Irlanda del Norte
May pacta con los unionistas, pero no despeja su futuro
La primera ministra británica sacrifica a sus dos jefes de Gabinete después de que altos cargos conservadores amenazasen con unas primarias este lunes si no dimitían. Alcanza un preacuerdo de gobierno con el DUP que despierta reticencias entre los suyos.
La primera ministra británica sacrifica a sus dos jefes de Gabinete después de que altos cargos conservadores amenazasen con unas primarias este lunes si no dimitían. Alcanza un preacuerdo de gobierno con el DUP que despierta reticencias entre los suyos.
Theresa May se ha atrincherado en Downing Street asegurando que formará gobierno en minoría con el apoyo, que no coalición, de los unionistas norirlandeses. Oficialmente ocupa el cargo de «premier», pero la pregunta que se hace ahora todo el mundo es: ¿hasta cuándo? Tras el batacazo cosechado en las urnas, donde May pretendía fortalecer su liderazgo y acabó perdiendo 12 escaños y la mayoría absoluta, el Partido Conservador está completamente dividido. Mientras los euroescépticos temen ahora que el denominado «Brexit duro» no vaya a poder realizarse, los diputados más liberales han puesto el grito en el cielo por tener que depender de una formación norirlandesa que se opone al matrimonio homosexual, aborto y cambio climático. En lo único que coinciden es que la marcha de May es cuestión de tiempo.
En cualquier otra circunstancia, podría esperarse revuelta interna. Pero al mismo tiempo, las filas «tories» son conscientes de que las negociaciones para el Brexit comienzan el 19 de junio y el reloj juega ya en su contra. La gran inestabilidad que reina ahora en Westminster preocupa sobremanera en Bruselas. En Londres, los analistas comenzaban ayer a hablar de unas nuevas elecciones anticipadas cuando los diputados elegidos el 8-J ni tan siquiera han ocupado sus escaños. Tras su derrota, May se ha quedado completamente sola, tanto dentro del Partido Conservador como en el Número 10. Nick Timothy y Fiona Hill, sus dos asesores más cercanos dimitieron ayer tras la «enorme decepción» que han supuesto los resultados. «Acepto la responsabilidad por mi tarea en esta campaña electoral, que era supervisar nuestro programa político», afirmó en un comunicado Timothy, mientras un portavoz de la formación anunció por su parte la dimisión de Hill. Diversas voces dentro del partido habían criticado en las últimas horas el papel de ambos durante una desastrosa campaña en la que se centró todo el protagonismo en presentar a May como la mejor candidata para llevar a cabo las negociaciones del Brexit, un mensaje que a la vista queda no ha funcionado.
En su nota de renuncia, Timothy indicó que el programa conservador de cara a las elecciones no era su «proyecto personal», como han sugerido algunos medios, sino que fue el resultado de «meses de trabajo» de todo el equipo de Gobierno. «Aun así, asumo la responsabilidad por el contenido de todo el manifiesto, que continúo creyendo que es un programa honesto y sólido para gobernar», aseveró. Para Timothy, la razón para la «enorme decepción» que han sufrido los conservadores «no es una falta de apoyo para May» entre los electores, sino «un incremento inesperado en el apoyo hacia los laboristas».
Por su parte, la ex directora de comunicaciones del número 10, Katie Perrior, aseguró ayer que los ya ex asesores de la «premier» trataban a los miembros del Gobierno de forma «maleducada, abusiva e infantil». «Eran unos buenos luchadores callejeros, pero unos malos líderes políticos. Los grandes líderes consiguen serlo porque hacen que la gente les siga, no haciéndoles enloquecer incluso antes de haber digerido el desayuno», criticó en el diario «The Times».
Según los medios británicos, altos cargos del Partido Conservador habían amenazado a May con formar unas primarias este mismo lunes si mantenía a Timothy y Hill en el puesto. Está claro que son ahora otros los que manejan los hilos y no la «premier», a quien estarían utilizando como mera marioneta hasta que decidan cómo afrontan la situación ante el Brexit. Aunque abogan por tener ahora un periodo de aparente estabilidad, de manera informal, la carrera por sustituir a May ya ha comenzado. La ya confirmada como ministra de Interior, Amber Rudd podría ser una candidata aunque no tiene el apoyo de los euroescépticos. El ministro del Brexit, David Davis, era antes el preferido de este sector, pero ahora su popularidad ha caído después de que fuera uno de los que animara a la primera ministra a adelantar los comicios. La ex diputada «tory», Heidi Allen, afirmó que era improbable que May fuera a estar en el puesto por más de seis meses. «Si esto fuera cualquier otra elección en cualquier otro momento... debería haberse ido», señaló a la radio LBC. «Pero estamos en una situación diferente, porque estamos a punto de comenzar a negociar el Brexit. Necesitamos un primer ministro en este momento. Pero no creo May pueda permanecer indefinidamente como nuestra primera ministra. En mi opinión, puede ser simplemente un período de transición. Necesitamos tener cierta estabilidad», manifestó. Las negociaciones desde luego no van a ser fáciles, sobre todo defender el «Brexit duro» que May tenía en mente. Una de las grandes figuras de la formación, Ruth Davidson, líder del Partido Conservador escocés, pidió ayer públicamente que se apueste por un «Brexit abierto».
Por otra parte, Davidson, que se casará próximamente con su novia, reconoció que May le había dado garantías de que se respetarán los derechos de los homosexuales aunque se alcance un acuerdo de Gobierno con el ultraconservador Partido Unionista Democrático norirlandés (DUP). La escocesa está legitimada por el espectacular resultado del Partido Conservador en la región, donde ha pasado de 1 a 13 representantes, el mejor resultado en tres décadas. El increíble avance, de hecho, ha disparado incluso las especulaciones sobre la posibilidad de una escisión del partido. Pero Davidson negó ayer los rumores. «Lo que vais a ver es un nuevo grupo de conservadores escoceses con argumentos a favor de las comunidades escocesas y de las empresas escocesas», apostilló en declaraciones a la BBC. El 59,5% de los miembros del Partido Conservador que respondieron ayer una encuesta en la influyente página web «ConservativeHome» creen que May debe dimitir tras perder la mayoría absoluta en las urnas. El sondeo recibió 1.503 respuestas por parte de afiliados de la formación, de los cuales el 36,6 % cree que la «premier» debe continuar en su puesto, mientras que el 3,9% no tiene una opinión formada al respecto.
los Acuerdos de Paz
Jonathan Powell, que como jefe de personal de Tony Blair jugó un papel importante en el proceso de paz de Irlanda del Norte, advirtió ayer de que sería un error por parte de Theresa May llegar a un acuerdo de Gobierno con los unionistas norirlandeses del DUP. «Incluso John Major evitó hacer eso y la razón por la que lo evitó es el proceso de paz, que se basa en que el Gobierno británico tiene que ser neutral en Irlanda del Norte. Una vez que tengas su apoyo para formar Gobierno ya no eres neutral». Se entiende que el DUP pondrá presión ahora sobre los conservadores para poner fin a los procesos y entregar inmunidad a los ex soldados británicos acusados de presuntos crímenes cometidos durante la conocida época de «The Troubles» entre 1969 y 2005. La alianza con el DUP también afectará a las negociaciones con la UE pues no quieren una frontera dura con Dublín.
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