Reino Unido
May exige a la UE un traje a medida
En un discurso ante el Parlamento, la «premier» británica defiende una relación «única y ambiciosa» con la UE tras la salida del bloque. Ante la falta de avances en la negociación, asegura que la pelota está en el tejado de Bruselas y vuelve a amenazar con levantarse de la mesa sin un acuerdo
En un discurso ante el Parlamento, la «premier» británica defiende una relación «única y ambiciosa» con la UE tras la salida del bloque. Ante la falta de avances en la negociación, asegura que la pelota está en el tejado de Bruselas y vuelve a amenazar con levantarse de la mesa sin un acuerdo.
Theresa May defendió ayer que la relación económica de Reino Unido con la Unión Europea tras el Brexit debe ser «única y ambiciosa», y no basarse en modelos de cooperación ya existentes como el noruego o el canadiense. En una intervención en la Cámara de los Comunes, la «premier» rechazó asimismo adherirse al Espacio Económico Europeo porque «eso significaría adoptar automáticamente y en su integridad las nuevas leyes europeas». Por otra parte, volvió a insistir en que será necesario un periodo de transición de «unos dos años» una vez que Reino Unido abandone oficialmente el bloque en marzo de 2019 para que ese futuro acuerdo entre en vigor.
Lo cierto es que May llegaba ayer a Westminster más debilitada que nunca. El bochornoso discurso que ofreció la semana pasada en el congreso anual del Partido Conservador y el complot organizado por 30 diputados «tories»pidiendo su dimisión han mermado aún más la poca autoridad que le quedaba tras perder la mayoría absoluta en las generales de junio que ella adelantó. Su imagen es la de una líder a la deriva.
Pese a todo, May debía demostrar –o al menos aparentar– que ella sigue al mando ante la creciente preocupación que existe al respecto en Bruselas, donde ayer comenzó la quinta ronda de negociaciones del Brexit. En el Consejo Europeo del 19 y 20 de octubre, los líderes comunitarios deberán decidir si se pasa a la siguiente fase para tratar la futura relación con Londres, aunque fue especialmente significativo la moción aprobada la semana pasada en el Parlamento Europeo donde se instaba a Reino Unido a hacer más por acercarse a la postura de Bruselas.
Ante cualquier escenario
Ante el estancamiento de las negociaciones, May advirtió ayer de que «la pelota está en la pista de la Unión Europea». La líder «tory» considera que ella ya dio un paso importante el mes pasado con el discurso pronunciado en Florencia, donde se comprometió a cumplir con sus obligaciones económicas y propuso el mencionado período de transición.
Aquella intervención fue celebrada inicialmente en Bruselas por su espíritu «constructivo», pero ahora el resto de líderes comunitarios exige detalles sobre un plan que May no parece aún tener. «Soy optimista y pienso que recibiremos una respuesta positiva. Porque lo que estamos buscando no es sólo el mejor acuerdo para nosotros, sino también para nuestros amigos europeos», recalcó la «premier». «Conseguir ese acuerdo va a requerir liderazgo y flexibilidad no sólo por nuestra parte, sino por parte de los otros 27 miembros de la UE», declaró. «Y aunque el progreso no será siempre suave, si nos aproximamos a estas negociaciones con un espíritu constructivo, podemos demostrar que las predicciones agoreras están equivocadas».
No obstante, May también recalcó que su Gobierno debe prepararse para «cualquier eventualidad» y en los libros blancos que publicó ayer el Ejecutivo sobre implementación de aduanas, IVA y los regímenes fiscales después del Brexit también se baraja el escenario que podría quedar si finalmente no hay trato. Por lo tanto, los analistas recalcaron que terminar las negociaciones sin ningún acuerdo es cada vez una posibilidad más real. Ésta, sin duda, sería la preferencia para los «tories» más euroescépticos, que temen que el divorcio se quede tan sólo en el nombre si Londres apuesta finalmente por el «Brexit blando». En este sentido, son muchos los que piden la cabeza del ministro del Tesoro, Philip Hammond, al que acusan de querer pagar cualquier precio para que Reino Unido siga teniendo luego acceso al mercado único. La guerra interna en el Partido Conservador es evidente y, en este sentido, se mirará con lupa la reestructuración del Gabinete que May podría llevar a cabo en las próximas semanas, donde no se descarta que el titular de Exteriores, Boris Johnson, enemigo de la líder «tory», pierda su cartera.
Durante su intervención, May destacó que el acuerdo sobre los derechos de los comunitarios que viven en Reino Unido y los expatriados británicos está «al alcance de la mano», después de los avances hechos en cuestiones como la atención sanitaria y las pensiones. Asimismo, la «premier» recalcó que en lo relativo a la frontera con la República de Irlanda hay también el preacuerdo de «no volver a levantar barreras físicas».
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