Grecia
Los refugiados, una oportunidad para la maltrecha economía europea
En cinco años, aumentarían la deuda pública en 68.000 millones, pero sumarían al PIB europeo 126.600 millones. Su presencia en Europa es clave para aumentar la masa de población activa. De los más 160.000 demandantes de asilo que los Veintiocho se comprometieron a reubicar, tan sólo 1.500 han sido atendidos.
“La inversión de un euro por refugiado generaría dos euros en beneficios económicos para Europa en sólo cinco años”, asegura Philippe Legrain, director de un novedoso informe.
Mas de 22 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus países huyendo de la guerra. Los refugiados se han convertido en uno de los principales retos de este siglo a los que se enfrenta Occidente, cuyas autoridades, más que ver en esta situación una oportunidad para dinamizar las sociedades y mejorar su economía, han encontrado en este flujo imparable un problema difícil de gestionar. Los exiliados siguen llegando a la costa europea al tiempo que países como Grecia o Italia se ven desbordados ante la inoperancia de sus socios europeos.
Ayer, Médicos Sin Fronteras denunciaba que dos meses después del polémico acuerdo entre la UE y Turquía, la situación de los miles de refugiados sigue deteriorándose debido a que mientras esperan la tramitación de su condición de asilados permanecen encarcelados en los centros de registro (hotspots) alejándoles de cualquier esperanza. Según informaciones aportadas por MSF, el agua y el alojamiento escasea en varios centros, y las condiciones sanitarias siguen siendo infrahumanas en muchos casos.
En medio de esta crisis humanitaria a la que nadie parece estar dispuesto a enfrentarse con seriedad, ayer, Philippe Legrain -ex asesor del presidente de la Comisión Europea- presentó el primer informe sobre los beneficios económicos que los refugiados podrían aportar a las sociedades en las que fueran acogidos. Según este estudio publicado a través Tent Foundation, titulado “A humanitarian investment that yields economic dividends”, (“ Una inversión humanitaria que produce dividendos económicos”), los exiliados pueden contribuir de manera efectiva a las economía de diferentes maneras: como mano de obra a diferentes niveles, empresarios, fuente de innovación, pago de tasas, consumidores e inversores.
“Los refugiados son vistos generalmente como una carga. Incluso las personas en favor de la admisión de refugiados tienden a pensar que tenemos el deber moral de admitirlos, a pesar de que tiene un coste. Pero esto es un error. Las personas que ingresan por razones humanitarias pueden y deben contribuir económicamente”, afirma Legrain a LA RAZÓN.
Es cierto, aclara este analista, que inicialmente los Estados deberían realizar una inversión en la acogida de estos refugiados, unos fondos públicos que supondrían una buena inversión de futuro. Según el también investigador de la London School of Economics y en base a datos del Fondo Monetario Internacional, la acogida de los refugiados aumentaría en un principio la deuda pública en 68.800 millones de euros entre 2015 y 2020, pero en ese mismo periodo el PIB crecería en 126.600 millones, es decir, casi el doble. “Invertir un euro para recibir a un refugiado, generaría dos euros en beneficios económicos en sólo cinco años”, insiste.
Legrain reconoce que “en parte los refugiados son vistos como una carga económica que hay que evitar, además de que hay quienes les perciben como una amenaza cultural o incluso los relacionan con la inseguridad”, por eso insiste en la necesidad de que las autoridades europeas y las sociedades occidentales “busquen colectivamente soluciones para hacer frente a estos problemas y aprovechar los beneficios”.
“Incluso en países con altas tasas de desempleo, como ocurre en España, tiende a haber escasez de trabajadores cualificados que los refugiados pueden ocupar. También pueden estar dispuestos a hacer trabajos que los jóvenes españoles no quieren hacer, como trabajar en el campo. Algunos llegarían a crear negocios que producirían a su vez riqueza y puestos de trabajo. Y a más largo plazo, como la economía de España se recuperará, tendrán mucho más que aportar”, asegura Legrain a este diario.
Otro de los aspectos que subraya este informe es cómo los refugiados traerían savia nueva al viejo continente. “Se prevé que en el año 2030 la población activa en Europa se contraerá un sexto (8,7 millones de personas) al tiempo que el número de ancianos aumentará un cuarto (4,7 millones de personas). Por esto será necesario un mayor número de jóvenes que puedan aumentar la masa laboral”, afirma Legrain.
Sin embargo, y a pesar de lo que se afirma en este informe, los países europeos siguen mostrando sus reticencias a acoger a aquellos que huyen de la muerte.
De los más 160.000 demandantes de asilo que los Veintiocho se comprometieron a reubicar, tan sólo 1.500 han sido atendidos.
España, según anuncio el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, recibirá este mes 200 nuevos refugiados, que se sumarían a los 18 que ya se encuentran en nuestro país, una cifra que dista mucho de los casi 15.000 que se comprometió a acoger en noviembre de 2015.
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