Michael Wolff: «Trump está obsesionado con el sexo y las mujeres. Cuanto más, mejor»

Cuando Donald Trump ganó las elecciones, Michael Wolff se presentó en la torre dorada para hablar con el presidente electo. No eran amigos, pero sabían el uno del otro. «¿Quieres un trabajo en mi Administración?», le dijo el magnate. «No, he venido a pedirle permiso para escribir un libro sobre sus primeros meses de Gobierno», contestó el periodista. «¡Un libro!», se rió Trump, que inmediatamente le dio vía libre para moverse por la Casa Blanca. El resultado fue «Fuego y Furia», que ahora publica Península en España. Una obra en la que se levantan las alfombras de la Casa Blanca y que confirma el caos que impera en cada rincón del Ala Oeste. La ira de Trump al descubrir el contenido del libro estalló y el intento de prohibir su publicación hizo que se convirtiera en un éxito de ventas. Wolff atiende a LA RAZÓN para desvelar los detalles de aquellos 200 días que pasó entre las bambalinas del poder, o más bien del descontrol de un Gobierno kamikaze.

¿Quién lleva realmente las riendas de la Administración? Aunque suene raro, Trump. Él es el centro de todo, el origen del caos y el desorden. Todo se basa en sus impulsos y deseos. Su equipo lo que hace es tratar de lidiar con todo esto, con sus tuits, con las constantes contradicciones de su discurso, con su temperamento... En los inicios de la Administración, un buen amigo de Trump le preguntó: «Donald, ¿tienes a alguien a quien realmente puedas pedir consejo?» Y él respondió: «Yo mismo». Es más, cuando acude a alguien para pedirle consejo puede que le haga caso, pero sólo hasta que viene otra persona y le ofrece uno nuevo.

¿Qué supuso para él la salida de Steve Bannon? ¿Cuándo se rompió la confianza en el hombre que le llevó al poder?

Bannon fue el cerebro de las operaciones, pero, desde el primer momento, Steve vio que Trump era un barco que hacía aguas. Steve es inteligente y Trump no valora estas capacidades. Está claro que el magnate llegó a la Casa Blanca por Bannon, pero a su vez, esto provocó la caída de Steve porque Trump no puede vivir en un mundo en el que alguien eclipse su éxito. Lo que él piensa es que se convirtió en presidente porque es un genio.

Bannon definió el «Rusiagate» como un huracán de grado 5. ¿Se lo explicó a Trump? ¿Es consciente de la gravedad del asunto?

Por supuesto que le advirtió de la gravedad, pero Trump no escucha. Es difícil describir como funciona esta Administración. Cuando se habla de un presidente, asumes que es una persona que hace caso a sus consejeros, que valora las informaciones, que tiene una estrategia.... Pero nada de esto ocurre en el universo Trump. Allí nadie sabe nada, y además él no atiende a nadie porque se aburre. No sabe de estrategias porque éstas requieren contexto y él no tiene. Sólo se guía por el aquí y ahora. Impulsos descontrolados. Para él, el «Rusiagate» sigue sin existir.

¿Cuál es el poder real del matrimonio «Jarvanka» (Jared Kushner e Ivanka Trump)?

Es difícil decir quién tiene poder y quién no porque en esta Casa Blanca nadie tiene un papel concreto. Nadie sabe qué hacer. En varias ocasiones el jefe de personal de la Casa Blanca me dijo quejándose que nadie de los que están en la Administración tiene un trabajo real porque nadie sabe qué hacer. No hay tareas asignadas a nadie. Ivanka tiene una influencia enorme sobre su padre y podría ser un indicador de que ella tiene poder, pero esa influencia se evapora en cuestión de segundos porque Trump no presta atención. La posición de Kushner es complicada porque puede ser el siguiente en caer por la trama rusa. Ambos son unos niños ricos, sin experiencia, no impresionan a nadie. Son una broma.

¿Cómo son las reuniones del «staff» de la Casa Blanca?

Son monólogos de Trump, imprecisiones y murmullos todo el rato. Da miedo. Las reuniones con empresarios o republicanos son un intercambio de halagos y fotos. Nada más. La Casa Blanca realmente es como un «reality show», nadie sabe lo que va a ocurrir al día siguiente.

¿Cómo es la relación familiar de los Trump?

Los hijos de Trump no aguantan a Melania. Así que está apartada. Es una familia que vive y trabaja por y para su padre, una persona abusiva y volátil. Allí nadie es independiente.

¿Es tóxica su relación con las mujeres? ¿Existe algún un «affaire» presidencial?

Las mujeres le obsesionan, quiere sexo y cuanto más, mejor. Me hablaron sobre una relación en la Casa Blanca, pero no pude confirmarlo. Aun así, un hombre que ha estado toda su vida persiguiendo mujeres, pensar que ha dejado de hacerlo al llegar a la Presidencia me parece demasiado inocente.