuatro libertades] y la unión aduanera. Seguirá teniendo todos los beneficios económicos, por lo que debe aplicar todas las normas de la UE», afirmó Barnier durante la comparecencia ante los periodistas. Por ello, los británicos deberán seguir recaudando aranceles y efectuando los controles aduaneros pertinentes. Esto implica, además, que Reino Unido no podrá firmar acuerdos internacionales por iniciativa propia en los ámbitos de competencia de la Unión Europea, como comercio, a menos que los Veintisiete le autoricen a hacerlo.

Entre tanto, los británicos tendrán que ponerse a trabajar: «El 29 de marzo Reino Unido abandonará 750 acuerdos internacionales, es algo jurídicamente automático, así que debe usar todo el tiempo para construir relaciones con terceros», opinió el negociador jefe de la UE.

Por otra parte, Londres seguirá bajo la tutela del Tribunal de Justicia de la UE y, asimismo, se le aplicarán todos los instrumentos de la Unión en materia de regulación, presupuesto, supervisión, justicia y ejecución. Además, se preverán consultas específicas para casos concretos que puedan afectar directamente a Reino Unido durante el período transitorio, «respetando plenamente el acervo de la UE».

Futuro marco comercial

Barnier lo dejó claro durante su comparecencia . «No, no comienza hoy el debate sobre el futuro de las relaciones». Eso será después de la cumbre de líderes de la UE en marzo, «si todo va bien», y será entonces cuando espera que los Veintisiete fijen las condiciones para la segunda ronda de negociaciones.

Seis semanas después de que los líderes de la UE dieran su bendición para impulsar las conversaciones de Brexit sobre los futuros acuerdos, aumenta la frustración y el temor de que Reino Unido no esté del todo preparado para completar el divorcio. En diciembre, la UE declaró que Londres había avanzado lo suficiente en las cuestiones de la frontera irlandesa relativas al divorcio de Brexit, el dinero y la protección de los derechos de los ciudadanos, pero en Bruselas se percibe que el Gobierno ha avanzado poco desde entonces. Según el documento de directrices para la transición, los Veintisiete confían en cerrar «rápidamente» un acuerdo con Londres para abrir en abril la negociación sobre la futura relación con el club comunitario.