Rusia

Los riesgos de un conflicto descontrolado

Análisis

La Razón
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–¿Es posible que se reactive el conflicto en la península de Crimea y en el este de Ucrania hasta llegar a los niveles de violencia que se vivieron en el año 2014?

–La violencia que se vivió hace dos años no creo que se repita, pero sí será gestionada al milímetro por el Kremlin. Sin embargo, tal y como nos ha mostrado la historia reciente, este tipo de conflictos locales entre países tienen la tendencia a hacerse al expansionismo: suelen desarrollarse de manera muy rápida y a descontrolarse. Por otra parte, no creo que esto sea una estrategia de Putin para hacer una pantalla de humo en relación a la polémica. La decisión de ayer está enmarcada en la agenda geopolítica y militar del presidente ruso.

–¿Por qué escala la tensión en este momento?

–Las principales causas son la economía cada vez más débil de Rusia y la necesidad de buscar un adversario externo, que suele ser normalmente Occidente, por lo menos, según indican los medios de comunicación rusos. El hecho de endurecer el discurso político oficial del país les sirve a los rusos como una liberación de tensiones domésticas y como una forma de unirse contra el «enemigo común», en este caso Ucrania y, en su defecto, Occidente.

–¿Cuáles serían las posibles consecuencias de este aumento de las tensiones existentes?

–Después de la dimisión, ayer, de Sergei Ivanov, el jefe de administración de Putin, algunos expertos creen que Rusia ha entrado en un periodo de preparación de cara a las elecciones legislativas de septiembre y las presidenciales de 2018. Es necesario que dichos comicios prolonguen el mandato de Vladimir Putin, o, en su defecto, que completen el proceso de transferencia de poder a la segunda generación de las élites del mandatario ruso. A medida que pasan los meses, se observa como el presidente está colocando a personas clave de su confianza en puestos clave. Puede decirse que la nueva generación de los hombres fieles a Putin están comenzando a moverse. Todo apunta a que los «políticos de línea dura» en Rusia están ahora asumiendo el control sobre los políticos «liberales» del país. Esto puede estar relacionado con diferentes asuntos de vital importancia para Moscú: las relaciones entre Rusia y Ucrania, y por lo tanto, Occidente, el fortalecimiento deliberadamente del FSB (el servicio de seguridad de Rusia), así como la intención de extender el mandato del Consejo de Seguridad. Es evidente que son los hombres leales al presidente los que ostentan el poder mientras que los más proclives al primer ministro, Dimitri Medvedev, han sido debilitados.

*Profesor en la Universidad de Dalhousie. Preguntas de P. Rey-Stolle