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Francia media la vuelta de Hariri a Líbano

El todavía primer ministro libanés fue recibido en el Elíseo con todos los honores de Estado

Saad Hariri con Emmanuel Macron, en el Elíseo
Saad Hariri con Emmanuel Macron, en el Elíseolarazon

El todavía primer ministro libanés fue recibido en el Elíseo con todos los honores de Estado.

El primer ministro libanés, Saad Hariri, quiso dejar claro a los suyos desde París, a las puertas del Palacio del Elíseo, que «en los próximos días» viajará a su país y participará en la fiesta nacional que tiene lugar el 22 de noviembre. En Beirut aclarará su situación, si ha dimitido o si sigue a la cabeza del Gobierno libanés. Lo haya hecho o no, Hariri fue recibido por Emmanuel Macron con los honores correspondientes. El objetivo del presidente francés con esta invitación era intentar encontrar una salida a la crisis libanesa. «Francia ha mostrado una vez más la grandeza de su papel en el mundo y en la región. Muestra su apego a Líbano y a su estabilidad», comentó Hariri, agradecido por el apoyo que le prestan Francia y su presidente.

El todavía primer ministro había llegado la víspera procedente de Arabia Saudí, acompañado por su mujer. También se encontraba su hijo mayor, Ossam, procedente de Londres, donde cursa sus estudios. Faltaban los hijos pequeños, Abdelazziz y Lulwa, que se han quedado en Riad. Hariri mantuvo una breve entrevista con el presidente galo y después almorzaron en compañía de sus mujeres y el hijo mayor. Macron no tomó la palabra tras este encuentro; simplemente posaron para los fotógrafos al final del almuerzo. Sí habló el viernes, precisando que recibiría a Hariri porque «su dimisión no ha sido reconocida en su país puesto que no ha ido allí». Macron también mantuvo una conversación telefónica por la mañana con el presidente libanés, Michel Aoun. Según el Elíseo, se mostraron de acuerdo en que el regreso a Líbano de Hariri sería una forma de recuperar el funcionamiento normal de las instituciones del país. Aoun también había hablado por la mañana con el propio Hariri, que le confirmó que estará de vuelta para la fiesta nacional.

Francia espera que pueda reunirse pronto el grupo internacional de apoyo a Líbano, creado en 2013 para sostener los esfuerzos de las autoridades libanesas en mantener la soberanía, la unidad y la estabilidad del país. Bajo el manto de Naciones Unidas, participan en el grupo Francia, Rusia, EE UU, Reino Unido, la UE, la Liga Árabe, Italia y Alemania. El 4 de noviembre, Hariri dimitió por sorpresa desde Riad. A lo que el presidente libanés respondió que «la dimisión debe ser presentada en Líbano». Para Aoun, la situación de su primer ministro se asemejaba a una «detención» en Arabia Saudí, por lo que ha visto con alivio la intervención de Francia para lograr que Hariri abandone Riad y facilite la vuelta a su país. Cuando Hariri anunció su dimisión, acusó a Hizbulá, miembro del gobierno y apoyado por Irán, de redirigir la vida política de Líbano, además de denunciar que temía por su vida. En un tuit afirmó que su estancia era «para llevar a cabo consultas sobre el futuro del país y sus relaciones con sus vecinos árabes», achacando a «rumores» las especulaciones sobre su estancia en Arabia Saudí.

El «premier» libanés tiene 47 años y posee una residencia en Riad, donde está instalada su familia. Sus relaciones con Francia son estrechas, no sólo porque Líbano fue un protectorado francés, sino por la relación personal entre su padre, Rafic Hariri, y el antiguo presidente de Francia, Jacques Chirac. Los dos se conocieron en los años 80, cuando Chirac era alcalde de París, y Hariri un hombre de negocios que había hecho fortuna con la construcción en Arabia Saudí. Los lazos se reforzaron cuando éste se convirtió en primer ministro de Líbano y Chirac presidente de Francia.