Los pinchazos en España suponen el 1,8% de las llamadas

La Fiscalía federal alemana abrió este verano una investigación ante el supuesto espionaje irregular en su territorio por parte de EE UU y ayer España decidió seguir los mismos pasos. El Ministerio Fiscal ordenó abrir diligencias informativas sobre los últimos datos filtrados por el ex analista de la CIA Edward Snowden, en los que se afirma que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) interceptó millones de llamadas en nuestro país. En principio, será una labor meramente de análisis autorizada por el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y que llevará a cabo Elvira Tejada, encarcagada de la Fiscalía de Criminalidad Informática. En este proceso preliminar se estudiarán los papeles de Snowden en los que aparece España y también se valorará la trascendencia penal de dichas prácticas llevadas a cabo por los servicios de inteligencia estadounidenses en nuestro territorio. Esta decisión supone un paso más dentro de la estrategia española ante el escándalo del espionaje. Según los expertos en seguridad nacional, el Gobierno está actuando de manera proporcional y adecuada teniendo en cuenta la información con la que cuenta y siempre basándose en la estrecha relación que mantiene con Washington. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha insistido en varias ocasiones sobre la importancia de no dañar estos fuertes lazos, pero los analistas de seguridad van más allá. «Las tecnologías con las que cuentan las agencias de inteligencia norteamericanas son impresionantes. Por este motivo, en varias ocasiones, son éstas las que ayudan a los países en los que están trabajando. Cuando detectan alguna información que puede ser de utilidad al Gobierno de dicho país, la ponen en su conocimiento. Por lo que así todos se ven beneficiados de sus prácticas», asegura a LA RAZÓN Guillem Colom, del «think tank» de ciberseguridad Thiber, adscrito al Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid.

Además, los expertos tiran por tierra que el hecho de interceptar 70 millones de comunicaciones en Francia, 46 en Italia y más de 60 en España, entre otros, suponga un espionaje masivo. «En nuestro país se producen aproximadamente 3.200 millones de llamadas al mes, por lo que, según los documentos de Snowden, en España tan sólo representan el 1,8% de las comunicaciones. Así que de masivo, nada», explica Colom.

El hecho de que las llamadas interceptadas en nuestro país tuvieran lugar entre diciembre de 2012 y enero de 2013 no tienen ninguna relevancia excepcional, según los expertos en seguridad nacional, sino que tan sólo responde al «paquete informativo» al que tuvo acceso Snowden entre los más de 20.000 documentos extraídos de la CIA. También calman a los ciudadanos al asegurar que no se han detectado llamadas de «personas corrientes», sino sólo las de aquellas «que respondan a una serie de palabras clave determinadas por la inteligencia norteamericana».