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Los Ángeles cierra todos los colegios por una amenaza de atentado

Conductores del servicio de autobuses escolar esperan órdenes tras las las "amenzas no especificadas"contra los colegios en Los Angeles, California,
Conductores del servicio de autobuses escolar esperan órdenes tras las las "amenzas no especificadas"contra los colegios en Los Angeles, California,larazon

La drástica medida se toma tras recibir un e-mail sospechoso una hora antes de la apertura de los centros. Nueva York califica de «broma» un mensaje similar.

Con el abrigo puesto en el asiento trasero del coche de su madre y su gorra de Bob Esponja, Matthew Álvarez, de seis años, sonrió cuando Zayda Hernández le dijo que no iba a ir ayer al colegio. Durante los últimos días, Matthew estaba perezoso y le había contado a su madre que no se encontraba bien y que prefería no ir a clase. Obviamente, su madre le pidió que hiciera un esfuerzo, al menos, hasta que llegasen las vacaciones de Navidad. Sin embargo, Zayda Hernández torció el gesto cuando ayer por la mañana empezó a ver carteles en inglés y en español de camino a la Escuela Elemental Mayberry en Echo Park: «No hay escuela». Según «Los Angeles Times», escuchó a las siete y media de la mañana en la radio en castellano que se iban a cerrar todos los centros escolares de la ciudad. Quedaron afectadas entre 900 y 1.087 escuelas, con casi 700.000 niños, el segundo distrito escolar más grande de Estados Unidos.

Hernández estaba disgustada. Tenía que ir al trabajo, aunque reconoció que había algo raro en aquella mañana de desconcierto. Los directores del colegio de Matthew habían enviado un mensaje en el que se leía: «No traigan a sus hijos a clase. Por favor, presten atención a las noticias». Esta decisión se tomó después de recibir una «amenaza creíble» contra la seguridad de los centros escolares, según el departamento de Policía de Los Angeles. En el correo electrónico a través del cual se hizo el aviso, había referencias a mochilas abandonadas en los campus de los centros de estudio. El jefe del distrito escolar de Los Ángeles, Ramón Cortines, encargado de tomar esta controvertida medida, indicó que «creo que es importante tomar precauciones basadas en lo que ha ocurrido recientemente y lo que ocurrió en el pasado», en clara referencia al ataque terrorista de hace dos semanas en San Bernardino, el más sangriento en EE UU desde el 11-S. En esta línea, Cortines reconoció que no iba a poner en riesgo las vidas de los escolares tras pedir a la Policía que inspeccionase las 900 escuelas de los Ángeles antes de volverlas a abrir hoy.

La investigación de la procedencia del e-mail con la amenaza, enviado a un miembro del consejo de escuelas de Los Ángeles, llegó hasta un dispositivo en Fráncfurt. En cambio, el origen del mismo podía ser también falso. A Nueva York, asimismo, se envió otra alerta. Pero allí se decidió mantener el horario escolar ante la sospecha de que fuese una falsa alarma. El alcalde Bill de Blasio, indicó que «recibimos una amenaza de forma genérica en un correo electrónico, y de manera rápida se concluyó que no era creíble». «Las amenazas se hacen para promover el miedo. No podemos dejar que nos amedrenten», aseguró el comisario de la Policía de Nueva York, William Bratton, cuyo departamento estuvo en contacto con el FBI y la Policía de Los Ángeles. Bratton argumentó que «hemos visto que habían escrito Alá con minúscula en la amenaza. Ningún yihadista haría eso», aclaró. La decisión de cerrar todas las escuelas de la urbe californiana abrió el debate sobre si las autoridades se habían excedido con esta medida a la vista de la tranquilidad en Nueva York.

Falsa alarma

En los medios de comunicación de Estados Unidos, la conocida rivalidad entre Nueva York y Los Ángeles saltó entre los comentaristas y expertos. Una vez que quedó claro que se trataba de una falsa alarma, dicha rivalidad se convirtió en la protoganista, sobre todo entre los políticos y las autoridades. El alcalde demócrata de Los Ángeles, Eric Garcetti, junto con otras personalidades de la ciudad, respondieron de forma inmediata a las críticas de la ciudad neoyorquina por haber cerrado los colegios.

«Lo que hemos hecho no es diferente de lo que se hace normalmente. Sólo que en esta ocasión se ha hecho de forma general», indicó Ramón Cortines, quien tomó la controvertida decisión. De esta forma, el jefe de Policía de Los Ángeles, Charlie Beck, defendió que «es fácil una decisión cuando la persona no tiene ningún tipo de responsabilidad», en referencia a los centarios que se hicieron desde Nueva York. Aun así, Beck admitió que «fue una decisión difícil, pero la seguridad de los estudiantes y los empleados siempre es lo primero».