Irán

Niels Annen: «No necesitamos a EE UU para saber que Irán tiene una papel muy problemático en Oriente Medio»

El viceministro alemán de Asuntos Exteriores asegura que «cada medida para la UE que propongamos necesita el apoyo del Parlamento alemán y el consenso de la opinión pública».

Foto: Connie G. Santos
Foto: Connie G. Santoslarazon

El viceministro alemán de Asuntos Exteriores asegura que «cada medida para la UE que propongamos necesita el apoyo del Parlamento alemán y el consenso de la opinión pública».

Tras la abrupta salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, el viceministro alemán de Asuntos Exteriores, Niels Annen (Bonn, 1973), considera que Europa afronta el doble desafío de mantener el pacto logrado en 2015 tras doce años de duras negociaciones y garantizar las inversiones de nuestras empresas en el país persa. Annen saluda, asimismo, la agenda europeísta del presidente francés, Emmanuel Macron, pero pide tiempo para discutirlas con el Parlamento y la opinión pública germanos. El ex líder de las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) concedió una entrevista a LA RAZÓN durante su visita a Madrid, donde precisamente estudió con una beca Erasmus.

-¿Está muerto el acuerdo nuclear con Irán tras la salida de Estados Unidos?

-No lo creo porque el acuerdo fue firmado por Irán también con las potencias europeas y respaldado por Naciones Unidas. Técnicamente, un país, EE UU se retiró, pero no quiere decir que esté muerto. El desafío para la política europea es mantenerlo. No va a ser fácil. El papel de Estados Unidos como potencia mundial es importante obviamente. Lo que me lleva a ser un poco optimista es que no sólo todos los países europeos se niegan a aceptar que el acuerdo esté muerto, sino que estamos trabajando con unidad para mantener lo que hemos logrado.

-Irán es una muestra más del deterioro de las relaciones transatlánticas tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. ¿Nos obliga, como afirma la canciller Angela Merkel, a que los europeos asumamos mayores responsabilidades en política exterior y de seguridad?

-Que Europa tenga una posición más fuerte no puede depender de Estados Unidos o de otros actores, sino de nuestra propia voluntad. Hemos logrado importantes avances en política exterior y de defensa con el debate sobre la PESCO [Cooperación Estructurada Permanente*. Hay un entendimiento en las capitales europeas de que debemos unir nuestras potencialidades. Alemania está dispuesta a invertir más en nuestras Fuerzas Armadas no por la demanda de Donald Trump sino porque pensamos que Europa debe preocuparse de su propia seguridad. Estamos trabajando estrechamente con el Gobierno español y el de otros países europeos.

-¿Cómo puede garantizar Europa sus inversiones económicas en Irán frente a la voluntad de Washington de volver a imponer sanciones?

-Ése va a ser el gran desafío porque el presidente Trump ha anunciado un nuevo régimen de sanciones. Nuestra posición es que no se pueden justificar sanciones adicionales contra Irán. Sólo deberían implementarse si Irán estuviera fuera del acuerdo y, por eso, hemos negociado un régimen de control que no tiene ningún precedente en la historia internacional. Irán sabe que un mecanismo de sanciones está sobre la mesa si ellos no respetan las reglas que hemos pactado. Pero eso no lo tiene que decir el Gobierno español o el alemán, sino Naciones Unidas y nosotros no tenemos también el desafío de defender a nuestras compañías que tienen una cierta inversión económica y financiera en Irán.

-¿Teme un aumento de la inestabilidad en Oriente Medio tras la decisión de Washington?

-En cierta manera estamos preocupados desde hace muchos años. En particular, la guerra en Siria motivó que el Gobierno alemán aportara importantes fondos a Naciones Unidas para financiar ayuda básica para los millones de refugiados en la región. Oriente Medio es muy frágil e inestable y es el argumento que hemos esgrimido antes nuestros amigos en Washington. Nuestra preocupación es que la decisión del presidente Trump pueda desestabilizar potencialmente la región. Sin embargo, no debemos abandonar el optimismo. Nuestro ministro de Exteriores, Heiko Maas, va a hablar hoy [por ayer] con su homólogo ruso en Moscú y mantenemos contactos con las autoridades iraníes. El ataque iraní contra los Altos del Golán es completamente inaceptable. Y desde hace años hablamos con Irán de su papel en la región. No necesitamos a EE UU para saber que tiene un papel muy problemático.

-¿Cuándo conoceremos la posición del Gobierno alemán respecto a las reformas propuestas por Macron para reformar la Eurozona?

-Tras las elecciones federales nos llevó seis meses formar Gobierno, lo que para nosotros es una eternidad. Nuestra nueva coalición está dedicada al fortalecimiento de la UE y de la eurozona. Yo sé que existe una gran expectación para conocer una respuesta a las ideas del presidente Macron. No estamos lejos de lo que él propone, pero el Gobierno francés o el español saben bien que Alemania también tiene un Parlamento y unas obligaciones constitucionales que nos limitan. A veces me sorprende que exista la impresión de que no hemos dicho nada sobre Europa, pues no es el caso. El nuevo ministro de Finanzas, Olaf Scholz, dejó bien claro que Alemania desea mantener el mismo nivel de gasto en la UE tras el Brexit, lo que significa que vamos a contribuir más al presupuesto europeo. Macron tiene su agenda, pero también existen las agendas de los otros Gobiernos europeos que no están a favor de mantener este 1%. Cada medida que propongamos necesita el apoyo del Parlamento alemán y el consenso de la opinión público. Por eso creo que hay que aprovechar este momento proeuropeo que estoy convencido de que existe, pero no se trata sólo de un discurso, sino que al final tienen que funcionar las políticas.

-¿La presencia de Alternativa para Alemania (AfD) como tercer partido del Bundestag y líder de la oposición obliga al Gobierno a ser más cauto?

-No más cauto, sino a defender su posición con más energía. El escenario político en Alemania cambió. Me duele decir que perdimos las elecciones. Fue una fuerte derrota para el SPD y la CDU y también los social cristianos bávaros (CSU) perdieron muchos votos. La Gran Coalición tiene una mayoría clara, pero no es tan amplia como antes. Tenemos a la AfD y a los liberales, que están a favor de Europa pero son muy críticos con algunas ideas de Macron. Considero que faltaba un debate sobre Europa que no se puede evitar con el nuevo Parlamento. Y estoy convencido, como muestran las últimas encuestas, que lograremos convencer a los ciudadanos como ha ocurrido durante las últimas décadas porque la mayoría está a favor de una UE fuerte.

-Desde fuera no se distinguen las políticas europeas de la CDU y el SPD en la reeditada Gran Coalición...

-Somos partidos distintos y podría hablar de muchos temas que hemos conseguido en las negociaciones con la CDU, como la mayor inversión en las guarderías o acabar con ciertas injusticias en el sistema de salud o el debate sobre las condiciones de los nuevos contratos de trabajo. Temas que tienen una dimensión europea. A veces el problema es que la gente identifica una política con un Gobierno y no tanto con un partido. Alemania ha promovido políticas sociales en casa y en la UE.

-¿Cómo ve Alemania que se vinculen las ayudas de la UE al respeto a los valores europeos en el borrador de presupuestos comunitarios presentado hace una semana por la Comisión?

-Es un tema muy complicado. Creo que la idea de la Comisión está basada en la lógica de que todos los países de la UE apoyaron unos valores y reglas básicas democráticas. Algo más importante que nunca porque alguna de las amenazas actuales vienen de países no democráticos. Por eso, no podemos perder nuestros valores. Por otra parte, el pasado nazi de Alemania, que tanta destrucción provocó en Europa del Este, nos obliga a trabajar muy estrechamente con nuestros vecinos como Polonia o Hungría. No pierdo la esperanza de que podamos resolver algunas de nuestras preocupaciones con los Estados que están afectados por esta iniciativa de la Comisión. Alemania invierte mucho tiempo en su relación con Polonia, por eso yo personalmente veo con preocupación qué está ocurriendo. Apuesto por el diálogo.

-¿Resulta urgente avanzar hacia una política europea de inmigración tras la crisis de refugiados de 2015 que afrontó Alemania casi en solitario?

-Apoyamos fortalecer los instrumentos que tenemos en la actualida. Necesitamos sistemas más eficaces para proteger nuestras fronteras. España tiene gran experiencia en ello y no entendimos la gravedad de la amenaza hasta 2015, cuando Alemania se vio afectada por estos movimientos de refugiados. Debemos conceder mayor atención a la situación del sur de Europa. Alemania tiene una aspiración legítima de que un sistema basado en la solidaridad no puede excluir ciertas políticas. En el verano de 2015, sentimos que faltaba esa solidaridad. Asimismo, mis compatriotas tienen que entender que esa impresión con respecto a la política alemana la tuvieron en España, Italia u otros países que pensaron que no fue nuestra prioridad preocuparnos de la frontera externa.