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Las puertas de la discoteca estaban cerradas cuando se declaró el incendio
Las puertas de la discoteca Kiss, ubicada en la localidad de Santa María, en el sur de Brasil, estaban cerradas cuando se produjo el incendio en el que 231 perdieron la vida en la madrugada del domingo, según han informado las autoridades y los testigos.
El delegado regional de la Policía, Marcelo Arigony, ha revelado al diario 'O Globo' que tras recoger 17 testimonios "la información preliminar apunta a que en un primer momento las puertas fueron cerradas por los guardias de seguridad, aunque no de mala fe".
El comandante general del Cuerpo de Bomberos de Río Grande do Sul, el coronel Guido Pedroso de Melo, por su parte, ha confirmado que la puerta principal del local estaba cerrada cuando se declaró el incendio.
El estudiante de medicina Murilo Tiecher ha asegurado al diario que, en un primer momento, los guardias de seguridad intentaron impedir que la gente saliera de la discoteca, aunque, tras darse cuenta de que había fuego, empezaron a evacuar.
El guitarrista de Gurizada Fandangueira --grupo musical que tocaba esa noche en Kiss--, Rodrigo Martins, ha indicado en una entrevista en Radio Gaúcha que los guardias de seguridad cerraron las puertas porque creyeron que había una pelea.
LA TRAGEDIA
El incendio comenzó a las 2.30 horas del domingo a causa de un espectáculo pirotécnico que hizo arder el material para el aislamiento acústico de la discoteca, donde se estaba celebrando una fiesta de estudiantes de la Universidad Federal de Santa María (UFSM).
En el momento de la tragedia, entre 300 y 400 personas se encontraban en la discoteca, según la última revisión del aforo, pero muchos de ellos no lograron salir por la única salida de emergencia, por lo que la avalancha humana provocada por el pánico fue fatal.
Los bomberos se vieron obligados a abrir un agujero en una de las paredes de la discoteca para sacar a los asistentes. Sin embargo, hasta bien entrada la mañana no se ha conocido el número definitivo de víctimas debido a lo complejo de la operación de rescate.
En este contexto, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha declarado tres días de luto oficial y ha suspendido su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebra en Santiago de Chile, para consolar a las víctimas.
Se trata del segundo peor incendio de la historia del país sudamericano. La mayor tragedia se vivió en 1961, cuando 503 personas murieron en Río de Janeiro a causa del fuego que se declaró en el Gran Circo Brasileño.
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