Alemania
Merkel y Schulz ponen precio a otra gran coalición
"Creo que podemos lograrlo", afirmó Merkel hoy antes de comenzar la primera jornada de reuniones formales de "sondeo".
Hubo foto. Un escueto apretón de manos entre Angela Merkel y el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz. Pero esta vez ya no veremos esas instantáneas de grupo que improvisadas desde una ventana o distintos balcones escenificaron los protagonistas de la ahora fracasada coalición «Jamaica». Ha pasado demasiado tiempo. Y los antaño sonrientes gestos han dado paso a semblantes serios y, en cualquier caso, prudentes. Así, con la cautela que implica que Alemania lleve meses con un Gobierno provisional y, sobre todo, con la certeza de que el éxito no está asegurado, arrancó ayer el primer encuentro formal entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller con los socialdemócratas de Schulz para estudiar la posibilidad de reeditar una gran coalición de gobierno.
Tras múltiples contactos y encuentros previos, la segunda y última oportunidad para sacar del bloqueo político al país arrojará si hasta el viernes ambas formaciones comparten suficientes puntos en común como para seguir negociando. No obstante, Merkel acudió ayer «optimista» y abogó por un gobierno «estable» que cohesione Alemania ante los «inmensos» retos y tareas que esperan al país. «Creo que podemos lograrlo», aseguró la canciller en su segundo intento de formar gobierno tras las elecciones de septiembre, después de fracasar las conversaciones que mantuvo durante casi cinco semanas con liberales y verdes en noviembre.
Las primeras reuniones con los socialdemócratas, con los que ha gobernado en esta pasada legislatura, tienen lugar en la sede del SPD. A la entrada, Schulz garantizó que trabajarán con «actitud constructiva y abierta». «No trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas», señaló en referencia al color con el que se identifica su partido. Merkel subrayó que el objetivo y el encargo de los electores es que el país, en cinco o diez años, siga disfrutando de bienestar, seguridad y democracia e insistió en la necesidad de un gobierno «estable» ante los desafíos que afronta Alemania tanto en el interior como en la política exterior y europea. Schulz, que tras los malos resultados electorales rechazó una nueva gran coalición y después se vio forzado a abrirse al diálogo, hizo también hincapié en los «grandes retos», pero destacó que «un nuevo tiempo necesita una nueva política» y apostó también así por renovar la solidaridad y la cohesión en el país principalmente en áreas claves como la educación, la inversión en vivienda e infraestructuras o la atención a la dependencia. Junto a Merkel y Schulz, participa en las negociaciones Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado con la CDU de la canciller que, en los últimos días, ha exigido un endurecimiento de la política de refugiados lo que podría dificultar las negociaciones.
El dirigente bávaro afirmó que acude con «el mejor de los espíritus» a la reuniones porque el encargo de los electores es claro: «Debemos ponernos de acuerdo». Nadie se aventura en estimar qué podrá salir de este primer encuentro pero, por si acaso y por evitar falsos rumores, las formaciones implicadas acordaron no filtrar información sobre las conversaciones con el objetivo de facilitar el diálogo y no minar la confianza entre las partes. «Debemos hablar menos y trabajar más», señaló asimismo Seehofer para evitar comentar en público discrepancias con los socialdemócratas. Está previsto que las reuniones continúen hasta el jueves, para que el viernes cada partido pueda evaluar si hay base suficiente para reeditar la gran coalición. Para el 21 de enero debería estar claro el resultado de esta primera fase, ya que para esa fecha el SPD ha convocado un congreso extraordinario en Bonn, en el que pretende votar si entra o no en la segunda fase de las negociaciones y en qué condiciones. A partir de entonces, si el SPD vota a favor, se celebrará la segunda ronda que según distintos analistas podría durar varias semanas. Desde los círculos de negociación, según recoge la prensa alemana, se apunta a finales de febrero como el plazo para que terminen los encuentros, por lo que la formación de un nuevo gobierno no llegaría hasta finales marzo. Seehofer apuntó a la Pascua, como la «última fecha» para que, de ser exitosas las rondas, se pueda poner fin a la búsqueda más larga de un gobierno en Alemania. Cada partido participa en las reuniones con trece negociadores divididos en grupos de trabajo para analizar las distintas áreas de gestión, desde la política fiscal y la educación, a la energía y la inmigración, uno de los puntos más conflictivos. Mientras, la mayoría de los alemanes espera una reedición de la Gran Coalición. Según un sondeo publicado ayer por el dominical del diario «Bild», el 53% está a favor de una nueva alianza entre los dos principales partidos germanos, frente a un 34% que opina lo contrario. Asimismo, la encuesta arroja que el 54% estima que una nueva gran coalición será buena para el país, frente al 33% que opina que tendría un efecto negativo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar