Brasil

Lula se niega a salir de la cárcel porque "no cambio mi dignidad por mi libertad"

El ex presidente aún confía en que la Justicia lo declare inocente. Mientras tanto, rechaza el régimen penitenciario que le permitiría salir durante el día y regresar a prisión por la noche

El ex presidente de Brasil Lula da Silva
El ex presidente de Brasil Lula da Silvalarazon

El ex presidente aún confía en que la Justicia lo declare inocente. Mientras tanto, rechaza el régimen penitenciario que le permitiría salir durante el día y regresar a prisión por la noche

El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prefiere la dignidad a la libertad, lo que puede traducirse como que opta por seguir en la cárcel antes que aceptar un beneficio penitenciario que le permitiría pasar el día en la calle. la cárcel a un régimen. Asegura que no quiere "cambalaches". "No cambio mi dignidad por mi libertad", ha dicho en una carta manuscrita que han difundido sus abogados.

El que fuera líder del Partido de los Trabajadores cumple una condena en una celda "especial"en la sede de la Policía Federal de Curitiba (sur), de 8 años y 10 meses de prisión por corrupción y lavado de dinero. El régimen penitenciario le permitiría salir durante el día para trabajar y regresar a la cárcel por la noche para dormir. Los fiscales consideran que el buen comportamiento y el haber cumplido ya un sexto de la condena le facultan para disfrutar del citado derecho.

En la citada carta, Lula asegura que "los procuradores de la Operación Lava Jato deberían pedir disculpas al pueblo brasileño, a los millones de desempleados y a mi familia por el daño que han hecho a la democracia, a la Justicia y al país".Su insólita negativa a salir de la cárcel ha abierto un debate en Brasil sobre si un preso puede rechazar un derecho penitenciario. "Estamos ante un caso excepcional en el que un reo no quiere ejercer un derecho. Es un caso raro, único, sin precedentes y para el que apenas hay jurisprudencia", dijo a Efe Davi Tangerino, profesor de derecho penal del centro de estudios Fundación Getulio Vargas.

La decisión de Lula de negarse a aceptar este derecho parte de la premisa del político de que todo el proceso judicial sobre su caso estuvo viciado y que su condena obedece a criterios políticos con el fin exclusivo de acabar con su carrera como candidato en las elecciones de 2018, en las que partía en las encuestas como el líder con más posibilidades de ganar a Jair Bolsonaro.

Lula aún confía en que la Justicia resuelva a su favor, en concreto a la decisión de la Corte Suprema, que aún debe analizar un "habeas corpus"presentado por su defensa en el que solicita anular su proceso bajo la premisa de que el entonces juez Sergio Moro, que le condenó en primera instancia y hoy es ministro de Justicia en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, actuó de forma parcial.Pase lo que pase, el futuro de Lula está lleno de nubarrones. Aún tiene sobre sus espaldas una segunda condena que todavía no ha sido confirmada en segunda instancia de 12 años en otro caso de corrupción, más otros siete procesos abiertos con la justicia.