Presidencia del Gobierno
Los candidatos «anti establishment» se imponen en las primarias de Florida, Georgia y Arizona
Más primarias. Esta vez en Arizona, Georgia y Florida. Estados claves para pulsar la salud de la hipotética reacción al mandato de Donald Trump. La prueba esencial llega en otoño, con la renovación de buena parte del poder legislativo, así no pocos sillones de gobernador. Entre tanto, y a la espera de saber si los republicanos conservarán sus mayorías, la evidencia de que en Florida, estado bisagra por antonomasia, los electores eligieron al demócrata Andrew Gillum, alcalde de Tallahassee, estrella en alza, a competir contra el aliado de Trump, Ron DeSantis, para gobernador. Su victoria supuso que quedaba fuera nada menos que Gwen Graham, niña bonita del establishment demócrata. No fue, además, un triunfo ajustado. Antes al contrario hubo condados, como Miami-Dade, en el que estamos ante la mayor victoria jamás registrada en esa circunscripción para unas primarias demócratas. Entre las reivindicaciones de Gillum destaca su ferrea oposición a la ley que permite a los ciudadanos disparar para defenderse de una presunta agresión y su apoyo a una sanidad pública universal.
Entre tanto en Georgia otro candidato favorecido por el ala más próxima a Bernie Sanders, Stacey Abrams, peleará con otro republicano de la cuerda trumptiana, Brian Kemp. El electorado, por tanto parece haber apostado a las opciones más duras. Gana terreno el populismo a derecha e izquierda y pierden pie los sectores tradicionales, convencionales, de ambas formaciones.
En Arizona, donde tocaba buscar a los candidatos al senado, la republicana Martha Shelley, bien vista por la Casa Blanca, peleará para conservar la tradicionales mayorías de su partido en las Cámaras.
«Felicidades a Andrew Gillum por su victoria», escribió Sanders en tuiter «Esta noche, los ciudadanos de Florida se unieron a Andrew para ponerse de pie y exigir un cambio real y le mostraron a nuestra nación lo que es posible cuando nos mantenemos unidos. Hagamos historia en noviembre y hagamos que Andrew Gillum sea el próximo gobernador de Florida». La euforia resulta comprensible. A diferencia de las primarias de principios de agosto, que favorecieron a los candidatos homologados por la maquinaria de ambos partidos, esta vez avanzan los supuestos revolucionarios.
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