Parlamento Europeo
La UE se resigna a dar más tiempo a Londres
Los 27 están dispuestos a rebajar la presión ante la grave crisis política y territorial que ha desencadenado el Brexit en Reino Unido. Cameron cenará mañana en Bruselas con sus homólogos europeos para explicarles los planes para iniciar la desconexión
Los 27 están dispuestos a rebajar la presión ante la grave crisis política y territorial que ha desencadenado el Brexit en Reino Unido. Cameron cenará mañana en Bruselas con sus homólogos europeos para explicarles los planes para iniciar la desconexión
La Unión Europea va poco a poco preparándose para un futuro sin Reino Unido. Los técnicos europeos de los 27 (sin los representantes británicos, «sherpas» en la jerga comunitaria) estuvieron reunidos durante el día de ayer para preparar un camino incierto y sin ningún precedente. Mañana, los 28 se reúnen en una cumbre de carácter ordinario en la que la estrella indiscutible será David Cameron, que deberá explicar durante la cena el resultado del referéndum y la respuesta de su Gobierno. El viernes pasado, las tres principales instituciones europeas (Comisión, Parlamento y Consejo), con la aquiescencia de la Presidencia semestral holandesa, suscribieron un comunicado claro y sin ambages en el que urgían al «premier» a enviar «cuanto antes» la notificación necesaria para comenzar el proceso de ruptura, con una duración mínima de dos años y que no puede iniciarse sin solventar este escollo legal. El sábado, los ministros de Exteriores de los países fundadores de la Unión Europea, reunidos en Berlín, también se pronunciaron en la misma dirección, ante la amenaza por parte de Londres de postergar este hecho hasta el mes de octubre, después de que el partido «tory», sumido en una crisis de extrema gravedad, elija a su sucesor.
Por eso se esperaba que la cena en Bruselas sirviera para presionar aún más al «premier» británico, en una situación de máxima debilidad tras su dimisión. Pero parece que el mensaje ha cambiado, si no en la sustancia, sí en los matices. Aunque fuentes diplomáticas siguen usando la expresión «lo antes posible» para pedir a Cameron que inicie el proceso de salida que sólo puede comenzar con esta notificación» en beneficio del propio Reino Unido, también aseguran que hay un «entendimiento cada vez mayor» en las capitales europeas sobre la imposibilidad de que este proceso comience de manera inmediata y, por lo tanto, no esperan que Cameron aproveche la cena para ponerlo en marcha. Puede hacerlo de manera oral en presencia de los 27 miembros restantes o enviar una carta oficial.
Según estas fuentes diplomáticas, los países europeos entienden que la crisis vivida en Reino Unido es de gran envergadura, «mucho más profunda que una crisis de liderazgo». Se refieren al riesgo de ruptura del país, tras la petición por parte de Escocia de un nuevo referéndum de independencia y su intención de no desvincularse del proyecto europeo y también las tensiones vividas no sólo en el partido «tory», sino también en el laborista, que no ha sido capaz de convencer a los británicos de la bondad de la permanencia en la Unión. De hecho, el Parlamento británico aún no ha votado a favor de la salida y Escocia amenaza con el veto en su Parlamento. Estas fuentes aseguran, sin embargo, que no se ha producido ningún contacto entre las autoridades escocesas y el presidente del Consejo, Donald Tusk.
Cameron deberá viajar de retorno a Londres ese mismo día, ya que no estará invitado a la segunda sesión convocada de manera extraordinaria, ya a 27. Oficialmente, será el comienzo de las conversaciones sobre el divorcio y sobre la Europa futura, aunque las conclusiones sobre esta cita son difíciles de prever. Se sabe que los líderes europeos intentarán enviar un mensaje de unidad en el que vuelvan a resaltar que la Unión Europea, pese a estar ante una encrucijada histórica, tiene una brújula clara a través del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que recoge esta posibilidad de abandono unilateral y que, por lo tanto, no hay vacíos legales que temer. A pesar de esto, las escasas líneas de este artículo no dan muchas pistas sobre comenzar un divorcio tras más de 40 años de matrimonio. Las fuentes comunitarias aseguran que sólo cuando se produzca la notificación se aclarará el proceso y se aprobará una serie de directrices por parte del resto de Estados miembros en las que también se aclare el peso de cada institución en estas negociaciones de ruptura. Por el momento, la agencia Reuters asegura que Tusk ha nombrado a un diplomático belga, Didier Seeuws, para coordinar la salida de Reino Unido.
También hay incertidumbre sobre qué pasará en la segunda mitad de 2017, cuando Londres asuma, según lo previsto, la presidencia semestral de la Unión y ante la hipótesis de que su turno sea sustituido por otro país. Fuentes diplomáticas reconocen que es un asunto que debe resolverse de manera rápida
A corto plazo, tampoco se espera que los 27 empiecen a desbrozar el camino sobre qué tipo de relación podrán mantener Reino Unido y la UE tras la salida del primero (acceso al mercado único, acuerdo comercial como país tercero...). Hasta que no culmine el proceso de ruptura, Reino Unido seguirá siendo miembro de la UE con sus derechos y obligaciones y no podrá suscribir ningún tipo de acuerdo futuro hasta que no se haya firmado el divorcio y sea ya un país tercero respecto al bloque comunitario.
Fuentes diplomáticas aseguran que sería «esclarecedor» que Reino Unido aclarara cuáles son sus intenciones respecto al estatus que quiere negociar tras el abandono del bloque comunitario, aunque el artículo 50 no demanda este tipo de detalles.
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