Francia

Los agujeros negros del «Charlie Hebdo»

La relación entre los Kouachi y Amédy Coulibaly continúa como un misterio un año después del «enero negro». Los mensajes encriptados del yihadista del super judío descubren la existencia de un cuarto terrorista

HOMENAJE DE HOLLANDE El presidente francés descubrió ayer una placa en homenaje a las once personas asesinadas en la redacción del semanario satírico «Charlie Hebdo»
HOMENAJE DE HOLLANDE El presidente francés descubrió ayer una placa en homenaje a las once personas asesinadas en la redacción del semanario satírico «Charlie Hebdo»larazon

El presidente francés, François Hollande, inauguró ayer tres placas conmemorativas en los escenarios de los atentados yihadistas de enero de 2015 en París, que se saldaron con 17 fallecidos. Con el objetivo de dejar a los familiares de las víctimas y a los supervivientes vivir el aniversario de la masacre en la intimidad, las autoridades decidieron adelantar a este martes el inicio de los homenajes que tendrán su celebración más significativa el próximo domingo en la emblemática Plaza de la República. Acompañado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y por su primer ministro, Manuel Valls, Hollande acudía primero a la sede de la revista satírica «Charlie Hebdo», donde los hermanos Kouachi asesinaron a 11 personas, entre caricaturitas y miembros de la redacción de la publicación el 7 de enero de 2015. A continuación, la comitiva hacía parada en el bulevar Richard Lenoir, situado a escasos metros de donde se encontraba la redacción de la publicación, para descubrir otra placa en memoria de Ahmed Merabet, el policía asesinado cuando trataba de detener la huida de los yihadistas tras la matanza. La tercera etapa del recorrido fue el supermercado judío Hyper Casher de la Puerta de Vincennes, escenario del atentado antisemita cometido por el tercer yihadista de los ataques, Amédy Coulibaly, 48 horas después de la masacre en el semanario satírico y donde murieron cuatro personas (tres clientes y un empleado, todos judíos) tras una agónica toma de rehenes.

Sin embargo, más allá de los homenajes, un año después de la tragedia, aún quedan varias cuestiones por esclarecer sobre los atentados del enero negro en París. Además de las víctimas del semanario y del supermercado judío, una mujer policía en prácticas de tan sólo 25 años fue asesinada por el propio Coulibaly el 8 de enero de 2015 (fecha entre ambos ataques) en Montrouge, una barriada al sur de París tras un incidente de circulación. Una de las grandes incógnitas del caso es cuál era en ese momento el objetivo último del terrorista. Una de las hipótesis más barajadas es que Coulibaly se dirigía en ese momento a una escuela judía a tan sólo unos metros de donde mató a la joven agente.

Tras analizar mensajes encriptados del ordenador de Coulibaly, los investigadores descubrieron su comunicación con una persona que coordinó los ataques a distancia y que en varios momentos sugirió al tercer yihadista el apoyo de cómplices de identidades desconocidas hasta el momento. Todos los detenidos hasta ahora (siete), por haber aportado algún tipo de ayuda logística al yihadista, han negado ser conscientes de los planes finales de Coulibaly.

Audios desclasificados

Los hermanos Kouachi, fichados por la Policía, y de los que se tenía absoluta constancia de su radicalización, estuvieron bajo escucha durante mucho tiempo hasta que se abandonó su vigilancia. Éste es uno de los puntos negros que estos días vuelve a tener repercusión mediática tras la difusión de un gran número de reportajes en todos los canales de televisión de Francia. La relación entre los Kouachi y Coulibaly tiene su punto de partida en la figura de Djamel Beghal, figura histórica del yihadismo francófono, que tras pasar diez años por prisión, entró en contacto a partir de 2010 con Chérif Kouachi y Amédy Coulibaly en una localidad rural del centro de Francia donde Beghal cumplía arresto domiciliario. De estos encuentros tiene constancia la Dirección Central de la Seguridad Interior (DGSI), aunque, según los documentos desclasificados a los que el diario «Le Monde» ha tenido acceso, no fueron tomados en serio. De hecho, no es hasta 2012 que los Kouachi pasan a ser catalogados como peligrosos, dando lugar a varias investigaciones de los servicios de inteligencia que muestran lazos evidentes entre los hermanos y la rama de Al Qaeda en Yemen.

Las notas desclasificadas concluyen que, pese a los periodos intermitentes de escuchas a los que ambos hermanos fueron sometidos, ningún dispositivo de vigilancia permitió demostrar la mínima preparación de acción violenta. En el caso del tercer yihadista, Coulibaly, ni siquiera tuvo que cargar con la consideración de islamista radical, pese a estar implicado en casos como el que le llevó a prisión hasta meses antes de los atentados de París por intentar ayudar a escapar de la cárcel a otro terrorista, Smaïn Aït Ali Belkacem, autor del atentado en 1995 contra un tren de cercanías en la estación parisina del famoso Museo de Orsay.